El 29 de Marzo de 1985, en Santiago de Chile, un grupo de Carabineros asesina a los hermanos Eduardo y Rafael Vergara Toledo, hecho que las agrupaciones de izquierda han instituido como el "Día del joven combatiente".

Es el contexto histórico el que explica el destino de ambos jóvenes, su padre Manuel Vergara ex empleado de Cobres Cerrillos era parte del 35% de los desocupados que había generado la dictadura de Pinochet, por ello tres de sus hijos buscaron sumarse a alguna organización para enfrentar al gobierno de facto. Se sumaron a la organización "MIR" (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), la preferida de los jóvenes por su combatividad y representación de la clase trabajadora desplazada. Eduardo estudiaba Historia en la Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación donde era dirigente de la "UNED" (Unión de Estudiantes Democráticos), por su militancia fue expulsado en 1983. Rafael, el mas combativo de los 2 cursaba enseñanza media en el Liceo de Aplicación y también había sido expulsado por su militancia, ambos hermanos se encontraron sin salida y sin un futuro a la vista por lo que se dedicaron a recibir entrenamiento paramilitar para enfrentar a la dictadura. La noche del 29 de Marzo de 1985, Eduardo y Rafael, junto a otros 4 integrantes del "MIR" se dirigían a un local de la comuna de Estación Central a recibir dinero para financiar su lucha cuando una patrulla de Carabineros los interceptó. Según las autoridades al verse acorralados los guerrilleros abrieron fuego contra la patrulla que respondió la agresión abatiendo a Eduardo y Rafael. El caso dejó tantas dudas que cuando la Comisión Rettig (Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación) revisó el caso encontró severas incongruencias en las declaraciones por ello inició una investigación que determinó como sucedieron los hechos en realidad. Eduardo y Rafael no habían efectuado ningún disparo, si bien sus cuerpos se encontraron juntos, no fueron asesinados en el mismo lugar, ambos fueron asesinados por la espalda, previamente habían sido heridos y luego ejecutados, los disparos fueron hechos con un fusil SIG 510-4, una subametralladora Uzi además de sus armas reglamentarias. Los acusados Francisco Toledo Puente, Jorge Marín Jiménez, Mauricio Muñoz Cifuentes y Alex Ambler Hinojosa fueron encontrados culpables aunque aún su sentencia no esta firme. El recuerdo de estos hechos año a año fue perdiendo su espíritu transformándose en una oportunidad para que organizaciones de extrema izquierda se enfrenten a la policía, coloquen barricadas y efectúen desmanes, durante estas marchas en 2015 fue asesinado el carabinero Alejandro Gálvez Gálvez.