Güemes sale herido de bala el 6 de Junio, a manos de las tropillas del coronel español Barbarucho Valdez, mientras estos se proponían la ocupación de Salta y como era de suponer el General Güemes se enfrentó para su impedimento.
Logró escapar a caballo, mal herido, y debido al padecimiento de hemofilia su herida no supo sanar correctamente, dejando de existir 10 días después, y sería unas semanas después que sus propios hombres lograrían el objetivo principal de expulsar a los realistas, siendo este el momento que sin saberlo Güemes se alcanzarían a cumplir sus deseos, constituyendo este el último avance del ejército español en el norte argentino.
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