lunes, 26 de noviembre de 2018

Efemérides. 26 de Noviembre: Día del Humorista

El actor Alberto Olmedo en su caracterización de Capitán Piluso en Canal 7 con el presentador Augusto Bonardo, 1962.

Efemérides. 26 de noviembre de 1954: Pascual Pérez se consagra como el primer boxeador argentino campeón mundial (AMB) al vencer en Tokio a Yoshio Shirai por puntos en 15 rounds..

Fotografía: Aspecto del combate de box en el Luna Park entre el Argentino Pascual Perez y el campeón mundial del Japon Yoshio Shirai,1954.

Efemérides. 26 de Noviembre de 1942 : Estreno de la Guerra Gaucha.

Fotografía: El actor Enrique Muiño en compañía de Angel Magaña y Sebastian Chiola durante una escena de la producción cinematografica argentina.- Filmada en 1942

Efemérides. 26 de noviembre de 1931: Nace Adolfo Pérez Esquivel.

Fotografía: Perez Esquivel en la marcha de Las Madres de Plaza de Mayo en el 19° aniversario del golpe de estado, 1995.

Pasaje San Martín. Ciudad de Mendoza. c.1950


Ruinas del Templo de San Francisco. Ciudad de Mendoza


Monumento al Libertador en la Plaza San Martín. Ciudad de Mendoza. s/f


La Avenida Libertador del Parque General San Martín. c.1930. Ciudad de Mendoza


Cerro de la Gloria, ubicado en el Parque General San Martín. c. 1930. Ciudad de Mendoza


El Rosedal y el Lago del Parque General San Martín. c.1910. Ciudad de Mendoza


Mirtha Legrand: por primera vez en Mendoza En 1943, la diva de los almuerzos tuvo una intensa estadía en nuestra provincia. Con sólo 16 años, la ascendente actriz llegó en tren.

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La primera vez que llegó Mirtha Legrand a Mendoza fue el 11 de junio de 1943. El motivo de su estadía en nuestra provincia fue el rodaje en exteriores de la película “Safo, historia de una pasión”,  protagonizada por Mecha Ortiz y Roberto Escalada y dirigida por Carlos Hugo Christensen.
Por supuesto que la “Chiqui” visitó en otras oportunidades nuestra tierra, pero sin tanta promoción como en ese momento.
Llega la estrellita
A principios de junio de 1943, Mirtha Legrand llegó desde Buenos Aires en el tren “El Cuyano” a la estación de Mendoza, acompañada del recordado galánRodolfo Escalada, y los actores Miguel Gómez Bao y Elisardo Santalla. Allí fueron recibidos por varios miembros del equipo de producción de la empresaLumiton y un centenar de admiradores de los artistas metropolitanos. 

La llegada de Mirtha y de los otros actores para rodar el film fue publicada en todos los medios.
La Legrand fue invitada exclusivamente por la desaparecida LW 2 y LRM Radio Aconcagua para una audición especial que solía salir al aire al mediodía. Allí, junto al actor Elisardo Santalla y el veterano Miguel Gómez Bao, fueron entrevistados en largas charlas radiales. La rubia actriz tuvo muestras de agradecimiento a los mendocinos por todo el afecto.
También la diva participó en el cine Avenida de la presentación de su película “16 años” con María Duval.
Unos días después, los artistas fueron convocados para interpretar en esa misma emisora algunas escenas de la película, al mejor estilo de radioteatro.
Producción en Potrerillos
El 19 de  junio de ese año, los actores, directores y equipo técnico de Lumiton viajaron a Potrerillos, ya que en la cordillera no había buen tiempo.
El director realizó tomas en el paraje mencionado y luego partieron hacia Tupungato, donde rodaron las siguientes escenas.
Satisfechos por el trabajo realizado, Mirtha Legrand y los integrantes regresaron a la ciudad para dirigirse a Capital Federal a concluir el film. La película “Safo, historia de una pasión” fue estrenada con éxito en Buenos Aires el 17 de setiembre de 1943.
Cincuenta años no es nada
En Mendoza, los almuerzos de Mirtha Legrand fueron transmitidos en diferido, todos los días al mediodía, por el viejo Canal 7 de Mendoza. Su primera emisión fue el 30 de abril de 1969, casi un año después del primer programa de “Almorzando con Mirtha Legrand” en el Canal 9 de Buenos Aires. Recordemos que por aquel tiempo, la mayoría de los programas eran retransmitidos y a veces llegaban con varios días de retraso, hasta que a fines de 1970 en nuestro país se empezó a transmitir en directo por vía satélite.
Luego, la tele mendocina comenzó con sus programas en directo a las 13.30 horas, cuando toda la familia se sentaba a la mesa para ver el programa que acaba de cumplir sus Bodas de Oro.
Por Carlos Campana: https://losandes.com.ar/article/view?slug=mirtha-legrand-por-primera-vez-en-mendoza

El panel de control Southwestern Bell, ca. 1930s.


Pasajeros ingresando a un colectivo de la línea 66, Buenos Aires 1942.


Anuncio Publicitario de Metro Supermercados. (año 1996) Mendoza

domingo, 25 de noviembre de 2018

Hotel Presidente Perón. Uspallata. ´50. Provincia de Mendoza


YPF en Mendoza, al pié de la Cordillera de los Andes. s/f


Avenida General San Martín. (1939) Ciudad de Mendoza


Postal del Túnel del Tren Trasandino al llegar a la Villa de las Cuevas. Provincia de Mendoza ´50. Col. Morales


Plaza Hotel. Ciudad de Mendoza s/f


Túnel en la Cordillera. Provincia de Mendoza. Postal c. ´50


"Curioso perfil de cara humana, en cuyo interior se venera al 'Señor de la Peña'", La Rioja 1936.


Doña Petrona C. de Gandulfo en un sorteo de cocinas Orbis. (año 1957) AGN

William Morris (hacia 1905)

Pastor Evangélico, de origen Inglés, llego a Argentina en 1886. Realizó una importante tarea educativa. En esta gelatina de plata, Morris, primero desde la izquierda, posa junto a profesores y alumnos.


Autor sin identificar. Colección Abel Alexander

Operadoras de conmutadores de la compañía telefónica Springfield, IL, 1917.


sábado, 24 de noviembre de 2018

Autódromo. El Zonda. (año 1969) Provincia de San Juan. Foto Américo Carmona


Camión de reparto de Cerveza Acme. s/f


Imagen de la Avenida San Isidro, departamento de Rivadavia. (año 1969) Provincia de Mendoza


El Gran Aluvión en la ciudad de Mendoza en Enero de 1970. (Por Rubén Lloveras)


Por la reparación de la avenida Boulogne Sur Mer lado norte, los colectivos del Grupo 7 efectúan el desvío subiendo por el Barrio Cano, luego tomando hacia el norte por Gran Capitán, calle que costea lo que es la defensa aluvional que viene de la serranía y pasa por la UNC, que a su vez desemboca en el zanjón de los Ciruelos. 
Zanjón que no solo recibe el caudal de esas aguas en épocas de lluvias estivales, también en el mismo punto de conjunción que descarga un gran caudal de lo que baja del Challao, por otro cauce más pequeño.
Estas defensas aluvionales, se construyeron a mediados de los años ’60, para proteger a los pobladores de dichas zonas de las imprevistas envestidas de las furiosas correntadas que bajan por ellas.
Cada vez que paso por ahí observo que en esos causes, hay cientos de objetos que no deberían estar ahí, en el corto trayecto de no más de 900 metros, hay heladeras, lavarropas, sillones, colchones, monitores de computadoras, gomas de automóviles, basura, miles de botellas plásticas, perros muertos, plantas y algún que otro objeto, que por la ventanilla del colectivo no se puede identificar.
Mendoza tiene historias en aluviones que causaron grandes estragos en la población, donde las costos materiales superaron cifras millonarias y cientos de veces se lloraron víctimas fatales.
Por ejemplo recuerdo el caso del aluvión de 1970, donde dentro de los muertos se encontraba un pequeño niño en avenida Vicente Zapara atrapado entre dos vehículos.
Todos somos parte de esta comunidad, vivimos en Mendoza “la tierra del sol y del buen vino”, sabemos del esfuerzo de nuestros padres y abuelos en transformar el desierto en un verdadero vergel, no destruyamos nuestro lugar en el mundo.

Cuando la TV en la Ciudad de Mendoza comenzaba a transmitir a las 17 hs. (Enero de 1970)


Y todo... por una carta. En Inglaterra, a fines del siglo XIX, algunos ciudadanos recibieron terribles mensajes provenientes del nefasto Jack ‘El Destripador. Por Luciana Sabina

Uno de los grandes instrumentos con el que los historiadores contamos es el de poder abarcar personajes a través de sus epistolarios. Párrafo tras párrafo el pasado se devela atiborrado, entre mares de tinta y papel. Aun cuando se trate de cartas que persiguen dar una imagen, como las oficiales, nos acercan al pensamiento y cotidianidad de aquellos que ya no están. Entre sus hojas modismos, sueños, aventuras, creencias y romances, entre otros aspectos, se vuelven palpables. Algunas cartas son verdaderas ventanas hacia otras realidades, costumbres y vidas. Otras hicieron historia por sí mismas. Haremos hoy un recorrido epistolar por el pasado. 
En Inglaterra, a fines del siglo XIX, algunos ciudadanos recibieron terribles mensajes provenientes del nefasto Jack ‘El Destripador’. George Lusk, presidente de un comité de ciudadanos que buscaba atraparlo, resultó ser uno de ellos. La misiva fue acompañada por medio riñón humano en una cajita y conservado en vino. “Desde el infierno, octubre de 1888”, titulaba. “Caballero: le envío la mitad del riñón que le saqué a una mujer lo he conservado para usted el otro cacho lo freí y me lo comí y estaba muy rico. Puedo mandarle el cuchillo lleno de sangre con el que lo saqué si espera un poco más. Atrápeme cuando pueda, señor Lusk”.
Años antes, también en Europa, se escribió la carta más corta de la historia. Pertenece a Víctor Hugo, el escritor estaba de viaje cuando la envió a su editor con la intención de saber cómo iban las ventas de “Los Miserables”. El texto sólo decía “?”, la respuesta del editor fue: “!”. 
El éxito de este clásico fue inmediato, a tal punto que un contemporáneo, Domingo Faustino Sarmiento, preguntaba a través de otra carta a su amigo Pepe Posse: “¿Has leído ‘Los Miserables?’”, obteniendo un rotundo “Sí”. Deteniéndonos en el prócer sanjuanino, es interesante ver cómo su figura es prácticamente demonizada debido, justamente, a una carta donde recomendó al General Mitre “que no economizara sangre de gauchos, que sólo sirve para abonar la tierra”. Las diversas interpretaciones olvidan relatar el contexto en el que fue escrita -una verdadera guerra interna con los caudillos y sus montoneras, que no acataban al naciente Estado Nacional- y además la acción concreta de Sarmiento con los gauchos: los gauchos, los pobres, los marginales fueron los principales beneficiados de las políticas educativas de Sarmiento, pues eran ellos quienes no tenían dinero para pagar una escuela a sus hijos. 
Buceando en nuestra historia, hubo cartas trascendentales que bregaron por la Independencia. El 16 de abril de 1816, José de San Martín escribió a Tomás Godoy Cruz, diputado por Cuyo al Congreso de Tucumán, explicándole la necesidad de romper los lazos con España. Era fundamental para que pudiese cruzar a Chile ese verano y el Congreso se demoraba.   
“¿Hasta cuándo esperamos nuestra independencia? ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón y cocarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien dependemos? ¿Qué relaciones podremos emprender cuando estamos a pupilo? Los enemigos, y con mucha razón, nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos. Esté usted seguro que nadie nos auxiliará en tal situación, y por otra parte el sistema ganaría un 50% con tal paso. Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Veamos claro, mi amigo: si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito”, escribió el Libertador.
Hay cartas que son una declaración política, entre las que destaca la escrita por Rosas a Quiroga el 20 de diciembre de 1834, desde la Hacienda de Figueroa en San Antonio. La misma acompañó al Tigre de los Llanos en su última aventura, pero su importancia reside en que el Restaurador despliega de modo sintético su pensamiento sobre los inconvenientes de apostar por una Constitución.  Es además una carta que Rosas repite en muchas oportunidades. Allí leemos, por ejemplo, que no era momento para llamar a un Congreso Constituyente: “Es necesario –dice– que ciertos hombres se convenzan del error en que viven, porque si logran llevarlo a efecto, envolverán a la República en la más espantosa catástrofe, y yo desde ahora pienso que si no queremos menoscabar nuestra reputación ni mancillar nuestras glorias, no debemos prestarnos por ninguna razón a tal delirio, hasta que dejando de serlo por haber llegado la verdadera oportunidad veamos indudablemente que los resultados han de ser la felicidad de la Nación”. 
Por supuesto, están también las cartas de despedida. Sin duda una de las más lacerantes pertenece a Manuel Dorrego. En ella le escribió a su esposa:
 
“Mi querida Angelita:

En este momento me intiman que dentro de una hora debo morir; ignoro por qué; más la Providencia divina, en la cual confío en este momento crítico, así lo ha querido. Perdono a todos mis enemigos y suplico a mis amigos que no den paso alguno en desagravio de lo recibido por mí.
Mi vida, educa a esas amables criaturas; sé feliz, ya que no lo has podido ser en compañía del desgraciado”. 
Dorrego murió por órdenes de Lavalle, pero detrás de la decisión de Juan Galo no hubo un único responsable. Fue, justamente, gracias a una carta -cuando ambos ya no existían-, que la verdad salió a la luz. 
Según Lucio V. Mansilla, Salvador María del Carril era hombre de “estudiada sencillez”, con manos “pulcras, cuidadas las uñas color rosa, ni cortas ni largas, lo mismo que las de una dama de calidad”, manos que daban “frío al tocarlas, un frío que venía muy de adentro”; sus labios “algo gruesos, casi siempre un poco apretados, como para que no se escaparan sus secretos...”. Quizás el más terrible de ellos fue revelado en 1880. Su experiencia en “la cosa pública” lo colocó siempre al frente de grandes empresas, destacando como Gobernador de San Juan, vicepresidente del general Urquiza o parte de la primera Corte Suprema, ya bajo la presidencia de Mitre. Pero sobre lo que más destacó fue en manejar los hilos de la historia desde las sombras: nada menos que convenciendo a Lavalle de fusilar al general Dorrego. Pretendió llevarse el secreto a la tumba y estaba a punto de conseguirlo cuando el historiador Ángel Justiniano Carranza encontró las cartas que Salvador María envió a Juan Galo Lavalle.
En ellas presiona al general para terminar con Dorrego, exigiéndole que tras leerlas las eliminara. Juan Galo no fue del todo obediente. Carranza logró publicarlas en el diario de Mitre -enemigo político de Del Carril-, produciendo un verdadero escándalo: podía leerse al expresidente de la Corte Suprema confesando que “si es necesario mentir a la posteridad, se miente...”. Instigador y cómplice del primer crimen político nacional, nunca se pronunció al respecto y falleció dos años más tarde. Lavalle dejó de cargar con todo el peso de la historia. 
Pero la influencia epistolar sobre la vida de este personaje no terminó con su muerte. Al morir Del Carril, su viuda recibió parte de la enorme fortuna y desde entonces dejó de sufrir la miseria a la que estaba sometida. Tiburcia no le hablaba hacía 21 años, después de que él hiciera publicar una carta -en varios diarios de Buenos Aires- comunicando a los acreedores de la dama que no pensaba hacerse cargo de aquellas deudas. Como última voluntad, pidió que su busto fuese colocado de espaldas al de Salvador María porque seguiría enojada aun después de muerta. En el siglo siguiente una de las nietas de ambos -Delia del Carril Iraeta- fue la famosa esposa argentina de Pablo Neruda.
Entre los descendientes de esta pareja también se encuentran Ignacio y Juana Viale, aunque son más conocidos por ser nietos de Mirtha Legrand. Actualmente, constituyen una de las anécdotas preferidas por los guías del cementerio de La Recoleta y podemos verlos hacia el final de la acrópolis, eternamente de espaldas; y todo... por una carta. 
https://losandes.com.ar/article/view?slug=y-todo-por-una-carta-por-luciana-sabina
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