domingo, 15 de noviembre de 2020

El 15 de Noviembre de 1992, en la ciudad de La Plata en cuestión de segundos eran asesinadas Gladys, Elena, Cecilia y Adriana, ese día se iniciaba el “Caso Barreda”. (EH)

Ricardo Alberto Barreda era un renombrado odontólogo de la ciudad de La Plata, querido y respetado puertas afuera, odiado y humillado puertas adentro, su vida dentro de la casa de la Calle 48 era un calvario, pero en vez de abandonar la casa y a su familia, decidió ponerle fin de la manera mas violenta y desproporcionada. Su esposa Gladys McDonald y su suegra Elena Arreche lo maltrataban y degradaban verbalmente, su hija Cecilia, también odontóloga se había quedado con sus pacientes aduciendo que él no estaba en sus cabales y su hija Adriana, abogada, lo denostaba e insultaba a diario. Ricardo se escondía en su propia casa, no tenía la fortaleza ni entereza como para enfrentar el problema de manera racional y pese a tener una relación extramatrimonial, no tomaba la decisión de irse de su casa o divorciarse. La mañana del 15 de Noviembre de 1992 (Según el relato de Barreda), su esposa le dijo “Anda a limpiar conchita que es lo que mejor haces”, fue a buscar la tijera para cortar la parra y encontró su escopeta Víctor Sarasqueta, la cargó y tomó unos cartuchos extra y volvió a entrar en la casa. Primero se encontró con su esposa e hija menor, a ambas las asesinó con disparos en el abdomen, los disparos hicieron que su suegra e hija mayor bajaran por las escaleras a ver que había pasado, a ambas las asesinó de la misma manera. Fríamente recogió los cartuchos y la escopeta, desordenó los muebles para simular un robo y se fue de la casa, se dirigió a un canal de Punta Lara donde se deshizo del arma, luego fue al zoológico y finalmente a un hotel alojamiento con su amante, Hilda Bono. Por la noche regresó a la casa y llamó a la policía, estando en la comisaría relatando la versión del robo, el comisario Ángel Petti, astutamente le tiende una trampa, le muestra la página del código penal en el que se establece la inimputabilidad de aquellos que no entienden lo que hacen, por locura u otra causa, Barreda se sintió seguro y confesó el crimen. Su caso se arraigó en la cultura popular, pese a lo trágico se compusieron canciones, se editaron libros y hasta se hace humor con su historia. En 1995, en un juicio donde relató con gran tranquilidad y lujo de detalles lo ocurrido fue condenado a cadena perpetua. En 2008 debido a ser mayor de 70 años se le concedió la prisión domiciliaria, pero al violarla para salir de compras le fue revocada en 2011. Luego de varias idas y vueltas judiciales ese mismo año se le concedió la libertad condicional, situación que se mantuvo hasta su muerte el 25 de mayo del 2020.


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