jueves, 7 de mayo de 2020

El 7 de Mayo de 1664, en las afueras de París, con una fiesta llamada "Los Placeres de la Isla Encantada", se inauguraba el "Palacio de Versalles".



El Rey Enrique IV solía ir de caza por los pantanosos bosques al oeste de París, en 1608 se sumó a estas excursiones su joven hijo, el futuro rey Luis XIII, quién luego de la muerte de su padre prosiguió con esa costumbre. Convertido ya en el nuevo rey de Francia, en 1623, Luis XIII comenzó a tener síntomas de agorafobia, las caminatas comenzaron a ser más cortas y vio la necesidad de tener un refugio para su seguridad. El refugio que en un principio fue construido como tal, comenzó a ampliarse y sofisticarse, se le agregaron jardines y lujos, que lo hicieron atractivo para su esposa, Ana de Austria. La muerte de Luis XIII hizo que la ya lujosa residencia fuera abandonada en 1643 hasta que su hijo, Luis XIV, el Rey Sol, tomara la decisión que la Casa Real abandonara el Palacio del Louvre y buscara una nueva sede en las afueras de París. Junto con su esposa, María Teresa de Austria, visitaron el abandonado refugio de Versalles, quedaron tan impresionados por la belleza del lugar y por el potencial para mudar allí todas las actividades oficiales. En 1660 se iniciaron las obras para poner en valor las mas de 8.000 hectáreas disponibles, el Arquitecto Luis Le Vau fue el encargado del diseño y la construcción, los decoradores Charles Errard y Noël Coypel fueron los responsables de las ornamentaciones y el arte interior, y el paisajista André Le Nôtre fue el encargado de los jardines ,el invernadero y el zoológico. El 7 de Mayo de 1664, la primera etapa de las obras estuvieron listas para su presentación a la alta sociedad parisina, el Rey organizó una fiesta llamada "Los Placeres de la Isla Encantada" que comenzó con una encendida lectura del poema de Ludovico Ariosto "Orlando furioso". Los asistentes quedaron maravillados y comprendieron que título del mejor palacio francés que ostentaba el Louvre, estaba por primera vez en duda. Versalles comenzó una etapa de constantes ampliaciones y redecoraciones, poco a poco todos los estamentos del estado se fueron trasladando allí y se transformó en la sede de todas las recepciones oficiales. En 1789, durante la revolución francesa el complejo perdió 7.000 hectáreas, pero los jardines principales y los edificios fueron conservados, incluso Napoleón se instaló allí ocasionalmente y Napoleón II lo convirtió definitivamente en el lugar para las recepciones de estado, por lo que Luis XVI fue su último morador oficial. A partir de 1790 se transformó en un lugar dedicado a la diplomacia, recepciones de estado, aposento para visitantes oficiales y para convenciones internacionales como el de la firma del "Tratado de Versalles" en 1919 que marcó el futuro de Europa luego Primera Guerra Mundial. En 1995, el Palacio de Versalles y su entorno se convirtieron en "Establecimiento público del palacio, del museo y del dominio de Versalles", por lo que se encuentra abierto al público en casi la totalidad de sus instalaciones.

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