viernes, 11 de diciembre de 2020

'Viejo, acá enfrente no había un lago?

Una fría mañana de noviembre de 1980 en el estado de Luisiana, una vecina de la ciudad de Delcambre salió a hacer su caminata pero apenas abrió la puerta le gritó al marido '-viejo, acá enfrente no había un lago?'. Había, pretérito imperfecto en modo indicativo del verbo se mandaron una macana. Lo cierto es que el lago no estaba mas. Esto es un claro ejemplo de la explotación de recursos naturales en su máxima expresión y su mínima planificación. Muy por debajo del fondo del lago Peigneur, la empresa Diamond Crystal Salt Company explotaba hacía décadas una gigantesca mina de sal. A mediados de años '70 la empresa Texaco empezó buscar petroleo debajo del lecho del lago. Como a los trépanos los carga el diablo, la mañana del 21 de Noviembre de 1980 la perforación de la petrolera llegó a las cavernas de la mina de sal y se abrió la canilla. Un inconmensurable torrente de agua a presión ingresó en la mina que disolvió la sal e hizo colapsar el lecho del lago. Mientras el lago desaparecía, la gran cantidad de agua que ingresó a la mina trajo otros problemas. Un monumental remolino de barro arrastró con las edificios costeros y se produjeron geisers destructivos en medio de la ciudad. Terminada la catástrofe el lago no estuvo seco ni un día, de inmediato colapsó un canal subterráneo que volvió a llenar gran parte del lago pero ahora con agua salada. Parece que la Diamond le había dado los planos de su mina a la Texaco para que no haga macanas. Pero en afán de encontrar oro negro la cagaron. U$S 42 millones de multa y a agujerear en otro lado. Esto cambió drásticamente el ecosistema de la zona y los menús de los restaurantes, sacaron la trucha y pusieron el pejerrey.


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