Nació en la ciudad de Córdoba el 24 de Mayo de 1973, con el nombre de Rodrigo Alejandro Bueno Olave. Su padre, Eduardo Bueno, era productor de la Columbia Records y su madre, Beatriz Olave era compositora, por lo que el destino de Rodrigo indefectiblemente estaba ligado a la música. Con solo 2 años el amigo de su padre e ídolo musical, Juan Carlos Jiménez, "La Mona", lo incluyó en uno de sus shows y se convirtió en su padrino artístico. Mientras estudiaba y trabajaba en la disquería familiar, comenzó a cantar para algunas bandas locales como "Chébere" y "Manto Negro", que solían dar Shows para mas de 5.000 personas. En 1987 su padre lo traslada a Buenos Aires para probar suerte en el Pop-Rock editando el disco "La foto de tu cuerpo", debido a la poca repercusión probó otros géneros como la Salsa. La muerte de su padre puso una pausa en su carrera de casi un año, cuando regresó, volvió a sus raíces, y no se equivocó, el cuarteto, un género netamente cordobés lo hizo conquistar Buenos Aires. Comenzó a vivir mil vidas, noches interminables de discotecas, multitudinarios recitales, raides de 6 shows por noche, sobre exposición televisiva y el descontrol se transformaron en algo cotidiano. Bebía cerveza en exceso debido al estrés, vivía amenazado de muerte por las mafias de la noche ya que nunca pactó con ellos y se movía por fuera de ese circuito. La noche del 23 de Junio del año 2000 tenía una ajetreada agenda, asistir al programa "La biblia y el calefón", cena en "El Corralón", nota con el programa "El Rayo" y recital en la discoteca "Escándalo" de City Bell. Mientras cenaba con su familia y allegados, se encontró con Fernando Olmedo, hijo del célebre cómico Argentino y lo invitó a unirse a su troupe. A las 3:30 del 24 de Junio emprendió el regreso a Buenos Aires en su Ford Explorer junto a su ex esposa, su hijo, el locutor Alberto Pereyra, el músico Jorge Moreno y Fernando Olmedo. En la Autopista Buenos Aires, la Plata, a la altura de Berazategui, mientras circulaba a gran velocidad rozó la camioneta del empresario Alfredo Pesquera, Rodrigo perdió el control del vehículo, impactó contra el muro central y volcó. Rodrigo Bueno y Fernando Olmedo no traían puesto el cinturón de seguridad, ambos salieron despedidos de la camioneta y fallecieron en el acto, el resto de los ocupantes salieron ilesos. Su carisma, humildad y solidaridad lo habían convertido en un ídolo popular, por ello no sorprendió que Rodrigo fuera velado ante una multitud en la Municipalidad de Lanús, solo tenía 27 años.
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