Originalmente se encontraban pintados en negro y dorado, pues así lo testimonió el viajero francés Jules Huret, que visitó la provincia en 1910. Esta tradición colorística es netamente británica, lo que concuerda con su origen. Pero durante mucho tiempo estuvieron pintadas de verde. El arq. Jorge Ponte optó, en su restauración, volver a los colores originales.
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