Durante esos años, los trabajadores luchaban por mejores condiciones laborales, ya que la jornada mínima era de 10 horas y los salarios eran bajos. El gremio de panaderos, fundado por Errico Malatesta y Ettore Mattei, organizó una huelga en 1901, exigiendo un peso diario en lugar de comida en el establecimiento y el aumento de un hombre por cuadrilla. Durante el conflicto, los panaderos emplearon tácticas como el boicot y el sabotaje, logrando un triunfo total. Uno de los aspectos más curiosos de esta huelga fue la burla social que los panaderos incorporaron a su protesta. Crearon facturas con nombres irónicos dirigidos a sectores oligárquicos y conservadores: los cañoncitos o bombas de crema como respuesta al ejército, los vigilantes en referencia a la policía, y los sacramentos, bolas de fraile y suspiros de monja como una crítica a la Iglesia. Tras la huelga, estos nombres se mantuvieron y siguen siendo parte del surtido de panaderías hasta hoy. Fue una huelga con un impacto duradero, no solo en las condiciones laborales, sino también en la cultura popular argentina. Fotografía: AGN
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
viernes, 26 de agosto de 2016
"La Revolución del Pan: La Huelga de 1901 que Moldeó la Historia de Buenos Aires"
Durante esos años, los trabajadores luchaban por mejores condiciones laborales, ya que la jornada mínima era de 10 horas y los salarios eran bajos. El gremio de panaderos, fundado por Errico Malatesta y Ettore Mattei, organizó una huelga en 1901, exigiendo un peso diario en lugar de comida en el establecimiento y el aumento de un hombre por cuadrilla. Durante el conflicto, los panaderos emplearon tácticas como el boicot y el sabotaje, logrando un triunfo total. Uno de los aspectos más curiosos de esta huelga fue la burla social que los panaderos incorporaron a su protesta. Crearon facturas con nombres irónicos dirigidos a sectores oligárquicos y conservadores: los cañoncitos o bombas de crema como respuesta al ejército, los vigilantes en referencia a la policía, y los sacramentos, bolas de fraile y suspiros de monja como una crítica a la Iglesia. Tras la huelga, estos nombres se mantuvieron y siguen siendo parte del surtido de panaderías hasta hoy. Fue una huelga con un impacto duradero, no solo en las condiciones laborales, sino también en la cultura popular argentina. Fotografía: AGN
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