La composición racial del Virreinato del Perú y los abusos de las autoridades reales hicieron que el siglo XVIII estuviera plagado de revueltas y sublevaciones, sin embargo fueron las Reformas Borbónicas de 1768 que precipitaron los hechos. Las rebeliones de Chumbivilcas, Urubamba, Tupac Amaru II, Túpac Katari y Pumacahua fueron violentamente reprimidas y terminaron en matanzas indiscriminadas de indígenas y criollos, esto, lejos de despertar un sentimiento de rebelión, lo aplacó. La invasión napoleónica a España y la revolución de Mayo en Buenos Aires despertaron nuevamente el espíritu de libertad, fogoneada por intelectuales locales como Jose Hipolito Unanue, José Baquíjano hicieron creer a los criollos que el cambio era posible. Ante el avance de los ejércitos argentinos en el Alto Perú (Actual Bolivia), los criollos vieron una nueva oportunidad de debilitar el poder de los regentes y se inició una nueva serie de revueltas como las de Tacna, Huánco y Cuzco, pero la restauración de Fernando VII en 1814 provocó una dura respuesta española que dejó en claro que la independencia solo se lograría por medio de campañas militares con apoyo exterior. En 1815 el Almirante Guillermo Brown inicia la campaña marítima del Pacífico que luego sería continuada por el corsario Thomas Cochrane, antes del final de la década San Martín se sumó a la campaña. Las hostilidades se iniciaron en Octubre de 1820 cuando el general Juan Antonio Álvarez de Arenales toma Nasca, poco a poco las ciudades iban cayendo en manos de los rebeldes provocando que destacamentos realistas se sublevaran y sumaran a la causa libertadora. Ante la ineptitud del Virrey Joaquín de la Pezuela, Fernando VII lo destituye y nombra en su lugar al general José de la Serna quién se entrevista con San Martín pero no acepta sus planteos y no tiene mas remedio que resistir. En Junio de 1821, el ejército libertador ayudado por las "Montoneras" peruanas, sitiaron Lima que cayó definitivamente el 10 de Julio, cumpliendo con lo acordado, San Martín y los notables de Lima se reunieron en Cabildo Abierto, con el propósito de jurar la Independencia, que se produjo el 15 de Julio. El acta redactada por Manuel Pérez de Tudela fue firmada por los habitantes mas representativos, San Martín la leyó y proclamó públicamente en un cabildo abierto el 28 de Julio de 1821, este acto se repitió en varias plazas de Lima, siempre culminaba con San Martín diciendo "- Desde este momento el Perú es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que dios defiende. ¡Viva la patria!, ¡Viva la libertad!, ¡Viva la independencia!".
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