El misterioso viaje de San Martín a Escocia En agosto de 1824, José de San Martín viajó a Banff, al Noroeste de Gran Bretaña.

 Lo esperaba allí un amigo cercano, muy relacionado a la masonería europea: Lord James Duff, conde de Fife. El prócer fue declarado Ciudadano Ilustre.


Muy poco se ha escrito sobre la visita del General San Martín a Gran Bretaña, luego de su auto exilio en Europa, producido en 1824. Menos aún de la “escapada” que el Padre de la Patria realizó a la pequeña ciudad de Banff a 70 kilómetros al Norte de Aberdeen, en Escocia.
Y, nada más ni nada menos, que para estar unos días con su amigo Lord James Duff, conde de Fife, donde recibió el honorífico título de Ciudadano Ilustre.
Este particular viaje, tiene más preguntas que respuestas. Más allá de la fama que tuvo San Martín como Libertador de América, su trayectoria no era muy conocida por la mayoría de los británicos. ¿Qué hizo San Martín en Banff? Eso es lo que hoy trataremos de explicar.
Un deseo frustrado
Luego de regresar de Lima en febrero de 1823, San Martín se instaló en su chacra de los Barriales, con el objeto de dedicarse de lleno a las tareas del campo, alejándose de su actividad militar y política.
Pero, en vez de vivir en paz, fue injustamente molestado tanto por el gobierno como sus detractores, al punto tal de tomar la decisión de auto-exiliarse a Europa.
En mayo, viajó a Buenos Aires para encontrarse con su esposa que estaba agonizando, pero fue obligado a regresar a Mendoza.
Recién en diciembre llegó a la ciudad porteña con la noticia que su cónyuge Remedios de Escalada había fallecido. En febrero de 1824,  partió con su hija Mercedes desde el puerto de Buenos Aires hacia Francia, en la fragata Le Bayonnais.
La llegada de San Martín al país galo, no cayó muy bien entre las autoridades y fue negado su desembarco en tierras francesas. Indignado partió hacia Gran Bretaña y llego al puerto de Southampton y luego llegaron a Londres donde fueron muy bien recibidos por varios amigos, entre ellos el parlamentario James Duff, conde de Fife.
Amigos son los amigos
Duff, nació en 1776, en una familia noble escocesa. Durante la guerra en España, contra la invasión napoleónica, luchó como general en el ejército español y fue herido dos veces. Además participó en la batalla de Talavera.
Fue allí en donde conoció al Padre de la Patria y se hicieron grandes amigos.
Cuando San Martín se encontraba en Londres junto a otros patriotas con  el objetivo de viajar a Sudamérica, fue Duff quien le otorgó los contactos para obtener el pasaporte y viajar en la fragata George Canning.
El conde de Fife, fue elegido en 1814 como Gran Maestre de la masonería en Escocia, cargo que ocupó hasta 1816. Luego, siguió participando en esta sociedad secreta hasta su muerte.
La relación entre ambos amigos nunca fue interrumpida y varias son la cartas que Duff enviara al Santo de la Espada en toda la campaña libertadora. James Duff, falleció en 1857, siete años después que el Libertador.
Hacia las tierras de los Highlanders
En agosto de 1824,  José de San Martín viajó a Banff.  En Londres, compró un boleto de 2 libras y se trasladó en diligencia para recorrer un total de 931 kilómetros hasta el Noreste de Gran Bretaña.
El 9 de agosto, el Libertador partió desde la capital del Reino Unido. El servicio de coches era excelente como también los caminos.
La diligencia de la Royal mail inició puntualmente su marcha, acompañados por otros carruajes hacia su destino.
La travesía duraba unos cuatro días y el Héroe de Chacabuco y Maipú descansó en algunas de las muy buenas posadas que se encontraban muy cerca del camino principal en plena campiña inglesa.
Ya en Escocia, el transporte llegó primero a la ciudad de Aberdeen y luego tomó otro coche para viajar directamente a Banff. Faltaban para llegar a la tierra de su gran amigo 73 kilómetros.
El viernes 13 por la mañana llegó y fue recibido por la servidumbre de James Duff. Inmediatamente se alojó en el primer piso de la Mansión del escocés llamada Duff-House.
El Cuarto Conde Fife estaba enterado de su visita a Banff pero no sabía con exactitud el día. Cuando llegó el General San Martín, su amigo escocés estaba de cacería en Balmoral.
Enterado de la visita de su gran amigo, regresó antes de lo previsto y ambos se encontraron.
Un par de días, estuvieron en la mansión conversando de todo lo que les había sucedido a ambos en esos largos años. También en aquellas reuniones se comentaron algunos secretos que quedaran ocultos por una eternidad.
Además, Duff,  le tenía reservada una verdadera sorpresa a su gran camarada. 
El ciudadano ilustre
Diez días después de su llegada a la residencia de Duff, el General fue invitado a trasladarse unos días a Town House, sede de la alcaldía de Banff, donde autoridades y ciudadanos ilustres participaron de un hecho inusual.
Frente a esos miembros notables, se le otorgó al "Ilustrísimo y Nobilísimo varón D. José de San Martín un diploma por el que se lo designó ciudadano libre de la Ciudad y cofrade de la Hermandad.
Aquel pergamino -que se encuentra hoy en el Archivo Mitre- dice así: "En Banff, a los 19 días del mes de agosto de 1824, en presencia de los honorables varones George Garden Robinson, Armígero Preboste, Lewis Cruikshank, Wlliams Robertson, Tomás y Jack Wright, Armígero Bailes, John Pratt, Armígero Decano del Guiad y James Simpson, Armígero Tesorero del Real Burgo de Banff.
Este día Su Ilustrísimo y Noblísimo Señor Don José de San Martín, fue recibido y admitido como Ciudadano del Municipio y Cofrade de las Hermandades de este Burgo.
Y este diploma acredita la posesión de todos los privilegios que corresponden a un Ciudadano y miembro de las Cofradías de Hermandades, a mérito de la Reverencia y la Estima de dichos magistrados. Expedido por mi, Notario Público Autorizado. firmado Geo R. Forbes".
Luego de la gran ceremonia que le rindió la nobleza de aquella pequeña ciudad, el General y su amigo visitaron a dos Logias masónicas: una llamada St. Andrew N° 52 y Saint John, Operative N° 92 .
Ambos fueron recibidos por con todos los honores. Como ya mencionamos, su gran amigo el conde, fue Gran Maestre de la Gran Logia de Escocia desde 1814-1816 y tres años después de la llegada de San Martín a Banff, fue elegido Gran Maestre de la Logia Provincial de Banff hasta su muerte en 1857.
Ya de regreso a Londres, el 25 de agosto de 1824 el periódico Aberdeen Journal publicó: "El lunes y martes último no menos de 250 carrozas,  han sido vistas pasar por la calle George Street …un hombre de tez morena y atuendo de forastero formaba parte de ese contingente de turistas…"

Fuente:http://www.losandes.com.ar/article/el-misterioso-viaje-de-san-martin-a-escocia-805482

El Himalaya desde arriba



El vídeo es una creación de una compañía llamada Teton Gravity Research para mostrar precisamente las capacidades del GSS C520, un giroestabilizador de cámara que han montado en un helicóptero para grabar estas extraordinarias tomas aéreas.

El vídeo comienza sobre la ciudad de Katmandú, y termina haciendo unas panorámicas sobre las estribaciones de la cordillera del Himalaya, a casi 8.000 metros de altura y con el Everest de fondo. Si lo pones a Pantalla completa casi se puede respirar el aire de la montaña. Magnífico.

¿Qué gusto tiene la sal?

El primer trabajo de Carlitos Balá como protagonista estelar de televisión fue en Canal 9, en 1963. El programa se llamóBalamicina y su libretista fue Gerardo Sofovich. Según contó el cómico, a él le gustaba trabajar al aire libre. Por eso, pasaba a buscar a Sofovich en su autito, llevaban dos reposeras más sándwiches yse instalaban en los bosques de Palermo a escribir las historias. Pero tenían una incompatibilidad: A Carlitos le gustaba el día para trabajar y a Gerardo, la noche. Continuaron trabajando juntos, pero los picnic en Palermo se suspendieron a las dos semanas. De todas maneras, Balamicina fue un éxito.
Más adelante, Canal 13 lo contrató para que hiciera El soldado Balá y después la misma emisora creó un nuevo programa a su medida: Balabasadas, que se estrenó en 1968. Su partenaire fue Carlos D’Agostino y el libretista, Juan Carlos Calabró. Las emisiones eran los martes a las 8:30 y arrancaba con una muy buena idea. Como Carlitos hacía diferentes personajes (un bombero, un médico, un mucamo, un futbolista), al comienzo se mostraba aBalabacín, un muñeco con el característico flequillo de Carlitos, que iba siendo vestido con el uniforme del personaje. Esto era acompañado de una canción sencilla. Y ocurrió algo que no estaba en los planes de nadie: los más chicos, en las casas, le tomaron cariño al cómico, a partir del muñequito y la canción. D’Agostino y Calabró lo advirtieron: Balá tenía que dedicarse a los más chiquitos. Muchos sabemos lo bien que lo hizo.
Ya casado con su atractiva novia, Martha Venturiello, solían pasar la temporada de verano en Mar del Plata, por placer y por trabajo. Tenían un departamento de un ambiente en el centro de la ciudad balnearia, en Colón y Olavarría. Solían ir a Las Toscas, una zona con poca playa, pero muy tranquila.
Martha y Carlitos creen recordar que fue en 1969, cuando se perfilaba como el preferido de los niños. Estaban en Las Toscas y el cómico disfrutaba mirando el mar acomodado en una clásica silla playera. Notó que un chico se acercaba caminando arrodillado en la arena. Entonces dijo, como para ser escuchado: “¡Qué lindo que está el mar!”. El niño se hizo el desentendido. Balá arremetió: “¡El mar! ¿Qué gusto tendrá el mar?”. El pequeño tampoco mostró una reacción. Carlitos no se dio por vencido y dijo: “El mar tiene gusto a sal. Pero, ¿qué gusto tendrá la sal?”. Ahí el chico reaccionó. Lo miró y le respondió: “¡Pero, Carlitos, qué gusto va a tener la sal! ¡Salada!”. Sin esperar respuesta, salió corriendo.
A Balá le causó tanta gracia la ocurrencia del niño, que decidió incorporarla a la nómina de sus geniales frases célebres.
(Tomado del  libro Historias de letras, palabras y frases, Daniel Balmacedade Ed. Sudamericana)

29 de abril Día del Animal. Homenaje al fundador de la Sociedad Protectora de Animales Ignacio Albarracín.

Fundador en 1879, junto con Sarmiento, Mitre, el reverendo Thompson, Guido Spano y V. F. López, fue primer secretario, presidente popular y vitalicio de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales. Foto 1920.


Ignacio Lucas Albarracín (Córdoba, 31 de julio de 1850 - Lomas de Zamora, 29 de abril de 1926) jurisconsulto argentino, abogado y durante más de cincuenta años primer secretario y presidente de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales. En Argentina el 29 de abril se festeja el Día del Animal en homenaje al doctor Ignacio L. Albarracín.
Nació en Córdoba, pero siempre se consideró sanjuanino de nacimiento por el hecho de que su padre, el coronel sanjuanino Santiago Albarracín, vivía refugiado en esta ciudad por razones políticas. Por eso también figura como nacido en San Juan en muchos documentos oficiales. 


Coincidentemente Ignacio Lucas Albarracín murió de un paro cardiaco en su casa, festejando el Día del animal el 29 de abril de 1926. En muchos lugares figura como pospuesta esa fecha en homenaje de él, pero eso es una mala interpretación; ya se había empezado a celebrar esa misma fecha años antes.
En 1907 Albarracín; gestiona con el Dr. Ponciano Vivanco, presidente del Consejo Nacional de Educación la celebración de la Fiesta del Animal, tomando como ejemplo la festividad del Domingo del animal que se realizaba en Londres por los pastores de las iglesias, donde se hacían sermones para inculcar el respeto por los animales. Esto se aprueba y se pasa la celebración para el año siguiente. En 1908 se prepara la reunión para el 29 de abril, pero debe suspenderse por lluvia, y se realiza el 2/5, pero luego se sigue festejando el 29/4. El acto inicial se realizó en el Zoológico con la presencia del presidente de la Nación, Figueroa Alcorta, varios ministros y 15.000 escolares y se soltaron 500 palomas mensajeras.
Personaje colérico que era, es muy probable que la gran atención y la alegría de la entrevista de prensa en la casa, le haya causado mucha agitación y el ataque cardiaco que terminó con su muerte. Y la verdad es que el bien merecido homenaje el Día del animal se le ha dedicado posteriormente.







Documento fotográfico. Inventario 49834.
Archivo General de la Naciòn

martes, 28 de abril de 2015

Ver. La película de Belgrano - Homenaje al gran héroe Argentino-Latinoamericano



El telefilme Belgrano se centra en los últimos diez años de vida del creador de la bandera argentina.

En 1810 Manuel Belgrano cree que es posible reemplazar la autoridad real -- la de Fernando VII prisionero de las tropas napoleónicas -- por la de una comunidad de hombres virtuosos que, identificados con la Patria, interpreten con fluidez al Pueblo. Esta convicción guía la práctica política y militar de Belgrano, que lo muestra animado y confiado. Luego llegarán las batallas ganadas, las derrotas, el desencanto, la indisciplina, y el replanteo permanente de sus fuerzas y de sus aptitudes para continuar con la gesta.

Este telefilme cuenta cómo la vida personal de Belgrano quedó rezagada a su vida pública y cómo su virtud patriótica lo obligó a postergar lo privado, sinónimo de pasión individual. Por eso sus amores ocuparon un segundo lugar, recatado, un tanto invisible a los ojos de los demás.

El final, ineludible, termina por resolverse en su cuerpo, espacio privado por excelenecia, pero también parece ser la metáfora de cierta decepción política de aquellos años de la Revolución.

Nombre de nuestros ferrocarriles, 1948. Argentina



Archivo General de la Nación. Biblioteca."La Naciòn Argentina, Justa, Libre y Soberana" Año del Libertador Gral. San Martìn, 1950. 3º Ediciòn.

La Bolsa: el cine del pueblo Esta sala emblemática abrió sus puertas en 1930. Sus anécdotas pintan la Mendoza de otro tiempo.


Hace 50 años cerraba sus puertas para siempre uno de los cines más bizarros y populares que existió en nuestra ciudad. 
Tiempo después, en una fría mañana de mayo, los mendocinos vieron con asombro cómo la piqueta del progreso daba muerte a un icono que durante muchos años había cobijado entre sus entrañas a estudiantes, prestamistas, lustrabotas y hasta alguno que otro ladrón. Así, caía aquel viejo cine llamado “La Bolsa”. Y sus miles de historias y anécdotas.
Nace el cíclope de calle Necochea
En 1930, abrió sus puerta el cine “La Bolsa”, la sala estaba ubicaba en Necochea 79 de Ciudad, casi esquina 9 de Julio.
En esa zona, y por aquellos años se concentraba una importante cantidad de bancos y se realizaban transacciones comerciales y financieras, mucho antes de que existiera la Bolsa de Comercio de Mendoza.
Para los que no lo conocieron, su construcción era simplemente un típico café de los años ‘30. En el frontispicio tenía una puerta principal y dos grandes ventanales, ambos provistos de grandes persianas metálicas. En la parte superior había una inscripción que decía: “bar - bolsa (en letras mayúsculas) - café”, y debajo de la misma leyenda coronaban cuatro faroles antiguos.
Allí, junto a su puerta, un dicharachero lustrabotas se ponía todas las mañanas y además se podían escuchar los pregones de los vendedores de lotería y del viejito que vendía tortitas caseras.
Además, este establecimiento tenía como vecinos la casa de lotería La Baskonia y el extinto café Jamaica, que era otro de los lugares de encuentro de prestamistas y usureros.

Público bochornoso
Al comenzar la proyección toda la sala quedaba en silencio..., pero con el transcurrir de los minutos, comenzaban las travesuras de los chicos y no tantos presentes.
Una de las más comunes era la de gritar mientras se proyectaba el film; otra era la de silbar o chiflar cuando alguna actriz mostraba más de la cuenta y, cuando la película se cortaba o se ponía “muy pesada”, lo habitual era tirar objetos contundentes a cuanta cabeza asomara por encima de las filas de butaca.
Era, por lo tanto, el reducto ideal para la “sincola” de gran parte del estudiantado local. Pero no solamente los alumnos se “hacían la rata” aquí, sino también muchos de los empleados que trabajaban en el centro pegaban el faltazo para circular por estos lares, saborear una cerveza y ver “una de tiros”.

Tiros, sexo y cerveza
El cine-bar La Bolsa conformaba una sala atípica a fines de los años ‘30 porque, a diferencia del resto, ofrecía un servicio de bar. Abría sus puertas desde las 10.30 y cerraba mucho después de la medianoche.
En el bar se podía saborear la tradicional cerveza Cóndor, la recordada gaseosa Bidú o algún aperitivo acompañado de un sándwich. Para los días de frío tenía a disposición café, acompañado con medialunas.
Una vez traspasado el bar el espectador se encontraba con la sala de exhibición. La entrada para ver las películas costaba algunos centavos.
Según se cuenta, el cine llegó a tener más de 4 mil espectadores, los cuales tenían que hacer una larga fila para entrar.
Llamaba mucho la atención que la sala estaba prohibida para las damas. Por supuesto que ni hacía falta hacer explícita la prohibición: la presencia de las señoras en esos lugares estaba mal vista por la sociedad de aquel tiempo.
Recordemos las películas: allí se exhibieron los cortos mudos del inigualable Carlitos Chaplin y otras obras como “Tarzán”, en todas sus versiones.
Tiempo después, el cine se modernizó y se proyectaron films sonoros que, por lo general, eran de clasificación B, C y D.
 En los años ‘60 se proyectaron en sus pantallas películas como “Mujeres Peligrosas”, con la actuación de la sensual actriz italo- yugoslava Silva Kuscina; u otras producciones eróticas que eran prohibidas para menores de 18 años. Esto causó molestias en algunos sectores de la sociedad, cuyas denuncias fueron planteadas al municipio de Capital quien tiempo después lo clausuró definitivamente.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/la-bolsa-el-cine-del-pueblo

Alvear, Holmberg y San Martín. Una clara señal de que no perseguían un fin económico,

Al crearse el Escuadrón de Granaderos a Caballo en marzo de 1812, el Primer Triunvirato estableció cargos y otorgó los correspondientes sueldos. De inmediato, Carlos María de Alvear(cuyo retrato vemos a la izquierda), envió una carta al Ejecutivo, renunciando a percibir sus ingresos:
Exmo. Señor:
Cuando ofrecí mis servicios á V. E. para que me destinase en lo que considerase podría ser de alguna utilidad á nuestra justa causa, cumplía con los deberes de un ciudadano honrado, que miraba como un crimen el permanecer en el ocio, cuando la patria exige de sus hijos el servicio que por la naturaleza le es debido y ahora que V. E. se ha dignado honrarme con el empleo de Sargento Mayor del Escuadrón de Granaderos á Caballo que se ha de formar, creo de mi deber y obligación, supuesto que la Providencia me ha dado con que subsistir, ceder á beneficio del Estado todo el sueldo que me pertenece por mi empleo, sirviendo en un todo á mi costa, cuya pequeña gracia espero de la justicia de V. E. se sirva admitir como la mas mínima parte del interés que me tomo por el bien de la Patria.
Dios guarde á V. E. muchos años.
Buenos Aires, 24 de Marzo de 1812.
La renuncia de Alvear fue publicada en la Gaceta del 3 de abril de 1812, junto con el siguiente decreto:
El Gobierno admite y reconoce esta patriótica oferta, que se publicará en la Gaceta para que sirva de satisfacción á los buenos ciudadanos, y de confusión á los egoístas.
Exmo. Gobierno Superior de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.
Asimismo, acompañaba los textos de la Gaceta la siguiente nota:
No es menos digna de la consideración de la patria y del aprecio de los buenos ciudadanos la generosa oferta de 50 pesos mensuales que ha hecho don José de San Martín comandante del escuadrón de ganaderos ha de formar, y la sesión que hace de una tercera parte de su sueldo don Eduardo Kaillitz, barón de Holmberg, que marcha a incorporarse al ejército del interior. El gobierno ha mirado con distinción los sentimientos nobles de estos ciudadanos, ha ordenado que se les dé las más expresivas gracias a nombre de la patria y que se publique en gaceta para que aparezca un testimonio público que los honre y los haga merecer el afecto de los hombres virtuosos.
Recordemos que Alvear, Holmberg y San Martín habían arribado a Buenos Aires, provenientes de Europa, el 12 de marzo de 1812. Al ceder parte de su sueldo o la totalidad, estos hombres estaban dando una clara señal de que no perseguían un fin económico, sino claros valores que estaban por encima de ciertas comodidades.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/personalidades/alvear-holmberg-y-san-martin/

lunes, 27 de abril de 2015

Ver Cine Argentino. Revolución: El cruce de Los Andes



También conocida como "San Martín: El cruce de Los Andes".
Fecha de estreno: Buenos Aires, 7 de abril de 2011.
Historia - Guerra. 90 minutos.
Director: Leandro Ipiña
Guión: Leandro Ipiña, Andrés Maino
Estreno: Buenos Aires, 7 de abril de 2011.
Productores: Canal 7, Canal Encuentro, INCA, TVE, Gobierno de la Provincia de San Juan.
Distribuidora: Distribution Company

San Martín, el minero. Repasamos uno de sus hitos: ser pionero en la minería.

Existen ciento de documentos que afirman que el Libertador de tres naciones, le dio un gran impulso a esta industria.

Minería en libertad 
Desde la llegada de los colonizadores españoles en la región de Cuyo, la explotación de oro, plata y otros minerales fue la prioridad de los gobiernos coloniales desde el siglo XVII. 
Después de los acontecimientos de 1810, los miembros de las respectivas Juntas de Gobierno vieron la indispensable necesidad de ocuparse de la industria minera, teniendo en cuenta el alto significado económico que poseían los metales preciosos. 
Por aquella época, los yacimientos más importantes se encontraban en Potosí (Bolivia); pero en nuestra región estaban la minas del Famatina (La Rioja), gran parte del valle de Uspallata (Mendoza), Jachal (San Juan) y la Carolina (San Luis), como reservas de gran potencial, esperando el turno de su desarrollo.
Es por eso que en 1813, se produce un hecho histórico y significativo para la minería. Con el propósito de promover la actividad a largo plazo, y de convertir a las Provincias Unidas en un país minero, la Asamblea General Constituyente sancionó el 7 de mayo de ese año, la primera ley de fomento minero.
En esta ley se basó el flamante gobernador de Cuyo José de San Martín, para incentivar esta industria en Mendoza, San Juan y San Luis.
Un gobernador progresista
San Martín llegó a Mendoza en setiembre de 1814 y encontró a toda la zona de Cuyo en una situación económica desastrosa. Apenas el erario público tenía lo mínimo para solventar gastos; y los recursos eran muy pocos.
Los gobiernos anteriores al del Libertador poseían una idea más conservadoras sobre la economía en la región. Es por eso que el Padre de la Patria llegó a estas regiones con una visión muy diferente. Y dentro de sus ideales, estaban los del progreso económico.
Más allá de ser militar, su concepto de la economía era muy claro y creía firmemente en el potencial de la industria. No hay duda que este pensamiento de desarrollo, lo había traído desde Europa al vivir muchos años en ella y absorber las nuevas ideas de la época.
La prioridad económica
Después de la asamblea del año XIII se creó en Mendoza la Compañía Patriótica de Minas. Esta empresa estaba presidida por el licenciado Manuel Ignacio Molina, quien había encarado, desde fines del siglo XVIII, la explotación de diferentes minerales en el valle de Uspallata, en donde se habían encontrado vetas de oro, plata y cobre.
La compañía de Molina, en el valle de Uspallata, contaba con un gran establecimiento en los que tenía varios hornos de fundición y un trapiche hidráulico para la molienda de minerales.
Poco tiempo después de tomar el mando, San Martín planteó al Cabildo de Mendoza, la necesidad de impulsar el desarrollo minero y envió varios proyectos para debatirlo en la Sala de representantes, los que fueron aprobados por unanimidad.
Pero también, como funcionario instó a sus representantes de las provincias de San Juan y San Luis, para que promocionaran la minería como un nuevo sustento económica de la región.
Fueron muchas las notas oficiales enviada al gobernador sanjuanino; en donde “El Santo de la Espada” hacía mención a la activación de esas minas ubicadas en la localidad de Jachal.
Éstas llevaban muchos años de explotación en tiempos coloniales. El apoyo inmediato del coronel San Martín, hizo que en menos de un año, la industria minera comenzara a trabajar activamente.
También en San Luis, el mandatario de Cuyo, envió las mismas misivas que fueron acatadas.
En agosto 1816, San Martín fue nombrarlo general en jefe del Ejército de los Andes por el gobierno de Pueyrredón y se le encomendó la gloriosa misión de liberar el territorio de Chile.
Fue así, que tuvo que dejar su cargo, y se postergarían sus anhelos de ver aquí un polo minero de escala continental.


Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/san-martin-el-minero

domingo, 26 de abril de 2015

Ver Cine Clásico Argentino. un Film de Leonardo Favio. Gatica, el mono



El film basado en la vida del boxeador argentino Jose Maria Gatica, "el Mono", es quiza una de las mayores obras del cine argentino protagonizada por Edgardo Nieva, Horacio Taicher, Virginia Innocenti, Cecilia Cenci, Armando Capó, María Eva Gatica (hija del fallecido boxeador), Juan Costa y Miguel Fernández Alonso. Estrenada en 1993 y con un costo de 3,2 millones de dolares fue un suceso de publico, supero los 430 mil espectadores, y luego de ganar el Premio Goya en España fue seleccionada para representar a la Argentina en los Oscar en la categoria film extranjero, pero su director Leonardo Favio decidio retirarla de la competencia por diferencias que mantenia con las autoridades del INCAA (ente del cine argentino) de aquellos años a quienes exigia el mismo trato para los filmes nacionales que tenían los extranjeros. Hay que recordar que la pelicula pudo llegar a distintas salas cuando el ex dueño del Diario Ambito Financiero, Julio Ramos, contribuyo con dinero para que se pudieran hacer las copias y asi ser estrenada en toda la Argentina. Luego de bajar la pelicula de los Oscar, en sesiones extraordinarias el parlamento argentino sanciono la actual Ley de Cine. La prensa extranjera considero que Gatica, el Mono, no solo tenía todas las posibilidades de triunfar en la terna Mejor Film Extranjero en los Oscar, sino que además el guión junto a su director podrian haber sido nominados.La pelicula tuvo distribución mundial y la crítica eligio a Favio como uno de los grandes directores de cine que ha dado el mercado de habla hispana. El tema musical central es Tanguera de Mariano Mores.

FOTOGRAFÍAS DE AMANTES. Años '20

La fotografía erótica ya empezó en el siglo XIX. No paso mucho tiempo en que los fotógrafos, de fotografiar paisajes y retratos, a un avispado se le ocurriera  fotografiar chicas desnudas. Se habría así un floreciente negocio, eso si, fuera de la ley, en que desde kioscos y gasolineras se ofrecían fotografías de chicas desnudas posando como su madre las trajo al mundo. Se solían vender por unidades, aunque lo más normal fuera en series de media docena.

Los temas también eran variados: Mujeres solas,  chicas en actitudes claramente lesbianas, escenas sadomasoquistas, o como las que les traigo hoy, parejitas de enamorados.