Fue la invasión para salvar a la civilización, y Robert Capa, de LIFE, estaba allí, el único fotógrafo que caminaba con las 34.250 tropas en la playa de Omaha durante el aterrizaje del Día D. Sus fotografías, impregnadas de un movimiento discordante desde el centro de ese brutal asalto, le dieron al público la visión de un soldado estadounidense de los peligros de la guerra. El soldado en este caso era el soldado de primera clase Huston Riley, quien después de que los nazis bombardearan su nave de desembarco, saltó al agua tan profundo que tuvo que caminar por el fondo hasta que no pudo contener la respiración. Cuando activó sus salvavidas del cinturón de la Marina M-26 y flotó hacia la superficie, Riley se convirtió en un objetivo para las armas y los proyectiles de artillería que derribaban a sus camaradas. Golpeado varias veces, el soldado de 22 años tardó aproximadamente media hora en llegar a la costa de Normandía. Capa le tomó esta foto en las olas y luego, con la ayuda de un sargento, ayudó a Riley, quien luego recordó haber pensado: "¿Qué demonios está haciendo este tipo aquí? No me lo puedo creer. Aquí hay un camarógrafo en la orilla. Capa pasó una hora y media bajo fuego cuando murieron hombres a su alrededor. Luego, un servicio de mensajería transportó sus cuatro rollos de película a las oficinas de LIFE en Londres, y el gerente general de la revista detuvo las prensas para incluirlos en la edición del 19 de junio. Sin embargo, la mayor parte de la película no mostró imágenes después del procesamiento, y solo sobrevivieron algunos fotogramas. Las imágenes restantes tienen un aspecto granulado y borroso que les da la sensación de acción frenética, una cualidad que ha llegado a definir nuestra memoria colectiva de ese choque épico.
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