martes, 27 de junio de 2017

Cultura Milenaria. Chiang Mai, Tailandia, Monjes Budistas,Las Padaung, ...

La familia mendocina reunida alrededor de la radio Las limitadas emisiones de radio de las décadas del cuarenta y cincuenta del siglo XX cumplían una verdadera avanzada en la actividad cultural, musical y de entretenimiento, complementada con noticias de interés general por AM, o sea por onda larga, por cuanto la FM no había sido promovida en nuestra provincia.


La tecnología radial era elemental y los primeros técnicos para Mendoza fueron contratados en la Capital Federal, hasta que aficionados locales  aprendieron el oficio cumpliendo la función de operadores de radio y cubriendo los puestos en la emisoras que se fueron habilitando.
Los oyentes no tenían opciones en la elección de nuevos programas, hasta que llegaron las cadenas de Radio Belgrano y Radio El Mundo de la Capital Federal con una moderna programación y con la actuación de los artistas nacionales de mayor popularidad, que se difundían en la franja de los programas centrales; así comenzaron a tener el patrocinio comercial de casas de comercio local, que valoraron la oportunidad de difundir publicidad.
Es oportuno recordar el origen de la radiotelefonía argentina -en 1920- en homenaje a sus inventores, encabezados por el doctor Enrique Telémaco Susini; fueron llamados “los locos de la azotea” porque, desde la terraza del teatro Coliseo de Buenos Aires efectuaron la transmisión experimental -la ópera Parsifal de Richard Wagner, que se estaba presentando en el teatro- inaugurando así la radiodifusión argentina con tal éxito que fue adoptada de inmediato en las principales ciudades de todo el mundo.
La primera emisora radial comercial que inició sus transmisiones en el año 1922, en la Capital Federal, fue Radio Cultura. Años después cambió de concesionarios y de nombre.
En nuestra provincia fue LV10 Radio de Cuyo, en la segunda etapa de la onda por cuanto durante varios años la manejó el Gobierno de Mendoza, en un período de experimentación con elevados costos para el Estado provincial.
La nueva LV10 encaró con concepto empresario-comercial la administración, programación y comercialización de la publicidad, aprovechando el entusiasmo de artistas y aficionados locales para incorporarlos a los nuevos programas de la emisora.
Pocos años después, el diario Los Andes, que dejó de pertenecer al grupo de propietarios de Radio de Cuyo dispuso la creación de una nueva y moderna emisora: Radio Aconcagua, que inició sus transmisiones en un edificio construido especialmente para su funcionamiento con dos ondas, larga y corta, ubicado en la avenida Emilio Civit 460 de nuestra Capital, donde actualmente funciona la Filial Mendoza de Radio Nacional, por cuanto en el año 1939 Radio Aconcagua había sido transferida al Gobierno de la Nación.
Durante los años que su director, don Julio Pozo, manejó la emisora contó con una excelente programación y se constituyó artística y comercialmente en la primera de la Región.
Tal éxito motivó a los concesionarios de la onda de LV10 Radio de Cuyo,  los señores Leopoldo y Facundo Suárez -que ya habían incorporado como socio al señor Isaac Kolton (conocido empresario de la construcción)- a disponer la venta y transferencia de la onda al señor Jaime Yankelevich, titular de Radio Belgrano de Buenos Aires, cabeza de la primera Cadena Argentina De Broadcasting y a la que fue incorporada la emisora mendocina. 
El nuevo titular designó de inmediato nuevos directivos, técnicos y artistas para encarar con una fuerte programación la competencia con Radio Aconcagua.
En 1943 se inauguró la filial Mendoza de Radio Splendid de Buenos Aires, cuyos estudios y administración fueron instalados en Primitivo de la Reta, frente a calle Amigorena.
Después de casi diez años fue vendida y transferida su onda al señor Guillermo Sánchez Cores y señora, quienes la llamaron Radio Nihuil, y trasladaron la sede a calle Echeverría de nuestra Capital. Posteriormente vendieron la emisora al Grupo Uno que transmite actualmente desde el edificio de Manuel A. Sáez, Las Heras.
En el mismo año, en LV10 Radio de Cuyo se inició el ciclo de audiciones Panoramas Departamentales -que se ocupaba de las actividades de la comunidad y de los gobiernos municipales- creado y dirigido por quien escribe este trabajo.
Fue tan grande el éxito que posteriormente se transmitió por LV6 Radio Splendid y LV8 Radio Libertador, manteniendo una trayectoria de veinte años.
En esa época, las transmisiones se sintonizaban sólo por onda larga, o sea por AM, por cuanto la FM, hoy tan popular, no aparecía en la sintonía. La tecnología radial era elemental, no había productoras de programas ni libretistas experimentados, lo que obligaba a manejarse con un guión que cumplían artistas aficionados, músicos y entusiastas animadores locales.
Paradójicamente, la radio tenía gran penetración en los hogares de nuestra provincia y se había constituido en el medio de difusión más moderno, creíble y de buena respuesta comercial.
Muy pronto se popularizaron los espacios dedicados a complacer pedidos de los oyentes, que efectuaban por correo con cientos de cartas diarias, primero porque el servicio postal era de primera, en cambio el telefónico, por su precariedad y por alta de líneas, era imposible para los referidos pedidos.
En la radio, la mayoría de las cartas estaban dirigidas al programa musical “El trencito de los pedidos”, que se transmitía por Radio Libertador, animado por el locutor Rodolfo Pierro.
Les cuento que entre las más entusiastas oyentes se popularizaron las “Hermanitas Giaquinta”, que desde Tupungato remitían cartas diariamente con pedido de difusión de los discos de moda y algunas noticias del Valle de Uco.
Los programas dedicados a las dueñas de casa (se transmitían en horarios de la mañana) más escuchados eran Mañanitas Mendocinas, Lo importante es levantarse, Buen día Mendoza y Se va la mañana, señora. Mientras que las audiciones deportivas y transmisiones de fútbol estaban a cargo de “La voz del deporte”, que dirigía Hugo Magi.
Significaba un gran refuerzo a las transmisiones locales los programas que empezaron a venir en cadena desde Buenos Aires, con la participación de las orquestas típicas de Francisco Canaro y Juan D’Arienzo, características y de jazz, los radioteatros La familia Falcon y Los Pérez García, periodísticos: El Reporter Esso y La Cabalgata Deportiva Gillette, con la participación de conocidos periodistas de diarios de la Capital Federal. Los humoristas más conocidos animaban los programas: La revista dislocada, Los cinco grandes del buen humor, Pepe Iglesias “El Zorro”, Juan Carlos Mareco “Pinocho”, Fidel Pintos, Alberto Olmedo, Juan Carlos Altavista “Minguito” y La pensión del campeonato, los domingos al mediodía, que tomaba con humor el fútbol profesional.Es conveniente destacar la actuación respetuosa en la programación local de locutores, artistas, músicos, periodistas y entrevistadores que, con responsabilidad, expresiones amables y pausadas participaban diariamente de programas que conducían con palabras claras, nada con doble sentido y jamás una mala palabra, mientras que en los casos en que se producía un furcio o un silencio se pedía perdón y gracias.En el estudio, frente a la mesa de trabajo, había un cartel bien visible que recordaba a los locutores y periodistas que antes de cada tanda debían mencionar la última información de hora, tiempo y humedad con la sigla HTH, lo que era muy esperado por los radioescuchas.Los oyentes disfrutaban de las actuaciones, se divertían y valoraban los buenos ejemplos que, a su vez, eran motivo para que la familia se reuniera frente al receptor de radio -llamados capilla o cajón, con un tamaño de 45 x 60 centímetros aproximadamente- acompañados por vecinos y amigos que comentaban cada programa forjando una buena amistad; y como la hora era propicia, se tomaban unas vueltitas del cariñoso matecito en un ambiente de cordialidad que afianzaba la solidaridad y disposición para hacerse presentes en cualquier imprevisto o necesidad del vecino. Éstas eran las costumbres de los mendocinos del siglo pasado.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/noticia/la-familia-mendocina-reunida-alrededor-de-la-radio

Aparato para dirigir el tráfico, 1931.


Cumbre en el paso de Uspallata (año 1930)



Colección: Museo Histórico Nacional de Chile

Cocina Tradicional de México. Pozole Rojo

Reclusos apicultores de la Penitenciaría Nacional. (s/f)

Construcción del camino a La Llave. Departamento de San Rafael, Mendoza (año 1934)



Muestra del pasado de San Rafael

Efemérides. 27 de julio de 1929: Muere en Buenos Aires Paul Groussac, escritor, historiador y director de la Biblioteca Nacional. Foto: Inauguración de la Biblioteca Nacional. Discurso de Paul Groussac, diciembre de 1901.


Efemérides. 27 de junio de 1852: Nace Eduardo Ladislao Holmberg. Naturalista y escritor, fue director del Zoológico de Buenos Aires, profesor de ciencias exactas, físicas y naturales. Murió en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1927. Foto: Florentino Ameginho, en compañía de Eduardo L. Homberg y Federico Kurtz, durante una expedición científica en el Chaco, año 1884.


Cocina Tradicional de México. Mole de Olla

Efemérides. 27 de junio de 1806: Tropas británicas ocupan por primera vez la ciudad de Buenos Aires, en la primera de las invasiones inglesas. Documento: Iconografía de los uniformes militares británicos en tiempo de las invasiones.


AGN

Damas argentinas. Marcelina Alem de Yrigoyen, madre del presidente, 16 de junio de 1903.


AGN



Cocina Tradicional de México. Rollitos crujientes de Tinga

Cocina Tradicional de México-. Nopales rellenos

"Enrique y Mario Tenconi en un desfile del 9 de julio. Fines de la década del '60". Departamento de San Rafael, Mendoza. Gentileza de Sonia Gladys Tenconi. (muestra del pasado de San Rafael)


Pavimentando la calle Rivadavia. Buenos Aires 1937.



AGN

Laureano Nazar: el Gobernador que sobrevivió a un terremoto Durante su gestión, tuvo que enfrentar una de las mayores catástrofes naturales del territorio. En 1861, con una ciudad devastada, Nazar intentó mantener el orden.

Como reaccionaron los funcionarios mendocinos al producirse el terremoto del 20 de marzo de 1861? Por aquel tiempo, nuestra provincia estaba gobernada por el coronel Laureano Nazar, elegido en 1859.  
Algunos historiadores afirman en sus publicaciones  que la acción de Nazar, posterior al terremoto, fue nula. Que no fue efectivo a la hora de tomar decisiones en la organización de un plan para socorrer a las víctimas y sofocar a los saqueadores. Y que, gracias a las intervenciones personales de los coroneles Olascoaga y Videla, se pudo controlar la situación. 
Sin embargo, la historia refleja otra versión: el primer mandatario sí tomó decisiones con acierto en pos de los damnificados.  
Credenciales
Laureano Nazar nació el 4 de julio de 1816. Sufrió tempranamente la muerte de su padre pero eso no le impidió completar sus estudios. Desde muy joven se incorporó al ejército con el grado de alférez.
En 1833 integró junto a su tío, el general José Aldao, la primera expedición al desierto, partiendo del fuerte de San Carlos hacia el Sur, donde combatió en varias oportunidades los malones de mapuches y araucanos.
Fue designado como coronel el 30 de setiembre de 1858. Se casó el 19 de enero de 1849 con doña María del Carmen Eudosia de la Reta.   
Nazar falleció en Mendoza el 8 de noviembre de 1882.
Derrocado por Pavón
La Legislatura designó como gobernador propietario al coronel Laureano Nazar el 23 de agosto de 1859. Desde el 18 de octubre, fecha en que asumió, trabajó con ministros como el doctor Nicasio Marín, León Correas,
David Ortiz, Modesto Luna y Lucas González.
    En este período se realizó la recopilación del Código de las leyes, decretos y acuerdos, dictadas en la provincia sobre administración de justicia.
    El 17 de setiembre de 1861 se produjo en el país la batalla de Pavón: lucha entre las fuerzas porteñas del general Bartolomé Mitre y las federales del general Urquiza, gobernador de Entre Ríos. Luego de una insólita retirada por parte del entrerriano, Mitre ganó la contienda en aquel paraje santafecino. 
    Dos meses después de esta batalla, una revolución producida en nuestra provincia lo llevó a renunciar a su cargo, que fue ocupado por el coronel Juan de Dios Videla.
Bailar con la más fea
A las 20.36 del 20 de marzo de 1861 se produjo un profundo movimiento sísmico en la ciudad de Mendoza,  mientras la mayoría de los mendocinos se encontraba cenando o preparándose para dormir.
    En unos pocos minutos, la ciudad quedó en ruinas. Fue un sonido comparado al de un trueno ensordecedor o al de muchos carros que corrían a toda velocidad. El suelo se movió como cuando se viaja en una embarcación con el mar embravecido. Los edificios se desplomaron y cayeron. La confusión fue tal que nadie entendía qué estaba ocurriendo.
    El polvo que se elevó ocultó el cielo y la luna en aquella funesta noche. Y luego se percibió un silencio sepulcral. Toda la ciudad había quedado destruida.
De a poco comenzaron a escucharse desesperados pedidos de auxilio. Desde los escombros trepaban hombres y mujeres semidesnudos, que habían dejado sus vestidos entre las ruinas, con sus hijos en los brazos.
Otros, con esfuerzo, arrastraban a los heridos a lugares más seguros. 
    El desconcierto reinó por todas partes, inclusive en las dependencias del gobierno. La situación había superado la capacidad humana. Unos pocos se animaron a salir para socorrer a las víctimas. 
    Al día siguiente, el panorama era desolador: las casas caídas y las aceras obstruidas por los escombros. 
Aparte de todas estas desgracias, los ciudadanos sobrevivientes se enfrentaron a los saqueadores, quienes se apropiaron de objetos valiosos, anillos, joyas y dinero de los cadáveres, en medio de la confusión reinante.
Las personas ilesas trataron de rescatar a los heridos y a los aplastados bajo los escombros. De las 8.700 personas que habitaban la ciudad solamente sobrevivieron 3.000.
Valiente y decidido 
Ante esta grave situación, el gobernador Laureano Nazar partió con su familia a su estancia en el departamento de San Martín y regresó a la ciudad para tomar medidas en contra de los saqueos y en pos del rescate de sobrevivientes. Muchos lo culparon por su inactividad y retraso, pero Nazar hizo lo que humanamente estaba a su alcance. Mientras tanto, Olascoaga y Juan de la Cruz Videla se presentaron para colaborar con los pocos funcionarios que intentaban organizar una estrategia de contingencia luego de la catástrofe.
Desde la tarde del 21 de marzo, Nazar ordenó por medio de bandos rigurosas operaciones contra los bandoleros. Los saqueos no se hicieron con completa impunidad e indolencia por parte del gobierno como declararon algunos enemigos políticos. Aquellos ladrones fueron castigados, pasándolos por las armas o heridos con sablazos.
El servicio policial no se interrumpió ni un instante y funcionó gracias a las órdenes del primer mandatario.
Además, al pasar los días, el gobernador organizó la asistencia  que llegó desde San Juan y otras zonas. 
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