Tres días después de que una bomba atómica apodada Little Boy destruyera Hiroshima, Japón, las fuerzas estadounidenses lanzaron un arma aún más poderosa llamada Fat Man en Nagasaki. La explosión disparó una columna de 45,000 pies de altura de polvo radiactivo y escombros. "Vimos este gran penacho trepando, hacia el cielo", recordó el teniente Charles Levy, el bombardero, que fue golpeado por el golpe del arma de 20 kilotones. “Era púrpura, rojo, blanco, todos los colores, algo así como café hirviendo. Parecía vivo. Luego, el oficial disparó 16 fotografías del terrible poder de la nueva arma, ya que arrancó la vida de unas 80,000 personas en la ciudad en el río Urakami. Seis días después, las dos bombas obligaron al emperador Hirohito a anunciar la rendición incondicional de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Los funcionarios censuraron fotos de la devastación de la bomba, pero la imagen de Levy, la única que muestra la escala completa de la nube de hongo desde el aire, se difundió ampliamente. El efecto moldeó la opinión estadounidense a favor de la bomba nuclear, llevando a la nación a celebrar la era atómica y demostrando, una vez más, que la historia está escrita por los vencedores.
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