Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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martes, 14 de febrero de 2017
Cruce de Los Andes. Ofrecimiento de vecinos ingleses para participar en la defensa contra los españoles. Mendoza, 17 de enero de 1815.
Transcripción:
S. G. Intendente
Llenos los ingleses que residen en Mendoza de gratitud a la buena hospitalidad y demás bienes que reciben en la conservación y adelantamiento de sus intereses, y llenos generalmente de entusiasmo por los (...) del hombre, no pueden mirar con indiferencia los riesgos que amenazan el País. Están dispuestos a tomar las Armas y derramar (si es preciso) la última gota de sangre en su defensa. Se ofrecen levantar una compañía vestida a su costo y disciplinarla en estado de poder presentarse útilmente en campaña.
Como la confianza es el primer resorte que determina al soldado, Ud. ha de servirse (si accede a nuestra solicitud) franquearnos libertad para proponer oficiales y demás plazas. La aprobación de Ud. las autorizará y nosotros fácilmente acertaremos la elección, como que nos conocemos y entendemos.
Deseamos ayudar a la gloria de la Patria y por ella suplicamos la realización de este plan, que formamos a Ud. con decisión y sumisión a sus determinaciones.
(Firmas)
Mendoza, 17 de enero de 1819
Pase al Sr. Cte. Gral. de Armas
San Martín
Sr. Gral. Intendente
Son dignos a la mayor estimación y aprecio los individuos que suscriben esta instancia: la compañía que se proponen levantar debe ser de utilidad para que toda esa gente acostumbrada a la fatiga y el riesgo de las guerras: en la (...) de los prisioneros ingleses que quedan en el País, soldados bien (...) en esta virtud (...).
Efemérides. 14 de febrero de 1817: Tras la Batalla de Chacabuco, el general San Martín entra triunfante a Santiago de Chile.
Documento: Homenaje del Sargento de Artillería del Perú Joseph Antonio Flores al Libertador General San Martín, s/f.
Transcripción:
Joseph Antonio Flores Yndigno Sargento 2do de Artillería de Piura consagra y dedica este tosco rasgo de su pluma y patriotismo al Héroe Libertador y regenerador de las virtudes Exmo Señor Don José de San Martín Q.D.G.
Transcripción:
Joseph Antonio Flores Yndigno Sargento 2do de Artillería de Piura consagra y dedica este tosco rasgo de su pluma y patriotismo al Héroe Libertador y regenerador de las virtudes Exmo Señor Don José de San Martín Q.D.G.
Efemérides. 14 de febrero de 1820: Muere el Dr. Cosme Argerich. Médico del Protomedicato. Difundió la vacuna contra la viruela. Asistió heridos de ambos bandos en las Invasiones Inglesas y fue gratuitamente médico de la cárcel.
Documento: Oficio de Baltasar Hidalgo de Cisneros dando instrucciones sobre el informe recibido del Doctor Cosme Argerich sobre la propagación de la viruela. Buenos Aires. 3 de enero de 1810.
Documentos escritos.Colección Carlos Casavalle.
Transcripción:
Los médicos de la Junta de Sanidad Dr. Don Cosme Argerich, y Licenciado Don Justo García y Valdés me han (representado) por conducto del señor Presidente de ella que los portugueses, y algunos españoles introductores de negros, a pretexto de que no caben todos en las piezas destinadas en la Casa de la Real Compañía de Filipinas, los han colocado en varias particulares situadas en el centro, y en los extremos de esta Capital donde es difícil la vacunación de ellos. Lo que comunico a V.S. para que disponga que los Alcaldes de Barrio del Cuartel de su cargo examinen las Casas en que haya negros, a fin de que puedan ser conducidos a la citada de Filipinas como está mandado para facilitar su vacunación, y evitar el contagio de la viruela a que de otro modo se expone este público.
Dios guíe a V.S. muchos años. Buenos Aires. 3 de enero de 1810.
lunes, 13 de febrero de 2017
Un cura en la Corte Suprema de Mendoza Durante más de 34 años, el sacerdote Manuel Armencio Calle ejerció la máxima autoridad de la justicia provincial. Esta es su curiosa historia.
Durante muchos años, un sacerdote llamado Manuel Armancio Calle fue el presidente de la Suprema Cámara de Mendoza, lo que hoy es la Suprema Corte de Justicia, el más alto tribunal que tiene la provincia.
Este cura ejerció la máxima autoridad más de 34 años y tuvo intervención en resonantes casos locales.
Un Calle cabildante
Hijo del gallego Felipe Antonio Calle y de la mendocina Magdalena Moyano, Manuel nació en nuestra ciudad, el 13 de mayo de 1792. En plena época colonial.
Luego de estudiar la primaria y realizar el secundario en un colegio religioso, partió rumbo a la Universidad de Córdoba para ingresar en la carrera de abogacía.
A fines de 1817, el joven regresó a su terruño con el título debajo del brazo y poco después, el cabildo mendocino lo distinguió como miembro de esa institución.
Manuel, se destacó como cabildante y cinco años después, se lo nombró Miembro Capitular de la Honorable Sala de Representante.
Cuando ocupó aquel puesto promulgó en especial una Ley en donde favorecía la quita de impuesto al Hospital de San Antonio. Su brillante paso como funcionario legislativo de aquella sala, hizo que toda la ciudad de Mendoza simpatizara con él. Pero poco tiempo después, sufrirá una adversidad y tomará una decisión que cambiará para siempre con su vida.
Cambio de hábito
En 1830 Manuel perdió a su esposa con quien se había casado hacía varios años. El matrimonio no tuvo hijos y entonces, el abogado quien era un ferviente católico, resolvió ser sacerdote. Dos años después, se consagró como tal y se recluyó en el convento sumergiéndose en los estudios de la liturgia y otros relacionados con esa religión.
El presbítero Calle, se encontraba muy a gusto llevando una vida muy austera. Hasta que recibió en el convento una carta redactada por el gobernador para que se presentara urgente a su despacho. Inmediatamente, el cura partió y cuando fue recibido por el primer mandatario le ofreció un puesto de gran responsabilidad.
Cura y juez
Reunidos en la Casa de gobierno, el gobernador le encargó a Calle, ser nada más, ni nada menos que Presidente de la Corte de Justicia, ya que el cura poseía grandes virtudes y una honradez intachable para ese puesto.
La propuesta fue aceptada por el sacerdote quien una semana después ocupó ese honorifico cargo. Contaba con 42 años de edad.
Al asumir su presidencia, el cura siguió manteniendo sus hábitos y fue aplaudido por el publico en general cuando juró. Siempre había sido una persona agraciada y criteriosa, lo que hizo suponer a la ciudadanía en general que su puesto de Presidente de la Corte sería cumplido con excelencia.
En 1843, intervino en un conflicto provincial suscitado en la localidad del Valle de Uco, puntualmente una tierras muy cerca de San Carlos. El entonces gobernador José Félix Aldao convocó a Calle y el pleito fue resuelto favorablemente.
Durante el gobierno de Justo Correas, el presbítero Calle presentó la renuncia como Presidente de la Suprema Cámara. Lo hizo al notar hechos de corrupción que sucedían en la justicia; en especial con algunos funcionarios del Poder Ejecutivo. Ante esa respuesta, el gobernador Correas reaccionó y no le aceptó su dimisión; justificándose que era la única persona que por su integridad, podía revertir la situación que vivía la provincia.
Años después, y con la vigente constitución provincial, el gobernador Juan Cornelio Moyano lo ratificó en su cargo como Presidente de la Suprema Cámara de Justicia permaneciendo en dicho tribunal. Otros mandatarios provinciales también respetaron su embestidura hasta su fallecimiento.
El 30 de enero de 1864 a la edad de 72 años, el sacerdote y juez Manuel Calle, falleció en nuestra ciudad. Durante su entierro, varios funcionarios expresaron sentimientos de gratitud por sus años en aquel cargo.
Este ilustre personaje sigue como muchos otros, injustamente olvidado.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/un-cura-en-la-corte-suprema-de-mendoza
domingo, 12 de febrero de 2017
Edmundo Fossa, bombero por convicción A principios del siglo XX, llegó a Mendoza un hombre capaz de dominar el fuego. Con un equipo rudimentario pero mucha vocación, logró formar el primer cuerpo de “apagadores de incendio”
Para la mayoría, el nombre de Edmundo Fossa puede resultar desconocido, aunque se haya ganado con mérito una calle en el barrio Bombal.
Llegó desde Buenos Aires a nuestra provincia en 1907, convocado por el gobernador Civit que consideró su experiencia y altruismo para poner en marcha una gran misión: organizar y dirigir el primer Cuerpo de Bomberos.
Radiografía de un pionero
El comandante Fossa nació en Buenos Aires en 1862. A los 21 años, ingresó al Cuerpo de Bomberos de la Capital Federal que había sido creado el 2 de enero de 1870, cuando el entonces Jefe de Policía, Enrique O´Gorman, formó la Compañía de Vigilantes Bomberos como forma de responder a los incendios que se podían originar en una ciudad tan grande como Buenos Aires.
Fossa, pues, acudió a cientos de siniestros que le aportaron una gran experiencia en este tema y ascendió rápidamente a la jefatura. Él y un grupo de bomberos participaron en la conocida “Revolución del Parque” que estalló en julio de 1890, encabezada por Leandro N. Alem en contra del gobierno de Miguel Juárez Celman. Seis años después de esta sublevación, el comandante se retiró de la fuerza con el máximo cargo.
En 1905, lejos de dejar la actividad, Fossa partió hacia el vecino país del Paraguay para formar, en Asunción, un cuerpo de bomberos.
Luego de permanecer dos años allí, viajó a Mendoza requerido por el entonces primer mandatario Emilio Civit para la organización de una compañía de bomberos dependiente del Cuerpo de Policía de la provincia.
A la Fossa con fuego
En la Mendoza de 1901 se produjo un gran incendio. Se había originado en una tienda, pero se extendió a otros locales dejando cuantiosos daños materiales. El siniestro causó pánico entre los vecinos, quienes exigieron al gobierno la inmediata creación de un cuerpo especial para sofocar incendios.
Los medios gráficos de aquel entonces se adhirieron a esta protesta. Pero recién el 16 de junio de 1907, el diputado de la provincia, doctor Lucio Funes, presentó un proyecto a la Legislatura con el objetivo de formar una compañía de bomberos.
Aunque existen diferentes versiones sobre la creación de la misma, el 26 de octubre de 1907 el gobernador Emilio Civit, mediante la ley 382, creó la entidad que se denominó “Cuerpo de Bomberos de Mendoza”.
Otra versión sostiene que esta institución fue fundada el 17 de noviembre de ese año. En los comienzos, el jefe de bomberos Edmundo Fossa tuvo que luchar con grandes inconvenientes, como la falta de medios y la incomprensión de la mayoría de los funcionarios (y la ciudadanía en general) para equipar a esta compañía con los elementos adecuados.
A pesar de eso, su perseverancia hizo que el cuerpo se mantuviera activo, contando con 55 hombres equipados solamente con una docena de baldes que servían para acarrear agua y arrojarla sobre las llamas.
Bautismo de agua
A los pocos días de su organización, durante la noche del 13 de diciembre, se produjo un voraz incendio en la casa y comercio de Miguel de la Fuente, quien tenía un gran depósito de mercaderías en calle Belgrano 1450 de Ciudad. De inmediato, el fuego se extendió por diferentes sectores de la propiedad, quemando maderas y mercaderías.
Los flamantes bomberos llegaron a los pocos minutos y, gracias a la intervención del comandante Edmundo Fossa y sus efectivos, el incendio fue controlado, pese al rudimentario equipamiento.
El segundo llamado de estos servidores públicos tuvo lugar en la mañana del 16 de enero de 1908, cuando otro importante incendio se originó en un taller de tipografía e imprenta que había funcionado en calle Salta 205, propiedad de Alejandro Molina.
Avisados por los vecinos, el Cuerpo de Bomberos llegó al lugar con su precario equipo para extinguir las llamas sin que se propagaran hacia otras viviendas.
Fueron las dos primeras intervenciones que tuvo aquel novato pero valiente grupo de extinguidores. En poco tiempo, el jefe de aquel cuerpo se ganó la admiración de todos los ciudadanos.
Luego de trabajar arduamente por más de una década, el veterano bombero Edmundo Fossa solicitó su renuncia. Falleció en 1934.
Por iniciativa de uno de sus sucesores, José C. Hernández, en 1948 se propuso al municipio de Capital que una calle llevase el nombre de Comandante Fossa . Años después, este deseo fue concretado en el barrio Bombal como un justo homenaje.
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