Esa mañana el excesivamente joven conductor de 23 años Ryujiro Takami, estaba a cargo de la formación de 7 vagones eléctricos en la línea “JR West Fukuchiyama” con destino a Doshisha-mae. Al llegar a la estación “Itami” la formación se detuvo varios metros después del final del andén, por lo que Takami debió reprogramar el sistema de tracción para ir en reversa y hacerlo nuevamente para arrancar en el sentido original, esto le provocó un retraso de 90 segundos en el horario estipulado. En el trayecto hasta la siguiente estación de “Tsukaguchi” violó la velocidad máxima estipulada y recupero 30 segundos, pero no alcanzaba para llegar a tiempo a la siguiente estación “Amagasaki”, que al ser de transferencia con otra línea el horario era monitoreado estrictamente por los directivos de la empresa. Takami encaró ese último tramo a 116 km/h, 46 mas que lo permitido, al llegar a la curva previa a la estación Amagasaki el primer vagón-motor se salió por completo de la vía y arrastró a todo el convoy fuera de su ruta estrellándose contra un edificio de apartamentos aplastando autos y peatones. El saldo fue trágico para las estadísticas Japonesas, entre los mas de 100 muertos estaba el propio Ryujiro Takami. La investigación descubrió que un año antes Takami había tenido un incidente similar al de la estación “Itami” y había llegado a su destino 120 segundos después de lo estipulado, y paso los siguientes dos meses fuera de una cabina. Los investigadores descubrieron azorados que esos dos meses Takami había sido asignado a maestranza de la empresa desempeñándose como jardinero, pintor y limpia vidrios. Esta degradación para un motorman titular se enmarcaba en un sistema de la empresa llamado "Nikkin Kyoiku" (Educación por escarmiento) que consistía en reiteradas humillaciones, abusos verbales en público y descuentos en la paga mensual, un método ilegal de castigo con la anuencia del sindicato cómplice. Los investigadores concluyeron que el involuntario e insignificante error de Takami en la estación “Itami” tendría consecuencias desproporcionadas para él, por lo que quiso remendar su error cometiendo otro de peores consecuencias. El directorio de la empresa asumió la culpabilidad y su presidente Takeshi Kakiuchi dejó la empresa , previamente despidió a todo el plantel de la oficina de personal, 16 personas en total, meses después se descubrió que no habían sido despedidos, sino reasignados a otras empresas del holding “JR west”.
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