martes, 10 de enero de 2017

Los Primeros metros del Clásico Vendimia, carrera de caballos en el Hipódromo de Mendoza (año 1953)


Mendoza Ayer y Hoy Capítulo 5 Teatro Quintanilla-



Escudo y Bandera del departamento de General Alvear. Mendoza

Forma: elipse cortado filiera de sable
Trae en el primer cuartel sobre tapiz de azur celeste en jefe una montaña de su color con su pico nevado de plata
Trae en el segundo cuartel moviente de la punta y estrechándose hacia el corazón una vía férrea  de su color y dos cursos de agua de azur,  a su diestra tapiz de sinople con cinco vacunos pasantes de plata orientados el superior a la diestra y el resto a la siniestra y a la siniestra sobre tapiz de sinople con cuatro árboles foliados de sinople tronco de su color cuatro surcos de plata.
Ornamentos: como timbre un sol pleno de oro, en ambos flancos en corona abierta dos ramos de laurel foliados de sinople y cruzados por lo bajo. 
SIMBOLOGÍA
El cerro El Nevado, el río Atuel y la inmensa llanura, los viñedos son los elementos del escudo que en forma de paisaje resalta sus características más que responder a las leyes de la heráldica. Los laureles en corona abierta representan las glorias del pasado.

Tres franjas superior azul e inferior gris separadas por una blanca estrecha con un sol de oro central con 26 rayos de diferentes longitudes que dibujan la forma del departamento.
Un calificado jurado compuesto por diseñadores, historiadores y directores de escuelas secundarias, escogió esta bandera entre otros nueve trabajos presentados, su creadora, Maricel Arriaga de 24 años explicó de qué se trata su proyecto a la vez que los defendió.
En cuanto al significado de cada una de las partes, Maricel dijo “la franja inferior, la parte gris, representa los cien  años vividos, los años de lucha y esfuerzo, es decir el pasado que tenemos como pueblo; la franja blanca del medio representa un periodo de transición, está representando un presente, y la franja superior, que es celeste, representa los años por venir, el tiempo de crecimiento, representa el futuro; lo que más llama la atención es el sol en el centro, cuyos rayos forman la figura geográfica del departamento, que a la vez le da brillo y  alegría a la bandera, allí quise significar es al pueblo alvearense que luchó en el pasado, que se esfuerza en el presente y que prospera en el futuro"


Modelos en el meeting automovilístico de Touquet, Francia. (año 1929)


Modelos en el meeting automovilístico de Touquet, Francia. (año 1929)


Modelos en el meeting automovilístico de Touquet, Francia. (año 1929)


Escaladores de escalera de ruedas, 1964


Local del Círculo de Obreros de Mendoza, Sociedad de Socorros Mutuos. (año 1908) Mendoza


Departamento de efectos del sonido de la BBC, 1927


lunes, 9 de enero de 2017

Edificio de Baños Públicos de la Tercera Sección, Municipalidad de la Ciudad Capital de Mendoza. (año 1951)


Ornitóptero, 1928

Un ornitóptero es un aerodino que obtiene el empuje necesario del movimiento batiente de sus alas de forma análoga a como lo hacen las aves y de ahí su nombre que en griego significa "con alas de pájaro". ...

Concurso de elegancia femenina al volante. Mar del Plata, Marzo de 1936.


Fuente: AGN

Bodega Río Bamba de Von Der Hayde y Doménico, departamento de San Martín (año 1921). Mendoza


Caminando sobre la Nieve.....


Efemérides. 9 de enero de 1815: El general Carlos de Alvear asume como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, cargo que ocuparía por sólo tres meses.


Efemérides. 8 de enero de 1995: Muere el ex boxeador y campeón mundial Carlos Monzón en un accidente automovilístico en Los Cerrillos, provincia de Santa Fe. Video: Carlos Monzón en su regreso al país, luego de ganar el Campeonato Mundial de los Medianos ante Nino Bemvenuti, 1970.



Efemérides. 8 de enero de 1928: Muere el médico y legislador Juan Bautista Justo, co-fundador del Partido Socialista, de la revista La Vanguardia y de la cooperativa El Hogar Obrero. Foto: El Hogar Obrero. Juan B. Justo en compañía de numerosas personas en el acto de inauguración de la primer panadería, diciembre 1911.




Fuente: AGN

Playa Las Salinas, Viña del Mar. Chile (año 1942)


Puerto de Londres. Descargando "chilled beef" argentino del frigorífico Sansinena desde el "Avelona Star", 18 de agosto de 1935.


Publicidad Gráfica. Fernet Branca. El licor más higiénico conocido que extingue la sed. (año 1889)


Una chica en el hipódromo. Buenos Aires, 1983.



Fuente: AGN

domingo, 8 de enero de 2017

Deportes en el Recuerdo. Equipo de San lorenzo de Russell clasificado Campeón Mendocino de Hándbol en el año 1969, acompañado de su DT. Alfredo Luminari.

Integrantes: Becerra, Manfredini, V. Luminari, Aranda, Giol, R. Luminari, De los Ríos, E. Guardia, Fratti. 

María Luisa Leloir de Udaondo con su hijo, 1927.



Fuente: AGN

Reparto de Juguetes a niños pobres, realizado en las instalaciones de la Comisaría 3ra. de la Ciudad Capital de Mendoza. (año 1927)


Mendoza Ayer y Hoy, Capítulo 4. cortometraje de Néstor W. Vega llamado "Café, café", década del `60



Imagen de los aclaradores de agua, ubicados en el departamento de Lujan de Cuyo (año 1920) Mendoza


San Martín y el Ejército de los Andes La formación del ejército de los Andes exigió una política de reclutamiento de la población masculina de Mendoza, San Juan y San Luis.

San Martín en la ínsula cuyana 
La efímera conducción del Ejército del Norte y la inminente derrota de la revolución chilena convencieron a José de San Martín (y a otros hombres de la Logia, como Tomás Guido) que la acción militar sobre Lima debía prever una estrategia combinada que hiciera la guerra en Chile, y que avanzara por vía marítima al Perú. Dicha empresa requería de una organización armada compacta, con unidad de mandos, y profesionalizada, es decir, con recursos suficientes para sostener el adoctrinamiento militar y asegurar el suministro de salarios, equipos, y pertrechos de guerra. Tal ingeniería militar requería lugar y tiempo para su ejecución por lo que las ciudades cuyanas ofrecían un escenario propicio porque, a diferencia de otras “Provincias Libres del Plata”, habían estado ausentes del teatro y las fatigas de la guerra, y por su proximidad con Chile. Mas aún cuando se sabía que los chilenos mantenían “la idea de la independencia radicada en sus corazones”.
San Martín llegó a Mendoza, la capital de la Gobernación de Cuyo, poco antes de la restauración del pendón real en Santiago y en todas las villas del antiguo reino, y una vez conocida la derrota de Rancagua, encaró los efectos de la emigración de miles de patriotas chilenos que esquivaron la represión dirigida por el último de los oficiales enviado por el virrey Abascal desde Lima para sofocar el bastión patriótico. Ese litigio habría de enfrentarlo a situaciones conflictivas en tanto se trataba de una emigración dividida entre los liderazgos de José Miguel Carrera y Bernardo O’Higgins, por lo que al tiempo que dispuso asistencia y protección a los “desgraciados que habían perdido su Patria”, tomó decisiones infranqueables para descomponer el capital político y militar de Carrera en beneficio de O’Higgins, con quien compartía el compromiso jurado en Londres por la independencia de América.
Una vez despejado el desafío carrerino, San Martín volcó esfuerzos para gobernar la jurisdicción, y ponerla al servicio de la organización del ejército. En una de las tantas cartas que le cursó Tomás Guido, quien sería su confidente casi hasta su muerte, le había escrito: “haremos soldados de cualquier bicho”. Ésa sería la tónica que arbitraría la vigorosa militarización que distinguió su gestión. En efecto, en 1814, la única tropa de línea en Mendoza consistía en la reducida compañía de blandengues, radicada en el fuerte de San Carlos y San Rafael, cuyo número osciló entre 42 y 29 hombres; a ella se sumaban milicias urbanas y rurales, “esa gente que no era de guerra” -tal fue la expresión que usó el gobernador-, divididas en cuerpos de blancos y pardos que reunían 280 hombres de infantería y 600 de caballería. 
De insurgentes a independientes
Ese esquema sería modificado sustancialmente en los años siguientes; sobre todo después de reafirmar su liderazgo político, en el otoño de 1815, ante el frustrado intento de Carlos de Alvear, su rival en la logia, de desplazarlo de la conducción del ejército, y de traccionar decididamente a favor de la destitución del Director Supremo, y condicionar su obediencia al gobierno central y de la Junta de Guerra, a la reunión de un congreso general que declarara la independencia de España. Esa condición resultaba capital para la empresa militar en tanto el cambio de status suponía abandonar la categoría de “insurgentes”, y gestionar la protección de potencias neutrales al sistema de la Santa Alianza erigido en Europa continental que preveía el apoyo inglés. 
Asimismo, la opción por la independencia para San Martín resultaba asociada con sistemas políticos centralizados y/o monárquicos constitucionales (no republicanos), al ser entendidos como los más adecuados para domesticar las disensiones internas del régimen revolucionario (así lo manifestó incluso al mismo Artigas en 1815), y concluir la guerra a favor de la causa de América.  
Un ejército patriota y multiétnico
La afirmación del poder sanmartiniano imprimió un nuevo rumbo a la militarización en Cuyo, y la designación de Juan Martín de Pueyrredón como Director Supremo contribuyó al suministro de recursos para formar el ejército y el sistema de milicias que acompasó su edificación. La formación militar que cruzó los Andes en el verano de 1817, integró 5.187 hombres de los cuales 3.610 eran oriundos de Cuyo que, en abrumadora mayoría, fueron reclutados en el curso de 1815 (2.080 hombres) para robustecer el sistema de defensa local. 
Los noveles reclutas fueron encuadrados con oficiales y tropas ya experimentadas cuyas combinaciones refundaron, o dieron origen a nuevos batallones y regimientos sobre la base de un selectivo y proporcional sistema de reclutamiento llevado a cabo entre 1815 y 1816. 
El sistema de milicias edificado, con asiento en ciudades y poblaciones rurales, estuvo atento a la anunciada (aunque frustrada) invasión realista de la que se tenían noticias por el intermitente corrillo de rumores y espionajes cruzados que conseguían penetrar las nieves andinas, y del cual San Martín haría uso a falta del “telégrafo” que había permitido “la unidad de operaciones” de los revolucionarios franceses para preservar sus fronteras.  Asimismo, el ejército incluyó regimientos de Buenos Aires (el de granaderos y el de negros y libertos), y una porción de soldados y oficiales chilenos sujetos a la conducción sanmartiniana, y sostenidas por el gobierno general. 
En 1816, en el desértico paraje El Plumerillo, se emplazó el campamento militar para facilitar la reunión del personal militar, y de los cuerpos en formación. El entrenamiento militar estuvo a cargo de los jefes y oficiales experimentados, y exigió no sólo de armas, uniformes y equipos, sino también de abastecimiento periódico (carne, aguardiente, galletas y tabaco), de servicios religiosos a cargo de capellanes, y de dinero líquido para saldar en tiempo y forma los salarios de la oficialidad y de la tropa en todas sus categorías. 
Tal empresa dependió de un engranaje institucional y fiscal que incluyó transferencias de la “Caja Nacional”, gravámenes ordinarios y extraordinarios, y recursos locales que sólo en materia de los animales que cruzaron los Andes, reunió 1.500 caballos, y 9.000 mulas. A su vez, las formas de pago del servicio militar, como evocó el general Espejo, lubricaban la cadena de obediencia entre jefes, oficiales, sargentos y soldados, y contribuían a frenar la deserción, y el arco de rebeldías que podían llegar a incluir el motín, la insubordinación o el robo de equipos, pólvora o alimentos. 
En los oficiales y jefes reposaban otras obligaciones como la instrucción periódica, la lectura de las órdenes del día, y el cumplimiento de las normas prescriptas en el reglamento del ejército. La justicia militar casi replicó la reglamentación borbónica y colocó en su cúspide al prestigioso jurista, oriundo de la emigración chilena, el Dr. Bernardo Vera y Pintado, como Auditor de Guerra. 
De igual modo, otros aspectos cruciales de la organización del ejército también reposaron en personajes procedentes de la galaxia de patriotas comprometidos con la independencia de América: el Dr. Diego Paroissien estuvo a cargo del hospital fijo y de campaña, Álvarez Condarco dirigió la fabricación de pólvora; a su vez, personajes menos ilustres ocuparon un lugar de relieve en el montaje de la maquinaria militar, como el ex fraile carrerino Luis Beltrán quien se hizo cargo de la fragua para fabricar cañones, las tejedoras de San Luis, los molineros de Mendoza puestos al servicio de la confección de los uniformes de soldados, y las monjas del Monasterio de María cuyas manos bordaron la bandera que la distinguiría del ejército del Rey, y de la jurada por Belgrano a orillas del Paraná. 
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/san-martin-y-el-ejercito-de-los-andes

Comodoro Rivadavia. Cafetería a resguardo del viento que puede alcanzar hasta 180 km/h. Abril 1930.


Fuente: AGN

Persecución de Villa por las tropas norteamerianas. Esta fotografía presenta a una parte de las tropas que perseguían al caudillo Mejicano Pancho Villa. (año 1916)


Golpe de Estado de 1955. Croquis de operaciones sobre los golpistas de Córdoba, "la lucha, con efectivos de varias provincias, comenzará de un momento a otro a las puertas de la histórica ciudad", 17 de septiembre de 1955.


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