En los años 20, el mundo de la arquitectura local contaba con un buen número de excelentes arquitectos argentinos y extranjeros, entre ellos, Andrés Kálnay, Ángel Guido, Martín Noel, Louis Newbery Thomas, Alejandro Bustillo, Mario Palanti, Luis A. Broggi, Eduardo Lanús, Jorge Bunge, Alejandro Christophersen y Luis Comastri.
Para ese tiempo, existían en Buenos Aires varias revistas especializadas en arquitectura. Algunas, incluso, de circulación nacional. Por lo general eran publicaciones que se vendían por suscripción. Entre las más populares, figuraba la Revista de Arquitectura, que en su número de abril de 1927 publicó las “Máximas del arquitecto”, cuyo contenido -actualizado en sus términos para mejor comprensión-, era el siguiente:
Máximas
1.- La primera obra es la más difícil de conseguir.
2.- Después, la mayor parte de los encargos vienen sin que los hayamos solicitado.
3.- Los primeros mil pesos son los más difíciles de ahorrar.
4.- El mayor placer es tener con que abonar nuestras cuentas sin demora.
5.- Trata el dinero del cliente como si fuera el tuyo.
6.- Aunque se pierda una obra aconsejando no hacerla por ser inoportuna ese cliente te hará recuperar con creces lo perdido.
7.- El mejor promotor de tu reputación es el cliente a quien has dejado satisfecho.
8.- No desdeñes el consejo del más insignificante de tus colaboradores. A veces, una indicación de un capataz te salvará de más de un dolor de cabeza.
9.- Aprovecha las indicaciones de la señora de tu cliente. Generalmente son buenas. Y si no, ella será la que defienda el error ante los ojos de los demás.
10.- No digas de antemano que tal cosa no debe o no puede hacerse. A menudo lo que aparentemente parece un absurdo, resulta después de estudiarlo una gran idea.
11.- Más de una excelente solución proviene de una casualidad.
12.- Evita cualquier combinación que no sea correcta. Tarde o temprano sufrirás las consecuencias.
13.- Un acto incorrecto podrá ser secreto para los demás. Pero no para vos, que perderás lo principal: tu propia estimación.
14.- No desprecies a un colega porque carezca de talento; ya bastante tiene con debatirse en la vida peleando con una escoba contra los tanques y las ametralladoras.
15.- Si con maniobras inconfesables tu colega te birla un trabajo, piensa que cosechará su merecido castigo con tu desprecio y el de los demás compañeros.
16.- Cuando busques un socio, trata de que pueda serte realmente útil, de lo contrario te resultará un empleado muy caro.
Tal vez, las máximas del arquitecto hayan sido enmarcadas para decorar las paredes, en los estudios de los atareados profesionales de 1927.
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