Para los Turcos que gobernaban el Imperio Otomano la minoría Armenia no representaba una amenaza y vivían en armonía a pesar de tener menos derechos que los musulmanes por ser considerados “Dhimmi” por las leyes islámicas. Durante la segunda mitad del siglo XIX el imperio Otomano soportó las independencias de “Rumania”, “Serbia y Montenegro” y “Bulgaria” y no estaba dispuesto a soportar un estado Armenio en su territorio, por lo que empezaron las primeras persecuciones. Entre 1894 y 1897 ocurrieron la primeras matanzas, las “Masacres Hamidianas” que se cobraron la vida de unos 200 mil Armenios sumado a la servidumbre sexual de las mujeres y la esclavitud de los niños. Cuando estalló la primera guerra mundial, el imperio Otomano tenía 2 frentes abiertos el del sur con Inglaterra y el del Noreste con Rusia, cuando estos últimos se adentraron en territorio Otomano, lo hicieron con una innumerable cantidad de soldados Ruso-Armenios. Las autoridades locales instituyeron el servicio militar obligatorio pero sabían que era difícil que los Armenios pelearan contra sus consanguíneos Rusos así que no era prudente darles instrucción militar y un arma. El gobierno de los jóvenes Turcos inició el 24 de Abril de 1915 una deportación masiva de Armenios hacia Anatolia Sur oriental, sin permitirles llevar pertrecho alguno, a esta medida se le sumó el arresto de cientos de intelectuales y políticos para evitar que se organizara una contraofensiva. Mientras los refugiados iban huyendo hacia los desiertos circundantes, sin agua ni comida, comenzó una hambruna que afecto al primer millón de expulsados, como la evacuación de Armenios de las ciudades era muy engorrosa para las autoridades se autorizaron matanzas injustificadas que hacían crecer la cifra de muertos de a miles por día. Se construyeron 26 campos de concentración aunque poco tenían de organizados y su principal uso era el de llenar grandes fosas comunes para incinerar o enterrar los cuerpos, como no se les proveía de alimentos morían de inanición en pocos días. El Imperio Otomano devenido en la actual Turquía, niega que se haya tratado de un genocidio o plan de aniquilación sino que se trato de muertes en masa por hambre a consecuencia de la escases de alimentos por la guerra. Pocos países han declarado oficialmente que se trato de un genocidio, entre ellos Argentina, Canadá, Bélgica, Chile, Venezuela, Francia, Italia, Grecia, Holanda, Rusia, Suiza, Polonia, Eslovaquia y El vaticano, si bien EEUU, España e Inglaterra no lo reconocen si lo hicieron algunos estados de la Unión, el país Vasco, Cataluña, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.
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