Bautizado con el nombre de Cosme Mariano Argerich, su padre, el cirujano catalán Francisco de Argerich le inculcó la pasión por la medicina y veló porque pudiera estudiar en la Real y Pontificia Universidad de Cervera, en la que a los 25 años se graduó como Doctor en Medicina del Gremio y Claustro. De regreso en Buenos Aires y gracias a su impecable legajo fue contratado por el Protomedicato Nacional, entidad que se encargaba de capacitar y controlar el ejercicio de la medicina en la ciudad, al mismo tiempo ejercía de manera privada y asesoraba a entidades religiosas en materia de medicina preventiva. Se puso al frente del grupo de médicos que luchó contra la epidemia de viruela en 1794 y fue el precursor de la implementación de las primeras campañas de vacunación. En 1805 ante la negativa del Virrey Sobremonte en hacerse cargo de traer vacunas a Buenos Aires, Argerich ideó una intricada cadena de recolección de donaciones y triangulaciones para traerlas desde Inglaterra de contrabando en un buque portugués, para luego vacunar gratuitamente a toda la población a espaldas de las autoridades. Durante las invasiones inglesas se unió como voluntario al regimiento Húsares de Pueyrredón aunque por su profesión se decidió que no combatiera y fue designado para la atención de los heridos. Durante el Cabildo abierto del 22 de Mayo de 1810 y ya integrado a la masonería local, se involucró en la gesta libertadora para la que diseñó planes de estudio con carácter nacionalista, la Asamblea del año XIII lo nombró director de la escuela de medicina que reemplazaría al Protomedicato y jefe del Instituto Médico Militar de la que egresaron los primeros médicos porteños. Manuel Belgrano lo eligió como jefe médico del ejército del Norte siendo fundamental su tarea en las batallas de Salta y Tucumán. En 1816 eligió y acopió todo el instrumental médico para el ejército con el San Martín cruzó los Andes y organizó una sala para diagnosticar el estado de salud de los inmigrantes que llegaban al puerto de Buenos Aires. Falleció el 14 de Febrero de 1820 dejando tres hijos que como él sirvieron a la patria, el médico Francisco Argerich, el sacerdote de la Catedral Juan Antonio Argerich y el coronel Luis Argerich. En su honor y merecidamente, el Hospital Militar Central y el Hospital General de Agudos de La Boca llevan su nombre.
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