miércoles, 3 de febrero de 2021

El embajador de la muerte

Cuantas veces hemos conocido a alguien cuya salud es el índice de una enciclopedia médica y pensamos 'Eso no es vida'. La muerte digna no es una reflexión de nuestra era, ya Platón hace 2.400 años decía 'Se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo'. Tácito, Séneca, Epícteto, Marco Aurelio y Cicerón mantuvieron el tema en consideración y sin generar polémica alguna. Es que en un principio estaba mas asociado al suicidio y el cristianismo no lo condenaba. En el siglo IV después del Concilio de Nicea dejó de caerles simpático. Es que algunos apurados con problemas terrenales empezaron a matarse para acceder al paraíso. Con la iglesia en contra, como dice 'Les Luthiers' por intentar suicidarte te podían sentenciar a muerte. Hubo que esperar mil años hasta que el tema fue retomado por Tomas Moro que además le puso nombre, 'Eutanasia'. Término griego combinado, 'eu' (buena) y 'Thanatos' (Muerte). Gracias a 'Hipócrates', los médicos juran 'No llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos, y no usar su conocimiento para matar, incluso bajo requerimiento del paciente'. Pero un día apareció un tal Jack Kevorkian y todo se puso de cabeza. Se hizo conocido enarbolando sólidos argumentos en favor de la eutanasia y con un lema, 'Morir no es un crimen'. Nunca ocultó su práctica y desde el principio diseñó un estricto método de selección. Solo aceptaba pacientes terminales o con patologías que implicaran un dolor físico comprobable. Debía asistir con un familiar directo que corroborara la condición y decisión del paciente. Esto llevaba a que casi el 98% de las solicitudes fueran rechazadas. El procedimiento en realidad se parecía más a un suicidio asistido. En presencia de testigos y de una cámara, el paciente relataba el deseo de acabar con su vida y Kevorkian preparaba las drogas para que se las auto administre. La justicia de los EEUU comenzó a acusarlo de homicidio pero los casos caían de inmediato. Los vacíos legales y los videos eran suficientes para quedar en libertar. Sus procedimientos aumentaban y la presión popular también, pero las asociaciones que lo acusaban cometieron un error imperdonable. En el texto de una acusación citaron que es la voluntad de Dios cuando una vida debe terminar. Se la sirvieron en bandeja y la audiencia solo duró 5 minutos. Kevorkian, recordó una cita de David Hume, un filósofo del siglo XVIII que decía 'Si el disponer de la vida humana fuera algo reservado exclusivamente al todopoderoso, tan criminal sería un hombre que actuara para conservarla como el que decidiese destruirla'. Cuando ya llevaba decenas de procedimientos le encontraron una grieta legal, no hacía una evaluación psicológica que certificara que el paciente estaba en condiciones mentales de tomar esa decisión. Punto para la justicia, si bien no fue a la cárcel le revocaron su licencia médica. Pero Kevorkian no se rindió y siguió suicidando gente, ahora administrando monóxido de carbono por medio de mascarillas. La justicia no lo podía doblegar y hasta tenía cierto apoyo popular, esa sensación de invulnerabilidad lo llevó a meter la pata. Creyó que el caso de su paciente Thomas Youk ayudaría a su causa y accedió a mostrar el video en el programa '60 minutos'. Al principio venía bien, un desahuciado y abatido Youk suplicaba terminar con su calvario. Pero de repente y frente a 25 millones de espectadores se ve a Kevorkian aplicando inyecciones de analgésicos y relajantes musculares a Youk. Lo abrocharon por ejercer la medicina con su matrícula revocada. Tan seguro estaba de tener la razón que sin conocimientos legales pidió ejercer él mismo su defensa. Ante el alegato de la fiscalía que lo comparaba con los nazis y su genocidio disfrazado de 'eutanasia', Kevorkian explotó de ira y perdió la compostura. No fue lo único que perdió, perdió el juicio y su libertad. Después de 8 años a la sombra salió de la cárcel en 2007. Su vida se apagó sin ayuda en 2011. Sus argumentos y las declaraciones de los familiares de los 130 pacientes que ayudó a morir hicieron que en decenas de países del mundo la eutanasia sea legal y regulada.

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