viernes, 23 de mayo de 2014

Así se iniciaban en sociedad las jóvenes argentinas

Era siempre durante un baile donde las jovencitas eran presentadas en sociedad. La edad de las muchachas iba de los 17 a los 20 años. Luego del cortejo, el padre del novio era quien pedía visitar la casa de la muchacha.
En el siglo pasado, era siempre durante un baile, previamente pactado, donde las jovencitas eran presentadas en sociedad. La edad de las muchachas iba de los 17 a los 20 años.
Por su parte los varones, no eran presentados mediante ningún acto formal y podían ir a las fiestas a partir de los 16 años, pues se suponía en la época que a esa edad no quedaban ridículos vistiendo el frac que era obligatorio.
 Toda señorita podía tener entonces un festejante, aunque los “festejos” no eran considerados por la sociedad como actos oficiales.
Para que un caballero pudiera “festejar” (cortejar) a una dama, debía pedir visitar la casa de ella en calidad de amigo.
Cuando pasaba algún tiempo, llegaba la instancia del compromiso (que no debemos confundir con la concertación del enlace, de la que hablaremos después).
 El compromiso tenía dos formas: el compromiso intimo, era entre los jóvenes y sin el consentimiento de los padres (sin embargo éstos podían romper el compromiso si así lo creían correcto) y el compromiso formal, que suponía varias reglas a seguir y solo podía ser roto por los novios.
 ¿Cómo y cuándo podía el novio visitar a su amada?
El padre del novio era quien pedía visitar la casa de la muchacha. Durante la primera visita, el joven tenía que vestir un frac o smoking y debía haber tenido la precaución, esa misma tarde, de enviar un ramo de flores a la novia.
Las visitas se realizaban solo los días fijados y de noche, porque en la tarde se estilaban muy poco.
Si bien la tarea de decidir los días y la hora de los encuentros, era de los novios, éstos sometían respetuosamente la decisión final a sus respectivos padres.
Una vez todo concertado, durante cada visita del novio, estaba siempre presente la madre de la joven o la hermana mayor o una pariente de sexo femenino, pero nunca estaban solos.
A partir de entonces comenzaba el noviazgo, cuya duración no tenía un lapso de tiempo fijado, pero sí debía respetar un montón de convenciones al aproximarse el matrimonio y de las que hablaremos en próximas notas.
Fuente: http://www.mdzol.com/nota/534887-asi-se-iniciaban-en-sociedad-las-jovenes-argentinas/

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