Fueron alrededor de un centenar las víctimas fatales, algunos informes hablan de un número menor y por otros lados nos encontramos con un total de hasta 130 muertes, unos 300 heridos y una triste lista de unas 40 mil personas que quedaron sin hogar, se vieron muy afectadas las rutas y todos los caminos de la provincia, así como también se obervó una importante licuefacción de suelo en distintos puntos de la provincia.
El desastre se desató en horas tempranas de la mañana, a las 6:23 de aquel miércoles 23 de noviembre, sintiéndose en muchísimos puntos del país a lo largo y lo ancho de nuestro territorio nacional, llegando a percibirse con una gran importancia hasta la costa del Paraná e incluso en la Provincia de Buenos Aires, bien al este de la Argentina. El fatal movimiento sísmico se supo luego que habría sido proveniente de la denominada falla geológica de Ampacama - Niquizanga, teniendo su máxima actividad desde una profundidad de 17 kilómetros bajo tierra.
Toda la provincia de San Juan se vio muy afectada, al igual que las provincias limítrofes, sobre todo el norte de la Provincia de Mendoza, y no era el primero de los grandes terremotos que les tocó sufrir a los sanjuaninos ya que en el año 1944, durante la noche del 15 de enero, aproximándose a las 21 horas, les tocó vivir un sismo de similar fuerza en la escala Ritcher pero según testimonios y estadísticas de aquella época fue mucho más destructivo aún que esta catástrofe de noviembre de 1977 en Caucete. En aquella ocasión el epicentro de encontró unos 20 kilómetros al norte de la capital sanjuanina.
Como corolario de lo acontecido a las postrimerías de este terremoto fue que se instauró unos 4 años despúes el Día Nacional de la Defensa Civil, por su labor y en pos de las tareas realizadas por los hombres y mujeres de esta noble institución frente a una de las catástrofes más grandes que debió afrontar nuestro país.
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