Hoy en día puede parecer una curiosidad, pero las farolas aparecieron mucho antes en las ciudades que la electricidad. La necesidad de alumbrar las penumbras de las grandes ciudades llevaron a la creación de sistemas de alumbrado no eléctrico. ¿Cómo se encendían y apagaban, entonces? Para ello había un oficio desaparecido ya. La persona era responsable de encender cada tarde las luces en la ciudad y apagarlas por las madrugadas.
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