Tarifas de la época: En 1907 se fijó la tarifa para el servicio que correspondía a un abono mensual con número ilimitado de comunicaciones, ya que no existía la tasación por tiempo de duración de la llamada. Esta tarifa se mantuvo sin variaciones por 40 años, aunque con algunos añadidos “extras”. El abono mensual para casas de familia era de $10,70 en Capital Federal y de $7,50 para las ciudades del interior. Este régimen tarifario solo fue modificado recién en 1949 cuando la empresa ya había sido adquirida por el Estado. El servicio medido se introdujo recién en el año 1969.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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domingo, 14 de abril de 2024
Recova del Once año 1917 - Oficina de la Unión Telefónica. Buenos Aires. Argentina
Tarifas de la época: En 1907 se fijó la tarifa para el servicio que correspondía a un abono mensual con número ilimitado de comunicaciones, ya que no existía la tasación por tiempo de duración de la llamada. Esta tarifa se mantuvo sin variaciones por 40 años, aunque con algunos añadidos “extras”. El abono mensual para casas de familia era de $10,70 en Capital Federal y de $7,50 para las ciudades del interior. Este régimen tarifario solo fue modificado recién en 1949 cuando la empresa ya había sido adquirida por el Estado. El servicio medido se introdujo recién en el año 1969.
miércoles, 10 de abril de 2024
Estación Caracoles. La construcción del Ferrocarril Trasandino se inició en 1889, el 5 de abril de 1910, aniversario de la batalla de Maipú, fueron inauguradas oficialmente las obras.
El Ferrocarril Trasandino Los Andes - Mendoza, conocido en Chile oficialmente como Ferrocarril Trasandino Chileno (FCTC) y en Argentina como Ferrocarril Trasandino Argentino (FCTA) fue un ferrocarril, hoy en ruinas, que unía la ciudad chilena de Los Andes y la ciudad argentina de Mendoza. Fue inaugurado el 5 de abril de 1910 luego de superar muchas dificultades los años anteriores. Operó hasta 1984. Su trazado comenzaba en la ciudad de Los Andes y subía a través del cajón del río Aconcagua y Juncal hasta Las Cuevas, donde se encontraba el túnel principal que cruzaba hasta Argentina. Luego, bordeando los ríos Las Cuevas y Mendoza, llegaba hasta la ciudad del mismo nombre a través de un trazado de menor pendiente y mucho menos accidentado. Su construcción significó un gigantesco esfuerzo de la ingeniería, las finanzas y la diplomacia, ya que, al involucrar a dos países que para ese entonces se encontraban en litigio por la definición de sus fronteras, fue necesario redoblar los esfuerzos para conseguir todos los permisos y garantías necesaria.
domingo, 7 de abril de 2024
19 de Septiembre de 1910. Militares Argentinos junto a sus pares Chilenos, en la Estación del Ferrocarril Trasandino en la Villa de las Cuevas (Mendoza) Festejo del Centenario de la Independencia de Chile.
Veteranos argentinos de la Guerra de la Triple Alianza, empleados por el Museo Histórico Nacional para custodiar sus salas. (Fotografía de 1911 MHN)
En esta foto posan en la entrada del Museo los “guerreros del Paraguay”. Estos veteranos de la guerra de la Triple Alianza fueron contratados por Adolfo Carranza, primer director y fundador del Museo como serenos y guardianes de las salas. Eran historia viva.
sábado, 6 de abril de 2024
Retratos. Patrón de Finca. (ca. 1915) San Rafael. Mendoza. Foto: Juan Pí
En 1927 el hijo de Juan Pí se casó y, a partir de entonces, Papá Pi, como se lo llamó en sus últimos años, empezó a delegarle la responsabilidad del taller, que con el tiempo le transferiría definitivamente. En 1928, cuando se produjo un terremoto que destruyó el pueblo cercano de Villa del Río Atuel, Juanito Pi tomó, con una cámara de 18x24, más de cincuenta fotos para documentar el desastre y las víctimas, mientras su padre hacía otras tomas con una Kodak de 8x14. Evidentemente, el taller de los Pi había cambiado de mano. Papá Pi siguió haciendo fotografías de amigos y familiares, de paisajes y escenas urbanas, siempre con la Kodak y sin compromisos comerciales. La última serie que conocemos de sus fotos data de 1933, cuando se produjo la Iluvia de cenizas del volcán Descabezado, que provocó una catástrofe en todo el sur de Mendoza. Se trata de alrededor de cien negativos tomados en la ciudad y el campo; son de los pocos documentos fotográficos conocidos de aquel desastre, inéditos hasta hoy. Pi participó en muchas iniciativas comunitarias. Hacia 1930 instaló la primera radio de San Rafael, una pequeña emisora cuyo alcance no excedía el casco urbano. Fue uno de los fundadores del Pedal Club, el primero dedicado al ciclismo, que aún existe. También ocupó por largos años la presidencia de la Cámara de Comercio local. Después de retirarse de la profesión fotográfica, y hasta su muerte el 23 de marzo de 1942, Juan Pi trabajó como inspector de la Junta Reguladora de Vinos de la provincia. A cua- tro meses de su fallecimiento murió su esposa. Poco después, Juanito Pi cerró el estudio de calle Bombal y abrió otro, en el que, hasta su retiro, en los años setenta, siguió los pasos de su padre. Su negocio fotográfico fue el más importante de San Rafael y, además, participó activamente en concursos fotográficos del país y del extranjero, en los que ganó premios. Llegó a ser muy conocido en los clubes fotográficos nacionales. Su archivo se perdió por completo, de su extenso trabajo solo quedan las placas que permanecieron olvidadas, en la calle Bombal, junto a la obra de su padre.
Un hombre conduce un triciclo acuático a principios del siglo XX.
¿Es una bicicleta o un barco? La clasificación ha sido un problema para las bicicletas acuáticas desde que se inventó el primer "velocipedo de agua" o "hidrociclo" en 1870.
La Estación de Puente del Inca se puso en marcha en 1902 y fue una de las más importantes del Ferrocarril Trasandino, circuito que se habilitó en forma completa en 1910, luego de la apertura del túnel internacional de Las Cuevas.
En la imagen se observa el galpón metálico que contenía una mesa giratoria o tornavías, que servía para hacer girar a la máquina de vapor. (José Benito de San Martín. La Lúcida mirada de un hacedor) Gentileza de Nora Jaime Correas.
18 de Septiembre de 1910. Militares Argentinos en su paso por Puente del Inca con destino a Chile para asistir a los festejos por el Centenario de la Independencia de dicho país. Mendoza. Argentina
Paradojalmente el acta de Independencia de Chile se firmó el 1 enero de 1818 y se proclamó oficialmente el 12 de febrero de ese año, aunque para muchos en la época, la verdadera emancipación se logró el 5 de abril en la batalla de Maipú. Son tres fechas que no se unen directamente al 18 de septiembre de 1810, cuando se festeja el hito libertario. Las Fiestas Patrias en Chile se celebran oficialmente los días 18 y 19 de septiembre de cada año. El primer día corresponde a la que es considerada tradicionalmente como la fecha de la Independencia nacional, y la segunda a las glorias del Ejército, feriados irrenunciables en que los y las chilenas festejan el aniversario de la patria.
viernes, 5 de abril de 2024
Primera máquina del Ferrocarril Transandino, que unía la ciudad Chilena de Los Andes y la ciudad Argentina de Mendoza, 1914.
Esta es la primera locomotora del Ferrocarril Trasandino por Uspallata, en el suelo los sacos del Correo con correspondencia, cartas que les decian
jueves, 4 de abril de 2024
18 de Septiembre de 1910. La Delegacion Militar Argentina llega a las Fiestas del Centenario del proceso emancipador de Chile, Estación Las Cuevas. Mendoza
Para abastecer de agua a las locomotoras a vapor, en el Ferrocarril Transandino se construyeron estanques de agua en las estaciones y en algunos puntos en plena vía, a saber, Los Andes, Vilcuya (km 15), Riecillos (km 28), Río Blanco (km 34), Km. 40, Km. 42, Km. 44, Juncal (km. 50), Km. 54, Km.59, Portillo (km 63) y Caracoles (km 69). Con el tiempo se dejaron de ocupar y se sacaron los estanques ubicados en el Km. 44, Km. 54 y Caracoles.
Tarjeta Postal del Ferrocarril Trasandino. Mendoza (Argentina) - Los Andes (Chile) 1911
Esa es una de las míticas locomotoras Kitson Meyer con cremallera ABT del maravilloso trasandino Los Andes - Mendoza. Una de ellas está expuesta en muy buen estado de conservacion en el Museo Ferroviario de Quinta Normal, en Santiago de Chile.(santiagonostalgico)
Taller del estudio fotográfico de Juan Pí. (ca.1928) San Rafael. Mendoza
Hacia 1915, cuando su actividad fotográfica estaba consolidada, volvió a intentar-con un socio- la explotación de una finca. Entre las numerosas revistas que poseía se cuentan varios números, fechados entre 1907 у 1911 de La Hacienda, dedicada a nuevos procedimientos agrícolas. Sus familiares recuerdan que Pi publicó una nota en esa revista, pero en los ejemplares que conservaron no fue encontrada. Como se puede apreciar, Juan Pi poseía una personalidad rica y con intereses variados, pero no inconstante, apoyada en una amplia cultura. Según su hija Flora, conocía siete idiomas: francés, inglés, castellano, alemán, italiano, griego y esperanto, y su biblioteca no era pequeña, en especial los libros en francés, que constituían la mayor colección de la ciudad. El grueso fue donado a una biblioteca pública de San Rafael, pero lo que aún permanece en la casa de su hija, como ser textos de Flaubert, Diderot, Zola, Racine, Rabelais, Mirabeau, Descartes, Anatole France y Colette, entre otros, da cuenta de un gusto educado y exigente. Asimismo, tenía conocimientos musicales y tocaba el piano. En 1914 Pi trasladó su actividad fotográfica al último estudio que tuvo en San Rafael, probablemente el más completo, situado en la calle Bombal 70. Era un galpón que perteneció a otro fotógrafo de oficios múltiples, cuyo cartel decía: Se arreglan carros y relojes. Se sacan muelas y retratos. Allí, Pi montó con mayor seguridad, como dice en su carta, la galería de pose y trabajó, con un éxito que mejoró de año en año, hasta que dejó la fotografía profesional. Hacia 1923, cuando le escribió a Del Conte, que el trabajo era abundante: ...creo que hace un año ue debía escribirle esta carta. He dejado de día en día de hacerlo por no encontrar tiempo para escribir con tranquilidad. Hoy mismo: amanece con un frío tan seco que pienso que de seguro no han de venir clientes; dedicaré mi mañana a hacer algunas ampliaciones y la tarde será para corresponder a mis amigos... cuando tengo mis ampliaciones reveladas, a las 10 y 30, empiezan los clientes y no me dejan hasta las 3 de la tarde, de modo que cuando tengo todo terminado son las 7 de la noche. Cenar, conversar con dos amigos que vienen, un poco de música, luego escribo al señor Lowther, y son ya las 2. No importa, no iré a dormir hasta no haber conversado con usted porque mañana me tomará de nuevo el engranaje de la semana y quién sabe cuándo podría dedicarme a escribir. Otra cita de la misma carta, en la que con completa intransigencia pone su concepción del trabajo fotográfico por encima de los deseos del cliente, prueba que le iba bien en esa época, ya que su actitud no habría podido sostenerse sin el respaldo de un prestigio y un reconocimiento seguros: el dicho ... "quien paga, manda", lo considero falso en nuestra profesión. El que debe mandar aquí es el que tiene autoridad, si es que tiene conciencia. Cuántas veces un cliente, al ver la muestra, la ha encontrado bien y de su conformidad, y no he querido hacer el retrato porque a mí no me gustaba; pero, en cambio, si entrego un retrato que a mí me parece bien, no admito observaciones. O se recibe sin chistar, o lo rompo y devuelvo el dinero, pero me rehúso a hacerlo de nuevo. Relatan sus familiares que en la vidriera de su negocio solía tener una pequeña jaula de pájaros en la que "encarcelaba" los retratos de sus clientes morosos; un cartelito debajo rezaba: Preso por deuda. Dicen que los detenidos se apresuraban a pagar ni bien se enteraban de que su imagen estaba entre rejas. Para mediados de la década del veinte Pi había adquirido un excelente ayudante: su hijo Juanito, que comenzó a sacar fotos a los doce años y paulatinamente se incorporó al taller del padre.
miércoles, 3 de abril de 2024
Juan Pi en su finca, donde tuvo su estudio entre aproximadamente 1908 y 1913, (са. 1910) San Rafael. Mendoza
A principios de 1913, Juan Pi vendió su finca y se trasladó al pueblo con el propósito de retomar el negocio fotográfico. Cuando vi que había aumentado suficientemente la población como para mantener a un fotógrafo, volví a abrir taller y construí una galeria. Al año, una tormenta de granizo me dejaba sin un vidrio. Vuelto a hacer otra galería, más grande. Otro año, otra manga de piedra, que duró 22 minutos, arruinó la región y me arruinó a mi. Otro taller más, esta vez con mayor seguridad, a causa de la experiencia. No mucho después de instalado en el nuevo taller, a mediados de 1913, viajó a Suiza con su hijo Juanito, para visitar a su familia. Lo hizo a instancias de su padre, que estaba enfermo y quería conocer a su único nieto varón. En diciembre estaba de regreso en San Rafael y nunca más volvió a Europa. Llegó acompañado por un fotógrafo de veintitrés años que había venido desde Suiza para ser su ayudante: Gaston Bourquin, de Villeret, una aldea cercana a Berna, quien años después sería uno de los más importantes y activos paisajistas y editores de postales y libros de fotografía de la Argentina. Bourquin estuvo poco tiempo en San Rafael, por lo que hoy nadie lo recuerda allí, excepto Flora Pi, hija menor de Juan. Partió a fines de 1913 o principios de 1914, pocos días después de llegar de Suiza la primera carta que escribió a Pi desde Buenos Aires, adonde se dirigió, está fechada el 31 de enero de 1914- sin duda se fue como consecuencia de los apuros económicos de su patrón, ocasionados por alguna de las grandes pedradas que menciona la carta publicada en El correo sudamericano. Ambos fotógrafos mantuvieron, después, una larga amistad. La decisión de volver a la actividad fotográfica señala que Pi seguia confiando en el progreso de San Rafael. El haber pensado en ocupar a un ayudante posiblemente indique que pretendia disponer de tiempo libre para tomar las fotos que más le interesaban, los paisajes, o para atender otros negocios, ya que la fotografia nunca fue para él una actividad excluyente. De hecho, manejó su finca con el mismo rigor con que encaró el trabajo fotográfico.
viernes, 29 de marzo de 2024
José Benito de San Martín en su Parque de Chacras de Coria junto a sus hijas Sarita, Hortensia, Estela (en sus brazos) y Angélica. c. 1915.
Si bien no está documentado que revelara él mismo, si se han conservado cajas de placas y otros insumos donde se aprecia una etiqueta de la casa de fotografia Trini, que en la avenida San Martin 1319 de Mendoza ofrecia "Revelaciones y copias en el día" y, al mismo tiempo, se han hallado los envases de la gelatina de bromuro de plata que se les colocaba a las placas, como así también placas autocromas para dar color a las mismas. Quedó también testimonio de la inauguración el 12 de febrero de 1914 del monumento al Ejército de los Andes en el Cerro de la Gloria. La labor fotográfica de De San Martin tuvo además de la faz documental un evidente perfil artistico. Muchas de sus tomas son producto de un ojo entrenado y atento al placer estético. La colección fue conservada, tras su muerte el 25 de junio de 1944, por su hija Angèle de San Martin de Correas y luego por su nieta Maga, antes de llegar a manos de su otra nieta, Nora, quien con la colaboración de su asistente, Adriana Antidin hizo una impecable tarea de conservación. La labor consistió en la digitalización de las imágenes mediante un scanner Epson Perfection V750 Pro. Cada una de las casi seis mil novecientas placas de vidrio fue limpiada con un pincel para sacarles el polvo y luego con alcohol isopropilico. Terminado ese proceso, se las envolvió con papel de arroz, no ácido, y se las enumeró para volver a colocarlas en sus cajas originales. Paradójicamente, las fotos de José Benito de San Martin, con su gran contenido estético, documental y patrimonial, es lo único que pervive hoy de su intensa labor. Esta conservación se concretó gracias a la labor incansable de su nieta, quien valoró la importancia de la colección. El frigorifico donde se hizo el enfriamiento de uvas para exportar está hoy en ruinas, esperando su demolición total; del Parque Aborigen es poco lo que queda, la depredación, el abandono y la falta de politicas ambientales y culturales hicieron que una porción fuera recortada para construir el estadio del Mundial 78 de fútbol, de ahí en más su decadencia fue progresiva; nadie concretó el Plan Regulador y la ciudad creció anárquicamente; el Parque O'Higgins, que él imaginó como un pulmón urbano grato a los ciudadanos, se transformó en uno de los lugares más sordidos de la ciudad; su máxima creación, el Parque Angélica, fue arrasado por un barrio privado, permaneciendo sólo un vago recuerdo de lo que fue la obra inigualable de un soñador. Como si la trágica decisión que puso fin a su vida hubiera sido el anuncio del derrumbe inexorable de sus obras, todas ellas han sido destruidas. Sólo sus fotos han vencido al tiempo. Hoy, gracias a estas fotos, ese aliento de José Benito de San Martin vuelve a soplar y a recordarle a Mendoza la pertinencia de sus preocupaciones y sus enérgicas acciones para transformarlas en obras. (Del Libro: José Benito de San Martín. La Lúcida mirada de un hacedor) Gentileza de Nora Correas y Jaime Correas