El 27 de Mayo de 1559, en Sevilla, moría el adelantado, explorador y conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca. (EH)

Nació en 1488 en Jeréz de la Frontera en el seno de una familia Hidalga (Nobleza no titulada), con solo 14 años se enlistó en las tropas de la Liga Santa en su lucha contra Francia , participando en las batallas de Ravena, Villalar, Puente de la Reina, también en la Guerra de las comunidades y la toma de Tordecillas. En 1527 con el cargo de tesorero y alguacil mayor, partió de Sanlúcar de Barrameda rumbo a América en la expedición que capitaneaba el gobernador Pánfilo de Narváez con el objetivo de conquistar la Florida. La expedición estuvo signada por la tragedia, naufragios, pestes, ataques de aborígenes, luego de 10 años recorriendo los actuales EEUU y México, fue uno de los pocos marineros en regresar a España. Fue uno de los primeros Españoles en interesarse en hacer estudios etnográficos de los aborígenes descubiertos, estos y otros estudios se pueden apreciar en su libro “Naufragios”, consiguió que se le otorgara el título de segundo adelantado del Río de la Plata por ello a finales de 1540 inició su segundo viaje, esta vez a Sudamérica. Arribo a las costas de la Isla de Santa Catarina, desde allí inició por tierra un largo viaje en busca del fuerte de Asunción del Paraguay, sede del gobierno del Río de La Plata, ayudado por los aborígenes atravesó la selva paranaense. Fue el primer europeo en descubrir las Cataratas del Iguazú, al llegar a su destino no fue bien recibido debido a su intención de abandonar las infructuosas búsquedas de tesoros basados en leyendas. Su política de integración y respeto por la vida y las tradiciones indígenas chocó con las costumbres abusivas de los colonos que lo enfrentaron, para controlarlos debió ser duro e inflexible rozando lo déspota. Pese a ostentar el cargo de Gobernador del Río de la Plata y del Paraguay, fue acusado de abuso de autoridad, encarcelado y enviado de regreso a España en 1544. El consejo de indias lo condenó al destierro, pero Núñez apeló en reiteradas oportunidades, no para defender su dinero, sino su honor, estando avocado a este proceso la muerte lo encontró el 27 de Mayo de 1559.