jueves, 1 de febrero de 2018

Efemérides. 1 de Febrero de 1820. Primera Batalla de Cepeda.


En 1820 en el norte de la provincia de Buenos Aires, 20 km al norte de la aldea Pergamino, el ejército federal vence al ejército unitario en la Primera batalla de Cepeda. Termina el gobierno centralizado de Buenos Aires. La batalla de Cepeda, del 1 de febrero de 1820, ocurrió durante las guerras civiles argentinas y fue la primera de las dos llevadas a cabo en la cañada bonaerense del arroyo Cepeda afluente del Arroyo del Medio que divide las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, a unos 5 km al este del pueblo de Mariano Benítez ubicado al norte de la provincia de Buenos Aires.

La batalla enfrentó a unitarios y federales: el director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, José Rondeau, fue derrotado por la unión de las fuerzas de los caudillos de Santa Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos, Francisco Ramírez, ambos federales y lugartenientes del general José Artigas, de la Banda Oriental, y apoyados por el chileno José Miguel Carrera.

Fue un enfrentamiento muy breve, que justificó que se la conociera como la «batalla de los Diez Minutos».

Los federales resultaron victoriosos, causando la disolución de las autoridades nacionales: el Directorio y el Congreso Nacional. Se inició así el período denominado la Anarquía del Año XX en donde surgieron las autonomías provinciales. El país quedó desde entonces integrado por trece provincias autónomas.Todo el norte del territorio de Buenos Aires fue invadido por los caudillos, que llegaron en pocos días a los alrededores de la ciudad de Buenos Aires. El director supremo Rondeau renunció el 11 de febrero de 1820.

La sucesión del poder en Buenos Aires se vio enmarcada por gobiernos provisorios. El primer gobernador autónomo, Manuel de Sarratea, ascendido al poder con la protección de los federales, firmó con ellos el Tratado del Pilar. Por el mismo, la provincia de Buenos Aires reconocía a las demás el derecho de darse su propio gobierno y daba por extinguido el Congreso de Tucumán.

Pero la anarquía continuó en la capital, hasta que en septiembre fue nombrado Martín Rodríguez gobernador. La estabilidad y progreso de su gobierno se logró a costa de aislar a la provincia del resto del país.

Mientras tanto, las provincias se gobernaron a sí mismas como entidades autónomas a la manera de una confederación, más allá de las poderosas influencias que tuvieron algunos caudillos, que gobernaron sobre coaliciones de varias provincias.

Pese a varios efímeros esfuerzos por reunificar el país, entre los que se destaca la presidencia de Bernardino Rivadavia de 1826 a 1827, la Argentina no se volvió a unificar hasta después de la caída del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, y la rápida sanción de la Constitución Argentina de 1853. Buenos Aires recién se uniría en 1861.

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