miércoles, 22 de julio de 2020

El 22 de Julio de 2011, en Oslo y la Isla de Utøya, ambos territorio Noruego, se producía una secuencia de atentados que se cobraba la vida de 77 inocentes, la mayoría adolescentes. (EH)

La sucesión de hechos se inició a las 15:26 del 22 de Julio cuando un coche bomba explotó frente al edificio donde se encontraba la oficina del primer ministro noruego Jens Stoltenberg, la explosión dañó severamente la sede del Ministerio de Petróleo y Energía y provocó varios incendios simultáneos. El saldo de este primer hecho fue de 8 muertos y 30 heridos, el impacto y la sorpresa por lo inédito de este tipo de hechos en Noruega, dejó perplejas a las autoridades. De inmediato se comenzaron a tejer especulaciones y teorías, desde sitios periodísticos de los EEUU aseguraban que el grupo islamista llamado Ansar al-Jihad al-Alami era el responsable del atentado. Cuando las autoridades noruegas aún no habían asimilado el golpe, solo unas horas después desde la pequeña isla de Utøya donde se llevaba a cabo un campamento juvenil político del Partido Laborista Noruego llegaron noticias macabras. Un empresario de 32 años llamado Anders Behring Breivik disfrazado de policía había irrumpido en la isla y luego de reunir a los jóvenes comenzó a fusilarlos, los persiguió y masacró a lo largo de la costa, algunos murieron ahogados tratando de huir. El luctuoso saldo de la matanza de la isla fue de 69 muertos y 66 heridos, siendo el total de 77 muertos y 96 heridos. Breivik fue arrestado y confesó ser el autor intelectual y material de ambos hechos, y que su motivación fue el odio a la multiculturalidad en que se estaba gestando Noruega. El laxo código penal noruego tiene prevista una pena máxima de 21 años para actos de terrorismo por lo que Breivik recuperaría su libertad a los 53 años de edad.

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