jueves, 31 de enero de 2013

San Martín y sus mujeres: sexo y pólvora

El matrimonio sería una interminable fuente de infelicidad para la niña Remedios. (Foto cronologicosdigital.com.ar)

No el héroe, sino el hombre que soñó, amó, padeció enfermedades, que tuvo amantes, mal carácter, debilidades, amigos y enemigos, mantuvo numerosas batallas "cuerpo a cuerpo" con varias mujeres. Fue un marido cruel y un general enamoradizo de lo que Mendoza fue testigo y cómplice.
La figura de José de San Martín ha tenido múltiples lecturas a lo largo de la historia argentina. Los estudios sobre su vida y su obra se cuentan por miles, en especial, aquellos que analizan su carrera y talento militar, su papel protagónico en la gesta libertadora y los pormenores de su tarea política inspirada en una ideología revolucionaria.


Pero también su figura ha sido abordada desde el hombre, desde la persona que soñó, que amó, que padeció enfermedades, que tuvo amantes, mal carácter, debilidades, amigos y enemigos. Estudios más recientes iluminan los aspectos humanos del héroe máximo del panteón argentino para mostrarlo lejos del bronce y de a pie, como un hombre de su tiempo, que respondía a la educación patriarcal, machista y autoritaria de la época. 

Uno de los aspectos más reveladores para acercarnos al San Martín hombre, ya lejos de la hagiografía escolar, es su relación con las mujeres. En efecto, las mujeres fueron muy importantes en la vida del soldado José. 

La primera mujer influyente en el joven José fue su madre. ¿Pero quién fue realmente su madre? Hace unos años un investigador afirmó que San Martín no sólo era un hijo bastardo, sino un mestizo puesto que su madre había sido una india guaraní; decía que el Libertador no era hijo de Gregoria Matorras y Juan de San Martín, sino de Diego de Alvear y una misteriosa india. A la áspera polémica, verdadera batalla entre historiadores, que desataron estas afirmaciones se sumó la aparición del libro de memorias de María Joaquina de Alvear y Sáenz de Quintanilla, hija de Carlos de Alvear. En el libro -perdido, encontrado y ocultado durante muchos años-, María Joaquina afirmaba ser “sobrina carnal, por ser hijo de mi abuelo el señor Don Diego de Alvear y Ponce de León habido con una indígena correntina, del general Don José de San Martín”. 

Después de la revisión de documentos, de la renovada búsqueda de la perdida partida de bautismo de San Martín y de diferentes análisis, el tema de la condición bastarda y la sangre india de quien sería el Libertador de Argentina, Chile y Perú ha perdido no interés, sino posibilidades reales de verificación puesto que las huellas documentales sobre ese tramo de su vida son muy escasas.


Remedios tenía 15 años cuando se casó.
San Martín: un marido cruel


María de los Remedios Carmen Rafaela Feliciana de Escalada se convirtió en la esposa de José de San Martín a causa de los intereses políticos y económicos de su padre. Ella tenía 15 años y él 34. Se conocieron en una de las tertulias que organizaban las familias para que las señoritas casaderas encontraran un buen partido.

Hacía poco que San Martín había regresado a Buenos Aires después de su ajetreada vida militar en España; sus biógrafos señalan que José admiró la inocente belleza de Remedios y dijo, con palabras más verosímiles en un poeta que en un soldado, “esa mujer me ha mirado para toda la vida”. Entregada por ambición de poder, presa en un arreglo político, el noviazgo de Remedios y José duró apenas unos pocos días y se casaron el 12 de setiembre de 1812. 


El matrimonio sería una interminable fuente de infelicidad para la niña Remedios. Recién casados, San Martín quemó en una gran hoguera todos los vestidos de seda de la joven esposa, le dejó sólo tres atuendos sencillos y descoloridos.

En 1814, ya como gobernador intendente de Cuyo, San Martín mandó a llamar a Remedios; ella viajó en compañía de un puñado de amigas y de su criada Jesusa, una mulata que la había acompañado desde niña. Cuando llegó a Mendoza con ocho días de retraso a causa de los imprevisibles problemas que en el arduo camino sufrió la diligencia, San Martín la recibió con una mirada gélida, con distancia y no ocultó su rechazo debido a los baúles que Remedios había traído consigo; su bienvenida consistió en brindarle una serie gritos vulgares con los que la humilló en público. 

Como la recibió, la abandonó en una casa sencilla, cercana a la Plaza de Armas y al Cabildo, a la que San Martín raramente volvía: prefería el campo del Plumerillo, las reuniones secretas de la Logia Lautaro y encuentros nocturnos en los que política y guerra eran sinónimos. Las citas furtivas con mujeres quedarían enmascaradas detrás de las tareas urgentes que demandaba la organización del Ejército de los Andes. 

Remedios enfermó de tuberculosis un año después de llegar a Mendoza y San Martín apenas le prestó atención a las dolencias crecientes de su mujer; inclusive su embarazo de Merceditas pasó casi desapercibido para el general. Sin embargo, él mismo padecía de varias enfermedades crónicas que lo postraban en la cama: sus problemas de columna, reuma, ataques de gota y de bilis y extrañas fiebres fueron atendidas diligentemente por Remedios. Los dolores de San Martín eran suavizados con láudano y tisanas de amapolas; los de Remedios –un aborto espontáneo, ataques de tos, mareos, desmayos, fiebre y debilidad- con viajes a Buenos Aires en galera, expuesta al frío y al calor del camino interminable, para que la cuidara su familia. En todo ello, San Martín estuvo ausente. 

Convivieron sólo cinco años. Cuando Remedios empeoró, en 1819 San Martín la despachó casi sin despedirse a la casa de sus padres. La condenó una vez más a un penoso y sofocante trayecto en diligencia junto a Merceditas, de apenas tres años, con un puñado de soldados como escolta y un carro con un ataúd de madera detrás por si la tísica moría en el viaje. Todo un detalle. Ya con su familia, la correspondencia de Remedios con su esposo fue primero esporádica y luego nula. 

Enterada por Tomás Godoy Cruz de que su marido había regresado a Mendoza a la chacra de Los Barriales al cabo de su gesta libertadora, Remedios le pidió con insistencia que viajara a Buenos Aires a verla. Pero él se negó con distintos argumentos. Consumida, con 20 kilos de peso y devorada tanto por la enfermedad como por la impotencia, murió en agosto de 1823 a los 25 años. San Martín llegó tres meses después a la casa de los Escalada a buscar a Merceditas, que casi no lo conocía, para irse con ella a Europa. El último gesto para la mujer que lo había “mirado para toda la vida” fue colocar una escueta y casi miserable lápida: “Aquí yace Remedios Escalada, esposa y amiga del General San Martín”.

San Martín en una obra de Fidel Roig Matons.


El héroe infiel: sexo y pólvora

Las infidelidades del Padre de la Patria fueron numerosas y las mujeres con las que mantuvo amoríos no fueron pocas. Como era costumbre entonces, el adolescente José debutó sexualmente a los 16 años con una prostituta. Más tarde, en un prostíbulo de Cádiz conoció a Josefa, una vivaz “cuartelera” de quien hará “una compañera de armas” en su vida de joven militar. Luego, será el turno de Lola, de Badajoz, una mujer mayor que él, quien lo instruyó en las secretas batallas que se libran entre las sábanas.

Cuando estaba al mando del Ejército del Norte se hizo evidente la manifiesta intimidad que San Martín mantuvo con Juana Rosa Gramajo Molina, esposa del dueño de una de las estancias en las afueras de Tucumán en la que se hospedó; Juana era bella, atrevida y la mejor amiga de la amante de Manuel Belgrano. 

Aunque en Mendoza asumió el papel que hoy sigue representando, el de "un cristiano que por su edad y sus achaques ya no puede pecar", los biógrafos destacan, puesto que hay pruebas documentales, las relaciones que San Martín mantuvo con varias mujeres estando ya casado con Remedios. 

Una de ellas fue Jesusa, la mulata que había acompañado a Remedios desde su infancia. José, atraído por la bella criada y enredado en sus encantos, la sedujo y fue correspondido; cuando “devolvió” a Remedios a su familia ordenó, misteriosamente, que Jesusa no la acompañara sino que se quedara en Mendoza para levantar la casa. La esclava no se despidió de Remedios, pasó a Chile junto a San Martín, tuvo un hijo con él e incluso llegó hasta Perú con el Libertador. Allí fue rechazada y regresada a Mendoza, donde por orden del mismo San Martín fue vendida en un acto público en 1820 por 160 pesos. 

También en Mendoza sostuvo un intenso romance con María Josefa Morales de los Ríos, una joven viuda mexicana; la relación fue tan intensa, que el entonces gobernador intendente no sólo tenía su guardarropa en su casa, sino que ésta se convirtió en la residencia habitual de San Martín. La dama fue distinguida con las más caballerosas atenciones del general que la llamaba su “amiga”. Incluso antes de partir a Perú, le encargó al administrador de la chacra de Barriales “cuidar mucho a mi señora Doña María Josefa Morales de los Ríos” y suministrarle lo que ella quisiera “en los términos que a mi mujer propia”.

Al llegar a Perú no pudo resistirse a la encantadora sonrisa de Fermina González Lobatón, dueña de la estancia azucarera de San Nicolás de Supe, y aunque se dice que tuvo un hijo con ella, no hay pruebas que lo corroboren. Ya en Lima, declarado Protector de Perú, fue literalmente arrebatado por la belleza de Rosa Campusano, una audaz joven que había actuado como espía para los patriotas; el romance duró más de un año y los amantes no lo ocultaron, puesto que Rosa lo visitaba diariamente y los sábados por la noche asistían juntos a las fiestas que la ciudad le ofrecía al heroico San Martín. Estos amores, a la vez clandestinos y públicos, escandalizaron a la alta sociedad peruana, tradicional, tolerante e hipócrita.

Cuando viajó a Guayaquil en busca de Simón Bolívar, San Martín conoció a una bella viuda llamada Carmen Mirón y Alayón, con quien tuvo un hijo de nombre Joaquín Miguel de San Martín y Mirón y sus descendientes llevan este apellido hasta hoy.

En sus batallas “cuerpo a cuerpo” con las mujeres, el San Martín hombre fue mucho menos heroico que el prócer; el San Martín que bebía mucho, besaba y enamoraba a las damas fue una suerte de Don Juan andino, un marido cruel y autoritario y un estratega tan brillante como egoísta que sólo tuvo ojos para la esquiva, olvidadiza e ingrata Patria que lo aplaudió, negó, repudió y volvió a amarlo. Como sus mujeres.




Fuentes: Romances turbulentos de la historia argentina, de Daniel Balmaceda. Buenos Aires, Norma, 2008; Diario íntimo de San Martín, de Rodolfo Terragno. Buenos Aires, Sudamericana, 2009; San Martín. De soldado del Rey a héroe de la nación, de Beatriz Bragoni. Buenos Aires, Sudamericana, 2010; Don José. Vida de San Martín, de José Ignacio García Hamilton. Buenos Aires, Sudamericana, 2000;Nueva historia del Cruce de los Andes, de Pablo Camogli. Buenos Aires, Aguilar, 2011; “Remedios de Escalada. La dama del destino triste”, de Adriana Micale enMujeres argentinas. El lado femenino de nuestra historia. Buenos Aires, Alfaguara, 1998; Mujeres tenían que ser. Historia de nuestras desobedientes, insurrectas, rebeldes y luchadoras. Desde los orígenes hasta 1930, de Felipe Pigna. Buenos Aires, Planeta. 2012.

Patricia Rodón


Fuente: http://www.mdzol.com/nota/410843/



miércoles, 30 de enero de 2013

Patrulleros de 1934


Un nuevo tipo de ladrón apareció a comienzos de los años 30. Más violento, a partir de integrarse a bandas delictivas que usaban armas poderosas para asaltar bancos y transportes de caudales.La palabra “tiroteo” se hizo habitual y la policía se vio en inferioridad de condiciones.
Hacía falta equiparse, pero no había presupuesto. Por ese motivo, se organizaron reuniones a beneficio y rifas. Así fue como gracias a la “Colecta del Día de la Seguridad Pública” (en la que participaron desde empresarios hasta humildes vecinos), la Policía Federal renovó gran parte de su flota automotor. A mediados de 1934 se compraron cincuenta Ford V8, que fueron equipados con radios para que sintonizaran la LPZ, que era la radio policial. Pero lo más singular eran los vidrios blindados, con perforaciones en el parabrisas para que pudieran disparar a los malhechores (palabra que usamos porque a esta altura nos sentimos en un capítulo de Los Intocables) con carabinas Beretta. Suponemos que el buraco del conductor sería usado cundo el coche estaba detenido.
El 15 de julio de 1934 salieron a la calle, pero no hubo novedades. Mejor dicho, las hubo, pero los patrulleros no se enteraron. Se produjo un tiroteo (“malhechores”, “se produjo un tiroteo”… ya estamos contagiados por la terminología) entre un policía y cuatro ladrones que le robaron $ 4 a un trabajador en Las Heras y Lafinur (Palermo). Los delincuentes se internaron en el Jardín Botánico -no tenía rejas entonces- y lograron huir.
El auto con orificios para armas largas no demostró ser muy eficaz, sobre todo, por la poca maniobrabilidad de las carabinas: su radio de giro las limitaba. De todas maneras, las ventanitas fueron apreciadas en verano, ya que permitían una mejor ventilación interior. Eso sí: en el invierno siguiente comenzaron a cerrarse. Para siempre.


Publicidad Gráfica, SODA CARMENCITA. Ciudad de San Juan (año 1945)


viernes, 11 de enero de 2013

martes, 1 de enero de 2013

Camión “THORNYCROF” en Puente del Inca de la Empresa de Transporte CITA. (año 1934) Mendoza


Camión CITA “THORNYCROF” con 3 ½ tons. De petróleo transportados desde Mendoza . Este era el camión más grande a la fecha (año1934) llegado a la Cordillera Mendocina.


miércoles, 26 de diciembre de 2012

Concurso de Tiro. Centenario de la Revolución de Mayo. Realizado en el Tiro Club Mendoza. (14 de mayo de 1910)


Por iniciativa del Club Mendoza y bajo el auspicio del Gobierno de Mendoza, se realizó el 14 de Mayo de 1910 un gran concurso de tiro al blanco, El concurso se denominó del Centenario de la Revolución de Mayo.
El Presidente del Club de Tiro de Mendoza era el señor  Héctor Mackern 


lunes, 24 de diciembre de 2012

Graduados; Instituto Domingo Faustino Sarmiento. 5to año Bachiller y Mercantil. Departamento Tupungato. Mendoza (año 1979).


Los graduados:  5to Bachiller
Nilda Beatriz Coco, Graciela Marte de la Rosa, Mabel magdalena Jara, Liliana Sonia Miranda, Graciela Rodriguez, Olga Noemí Salomón, Jorge Antonio Ferrari, Jorge Fernando Gil, Luis Héctor Salinas

Los Graduados: 5To. Comercial
Nancy Teresa Aguado, Italo Ramón Asid, Nelly Viviana Baigorria, Sonia Margarita Berna, Fanny Mabel Bertoly, Ana María Calderón, Daniel Hernan Carletti, Norma Gladys Cataldo, Silvia Lidia Cuello, Nancy Miriam Lapiana, María Gabriela Luconi, Lilian Esther Mansuetto, Antonio Alberto Mazzeo, Jorge David Mesa, Jorge Oscar Monzón, Carlos Gabriel Nigito, Amadeo Novelli, David Cesar Pegoraro, Fidelina Reyes, Sergio Segundo Rios, Hilda Patricia Rojas, Higinio Santos Romagnoli, Dante Daniel Sabina, Beatriz Saez, Miriam Graciela Silva, Raxana Mónica Vaccari.


Graduados; Médicos Recibidos. Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Cuyo. (año 1973) MENDOZA


En el salón de actos de la Escuela Hogar 17 de Octubre,  del Parque General San Martín se realizó la ceremonia de juramento y entrega de diplomas a los flamantes médicos de la promoción 1973.

Nómina de Egresados:
Héctor Enrique Abaca, Alejandro Guillermo Avendaño, José Luis Balmaceda, Juan Carlos Bertolo, Raul José Bertonati, Pedro Carlos Carosella, Carlos David Conte, Roberto Antonio Correa, Raul Corradi, Vicente Cuccia, Carlos Alberto Cuello, Isidoro Cuetos, Ernesto Cuitiño, Carlos Marcelo Deana, Carlos Hugo de Rosas, María del Carme Flamarique, Esther del Tránsito Flores, Jorge Alberto Gibson, Salvador Carlos Antonio Gagliardi, Hector Daniel Guiuffre, Pedro Agustín Guilhou, Nicolina Impala, Francisco José Ingrassia, Alberto Angel Kemeñy, Rubén José Lentini, Giovanni Maninno, Ricardo León Martínez, Roberto SLeman MaSNú , Gustavo Luis Mauricio, Carlos Salim Micames, Juan Norberto Nieto, Martín Ignacio Odoiriz, Alberto Paláu, Pablo Vicente Panasiti, Ana Marquesa Parra, Horacio Eduardo Pereyra, Rubén Antonia Rizzo, Raúl Alberto Rodriguez, Jorge Luis Romero, Carlos Luis Sacchi, Luis Alberto Salvo, Italo Sgro, Octavio Alberto Sosa, Aldo Tolli, Hector Osvaldo Torcivia.



domingo, 23 de diciembre de 2012

Cóndores, presas codiciadas por los turistas. (año 1930) Mendoza


Graduados; Alumnas Bachilleres Pedagógicas de la Escuela Superior del Magisterio Dependientes de la Universidad Nacional de Cuyo. 5TO. E. (año 1978) Mendoza. (año 1978)


Las Egresadas son:

Adriana Caraccioli, Marisa Casado, Cecilia Centelaghe, Adriana Diaz, Liliana Fernández, Adriana Fernández, Estela Gallardo, Gloria Ginebra, Cecilia González, Mónica Lucero, Elvira Luna, Elizabeth Marchesvsky, Graciela Molina, Betty Muñoz, Emilce Paparini, Graciela Petra, Margarita Schmidt y el señor  Ademar Souquest

sábado, 22 de diciembre de 2012

Publicidad Gráfica de Galletitas Sándwich MELBA. (AÑO 1929).


Graduados; Instituto Leonardo Murialdo. 5TO. A y B Peritos Mercantiles (año 1979) Mendoza


Los Egresados de la división A son:
 C. Alvarado,  E. Barressi, W. Benegas, D. Benítez, L. Borgna, D. Caruso, D. Copia, C. Costa, A. Dottori, R. Dravar, E. Fazio, M. Figuero, F. Fernández, O. Fernández, P. Fernández, E. Fonzalida, E. Fusari, G. García, H. Gil, C. Giustozzi, C. González, M. Groli, P. Guarnieri, J. Herrera, R. Lujan.

Los egresados de la división  B son:
 O. Castillo, J. Fragapane, R. Gutiérrez, G. Irusta, J. Justo, G. Lamacchia, A. López, C. Manesero, H. Mari, J. Maya, M. Mana, A. Morsucci, R. Ortega, R. Sancho, E. Saenz, R.Scillo, D. Vicare, A. Valone, A. Villanueva, L. Wiunkhaus, S. Yañez, J. Zapata.


viernes, 21 de diciembre de 2012

Coquetas máquinas de dolor

Fue el gran fetiche de la indumentaria durante más de tres siglos; resaltaba las formas femeninas hasta extremos inverosímiles afinando el talle para destacar la cola y los pechos. Aquí, el secreto de las mujeres para lograr las ansiadas "cinturas de avispa".

La industria de la moda cultiva sin mayores complejos imágenes andróginas y vende ambigüedad sexual deliberadamente. Muchos exitosos diseñadores como McQueen o Calvin Klein tratan de reeditar con su particular estética a modernas Georges Sand, pero con severos trastornos alimenticios, sin libros firmados con seudónimos y sin el inspirado piano de Chopin.

Sin embargo, a lo largo de la historia toda semejanza de la mujer con el hombre era una inquietante anomalía.

Hacia los siglos XVII y XVIII, Ilustración y Romanticismo de por medio, se valoró en las mujeres con especial énfasis y toneladas de poemas, sus diferencias corporales: la piel pálida y suave, el cabello largo y trabajado, las manos y los pies pequeños. Aquellas zonas de su cuerpo vinculadas a la reproducción, es decir, la cadera y los pechos abundantes volvieron a convertirse en sinónimos de feminidad deseada.

Por ello, los siempre atentos franceses inventaron el corset, macabro heredero de los corpiños y ceñidores de tela que habían usado las mujeres hasta el 1600.

El corset tenía como objetivo resaltar las formas femeninas; se trataba de afinar el talle y destacar la cola y los pechos. Las modistas ponían tanto empeño en esta misión de afinar el talle que se llegó al extremo de lograr cinturas de 40 centímetros, las llamadas “cinturas de avispa”.

Con todos los órganos fuera de lugar era lógico que las señoras y señoritas se desmayaran a cada rato, lucieran reglamentariamente pálidas y, como casi no podían respirar ni moverse, tuvieran buenos modales. Su elaborada red de madera, huesos y acero las convertía en campeonas de los suspiros, reinas de la languidez y candidatas constantes al cementerio.

El corset condenaba a las mujeres –las madres se ocupaban de que las hijas comenzaran a usarlos desde la adolescencia- al dominio permanente de sus movimientos; era una especie de tutor físico y moral, ya que sus imbricadas y tirantes cintas desalentaban al más osado caballero, que además, tenía que sortear también las tramoyas de los miriñaques y polizones de las faldas y enaguas para llegar a la piel de la mujer deseada. Este doble armazón, el del corset y el del miriñaque, convertía el cuerpo de las mujeres en un castillo inalcanzable que los hombres debían conquistar. Mientras que para ellas era una verdadera cárcel de tela de la que no podían huir sin obtener una severa condena social.

Los corsets, coquetas máquinas de dolor, se confeccionaban de seda, raso y brocados, piezas flexibles de hueso de ballena (los más caros) o de madera, broches de diversos metales y gran profusión de cintas y cordones que permitieran apretar mejor el tórax de la sacrificada mujer.

Tenían elevados precios y a las costureras que los confeccionaban, las corseteras, se la llamaba “las brujas de la vida elegante”.

Fue el gran fetiche en cuanto a indumentaria durante más de tres siglos hasta que en 1905 el visionario modisto Poiret se atrevió a abolirlo diseñando vestidos lisos, sueltos y muy elegantes con los que inició una verdadera revolución cultural puesto que las mujeres, que ya habían logrado desprenderse de los artefactos que las ceñían de la cintura para abajo, tomaron esta opción y abandonaron el oprimente corset para adoptar el más sencillo corpiño.

La célebre bailarina Isadora Duncan fue una de las clientas dilectas del señor Poiret y Coco Chanel una de sus herederas.
La paradoja es que hoy, cien años después, miles de mujeres elijan solitas, otra vez un mandato masculino que no tiene ya que nada ver con la reproducción, la presunta castidad ni con la moda; y que abandonado el corset y las fajas recurran a peligrosas dietas y a inescrupulosos cirujanos para lograr, con dos costillas menos, aquella irreal y deformante “cintura de avispa”.
Patricia Rodón

21 de diciembre en la historia


Mientras aguardamos en vigilia el fin del calendario maya, podemos repasar algunos hechos que tuvieron lugar un 21 de diciembre. Hay buenas y malas noticias, además de una constante:siempre fue el preludio de un 22 de diciembre, lo que nos da cierta esperanza.
-En 1631 murió Hernandarias en Santa Fe. Fue cuatro veces gobernador del Río de la Plata. Él no tuvo su 22.
-En 1745 comenzó su actividad el convento y monasterio de Catalinas, en el barrio de Retiro. Sigue en pie.
-En 1802 se casaron de apuro José Clemente Quiroga Sarmiento y Paula Albarracín. El apuro no era por Domingo Faustino, sino por su hermana mayor, Francisca Paula.
-En 1824 murió el doctor James Parkinson, descubridor de la enfermedad que lleva su nombre.
-En 1832, desde Francia, partieron en viaje de bodas Mariano Balcarce y Merceditas San Martín, hija del general. ¿A dónde fueron de luna de miel? A Buenos Aires.
-En 1847 se conoció la noticia de la fuga de Camila O’Gorman y el padre Gutiérrez. Escándalo.
-En 1901, Noruega incorporó el voto femenino en elecciones comunales.
-En 1921 perdimos a Joaquín V. González.
-En 1927 se inauguró la cervecería Münich en Costanera Sur. Furor entre los porteños.
-En 1937 nació la actriz Jane Fonda. También se estrenó Blancanieves y los siete enanitosen Estados Unidos. Aquí llegó en mayo de 1938.
-En 1940, la madre de Frank Zappa dio a luz. Luego él se consiguió otras.
-En 1942 nació Hu Jintao, el presidente chino.
-En 1946, un terremoto en Japón provocó unas 1000 víctimas fatales. Otras 40000 perdieron sus casas.
-En 1973 nació Matías Almeyda, futbolista y director técnico.
-En 2010 tuvimos un eclipse total de luna.
-¿En 2012? Vemos.


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