jueves, 10 de diciembre de 2020

El 10 de diciembre de 1898, en París, se firmaban los tratados que terminaban formalmente con la guerra Hispano estadounidense y marcaba el fin de España como potencia colonial.

Desde mediados del siglo XIX las potencias europeas hicieron planes y tratados para quedarse con Asia y África, EEUU se mantuvo ajeno a esos bochornosos repartos, no por hidalguía, sino porque se mostraba más interesado en América y el Pacífico. La mayoría de los intereses estadounidenses se encontraban bajo dominio español o en proceso independentista, Cuba, su principal objetivo estaba en esa situación desde hacía 30 años, hizo intentos de comprarla y de financiar adeptos a la revolución, pero todos fracasaron. En una actitud de abierta provocación e intimidatoria, en enero de 1898 EEUU envía a La Habana al acorazado "USS Maine", España consciente de lo que se avecinaba envía rumbo a New York al "Crucero Vizcaya". La noche del 15 de febrero el "USS Maine" estando amarrado en el puerto de La Habana, explotó y se partió matando a la mayoría de sus ocupantes. Sin saber aún las causas (Hoy se sabe que fue una explosión interna), la prensa de los EEUU acusó a España de haberlos atacado, el presidente William McKinley declaró de inmediato la guerra. La guerra no se circunscribió al Caribe se globalizó llegando hasta las posesiones españolas en el Pacífico. Pese a los esfuerzos españoles, las distancias desde Europa a las regiones del conflicto hicieron que cualquier envío de refuerzos fuera imposible y pese al desvío del "Crucero Vizcaya" rumbo a La Habana la flota real fue aplastada. En poco más de 3 meses la guerra estaba definida, España había perdido todo derecho sobre Cuba, Puerto Rico, Guam, Las Marianas y Filipinas. Pese a que la guerra había finalizado formalmente en agosto, con la firma del Protocolo de Washington, EEUU siguió con sus campañas militares hasta conquistar Manila. España hizo todo lo posible por estirar la firma de tratados que confirmaran la mayor pérdida de territorios desde las gestas independentistas de América a principios del siglo XIX. Finalmente el 1 de octubre de ese mismo año las delegaciones de Reino de España y los EEUU comenzaron las reuniones en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores Francés con sede en París. España solo hizo un pedido desesperado, mantener algún tipo de derecho sobre Manila, conquistada, según ellos, ilegalmente mientras reinaba un "Alto el fuego", pero la situación de desventaja en la que había quedado solo retrasaron el resultado final. El 10 de diciembre de 1898, el diplomático francés Jules Cambón ratificó las firmas de los delegados españoles y estadounidenses poniendo fin a la guerra pero abriendo nuevos focos de conflicto. En España las cortes rechazaron el tratado pero la Reina regente lo firmó ilegalmente, por su parte en EEUU la oposición a McKinley en el congreso se oponía a reemplazar un opresor por otro y pedía otorgar la independencia a Cuba y Filipinas. La principal y trágica consecuencia fue el proceso de traspaso de dominio en Filipinas que derivó en uno de los genocidios más brutales del siglo XX.


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