Nacido en el seno de una familia burguesa, realizó sus estudios secundarios en el Colegio San Carlos, actual Colegio Nacional Buenos Aires, del que egresó con honores. Se trasladó al Alto Perú para cursar abogacía en la prestigiosa Universidad de Chuquisaca, allí tuvo contacto con las obras de los pensadores Europeos Montesquieu, Rousseau y Voltaire. Estudió inglés y francés, gracias a ello pudo traducir "El contrato social" de Jean-Jacques Rousseau, a quien admiraba. Durante su estadía en Sucre y Potosí, conoció la peor faceta de la administración española, las injusticias, los saqueos y la opresión. Fruto de este viaje escribió ensayos críticos sobre la administración del Virreinato. En 1805 junto a su quinceañera esposa María Guadalupe Cuenca y su pequeño hijo regresa a Buenos Aires. Durante las invasiones inglesas editó periódicos de resistencia, aunque detestaba el poder de España y bregaba por el libre comercio, la tutela inglesa era algo por lo que no estaba dispuesto a pasar. Tomado textos de Manuel Belgrano redactó "Representación de los Hacendados", una encendida defensa del libre comercio de los pequeños ganaderos oprimidos por los monopolios de Buenos Aires. Luego de las decenas de reuniones en la casa de Rodriguez Peña, en las que se gestó la revolución de Mayo, Moreno dejó claras sus pretensiones, detestaba a los realistas españoles, a Liniers y rechazaba el "Carlotismo", la independencia era su única meta. Consumada la revolución, en su rol de secretario, fue el encargado de crear la oficina de censos, la biblioteca pública, la apertura de nuevos puertos, estableció el libre comercio, elaboró las ordenanzas militares. Por su erudición y claridad de ideas fue el encargado de comunicar a la población los actos del gobierno provisional, para ello fundó y dirigió el diario "La Gazzeta", paralelamente elaboró el decreto sobre la libertad de prensa. Como duro defensor radicalizado y unitario de la revolución se enfrentó a la laxa posición de un Saavedra federal, cuando este logró crear la "Junta Grande", Moreno presentó su renuncia. No le fue aceptada, pero Moreno sentía que ya no tenía nada por hacer en Buenos Aires y aceptó ser emisario ante Gran Bretaña para lograr apoyo a la revolución. El plan de Saavedra de alejar a Moreno dio resultado, ya que se embarcó en la Fragata "Fame" rumbo a Inglaterra. La madrugada del 4 de Marzo de 1811 a la altura de Santa Catarina en Brasil, el capitán le suministró un medicamento a base de antimonio y tartarato de potasa, pero 40 veces mayor a la necesaria, Moreno murió entre espasmos y convulsiones. Su cuerpo fue envuelto en una bandera inglesa y arrojado al mar con honores. Aún hoy no está claro quién impartió la orden, Saavedra ya había logrado deshacerse de él y para el alto mando inglés no representaba amenaza alguna.
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