En el año 1964, la Calle Garibaldi del barrio de La Boca era mucho más que una vía de tránsito: era un ritual colectivo, un corredor emocional que conducía al templo futbolero del sur porteño, el Club Atlético Boca Juniors. Cada partido convertía esta calle en un desfile de camisetas, cánticos y esperanzas, reflejo de una identidad barrial profundamente arraigada. La Boca, con su historia ligada al puerto, a la inmigración genovesa y a la cultura obrera, fue también cuna de expresiones artísticas como el Caminito y de luchas sociales que marcaron el siglo XX. En ese contexto, Garibaldi funcionaba como arteria viva entre la cotidianeidad del barrio y la pasión futbolera que estallaba en La Bombonera, inaugurada en 1940 y ya consagrada como ícono urbano. La imagen de calle Garibaldi en 1964 muestra una calle de adoquines, fachadas humildes y una atmósfera vibrante. Las fotografías de ese año, como las tomadas por Saamer Makarius, capturan la esencia de una Buenos Aires que aún conservaba ritmos barriales, donde el fútbol era parte del paisaje emocional tanto como los murales y las carpinterías de esquina. La calle Garibaldi no solo conectaba físicamente con el estadio: conectaba generaciones, memorias y sueños. Hoy, evocarla es recuperar un fragmento de la historia urbana y cultural de la ciudad, donde el fútbol, el arte y la vida cotidiana se entrelazan en una misma trama. #Garibaldi64 #CaminoABoca #LaBocaViva #MemoriaBoquense #PasiónYPatrimonio #mendozantigua
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viernes, 30 de junio de 2017
📍 Una postal viva del 64: Calle Garibaldi, corazón boquense rumbo a La Bombonera
En el año 1964, la Calle Garibaldi del barrio de La Boca era mucho más que una vía de tránsito: era un ritual colectivo, un corredor emocional que conducía al templo futbolero del sur porteño, el Club Atlético Boca Juniors. Cada partido convertía esta calle en un desfile de camisetas, cánticos y esperanzas, reflejo de una identidad barrial profundamente arraigada. La Boca, con su historia ligada al puerto, a la inmigración genovesa y a la cultura obrera, fue también cuna de expresiones artísticas como el Caminito y de luchas sociales que marcaron el siglo XX. En ese contexto, Garibaldi funcionaba como arteria viva entre la cotidianeidad del barrio y la pasión futbolera que estallaba en La Bombonera, inaugurada en 1940 y ya consagrada como ícono urbano. La imagen de calle Garibaldi en 1964 muestra una calle de adoquines, fachadas humildes y una atmósfera vibrante. Las fotografías de ese año, como las tomadas por Saamer Makarius, capturan la esencia de una Buenos Aires que aún conservaba ritmos barriales, donde el fútbol era parte del paisaje emocional tanto como los murales y las carpinterías de esquina. La calle Garibaldi no solo conectaba físicamente con el estadio: conectaba generaciones, memorias y sueños. Hoy, evocarla es recuperar un fragmento de la historia urbana y cultural de la ciudad, donde el fútbol, el arte y la vida cotidiana se entrelazan en una misma trama. #Garibaldi64 #CaminoABoca #LaBocaViva #MemoriaBoquense #PasiónYPatrimonio #mendozantigua
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