El 10 de Agosto de 1814, en Frankfurt, nacía un químico que con un simple y genial invento revirtió el aumento de la mortalidad infantil en Europa, ese día llegaba al mundo Henri Nestlé. (EH)

Creció en la entonces ciudad de "Ciudad Libre de Fráncfort del Meno" junto a sus otros 13 hermanos, sin intenciones de trabajar en la cristalería de su padre, a los 21 años se trasladó a Vevey, Suiza. Pese a que la química no se enseñaba académicamente, Henri era un experto en la materia, hecho que lo ayudó a conseguir trabajo como boticario. Un familiar le presta dinero con el que compra un edificio industrial donde comienza a producir, aceite de colza, vinagre y mostaza en polvo. En 1860 se casa con Anna Clémentine Thérèse Ehemant y amplía su negocio produciendo agua mineral y gas líquido para las farolas de la ciudad. En 1867, plena revolución industrial, las ciudades se poblaban de niños y era muy difícil conseguir leche fresca, por la falta de alimentos y defensas, la mortalidad infantil era un flagelo en aumento. Henri comenzó a estudiar inventos ya disponibles y métodos químicos de avanzada para dar con una solución, tomando como base la leche condensada de Nicolás Appert y el proceso de deshidratación de Osip Krichevsky creó la Leche en polvo. El proceso consistía en mezclar leche condensada al vacío con azúcar hasta que tuviera la densidad de la miel, luego se incorporaba harina de trigo y se secaba con bicarbonato potásico, finalmente se extraía el ácido y el almidón. El resultado, la "farine lactée", leche en polvo para bebés, era el primer reemplazo de la historia de la leche materna. De inmediato fundó "Farine Lactée Henri Nestlé", y dio al producto carácter social, si bien ganó una fortuna, lo produjo a gran escala y no especuló con su precio, en solo un año vendió 360 mil latas, por primera vez en 50 años se redujo la mortalidad infantil urbana en una ciudad Europea. Para la empresa Nestlé, que significa "pequeño nido", Henri utilizó el escudo familiar y su nombre, de allí, la "Leche Nido". En solo 5 años ya se exportaba por toda Europa, América y Oceanía, produciendo millones de latas. En 1874, por una cifra millonaria, vendió la compañía a Jules Monnerat, que mantuvo los logos y los nombres de los inventos de Nestlé, nada se supo de él hasta que se anunció su muerte, el 7 de Julio de 1890.