jueves, 20 de enero de 2022

La localidad fronteriza de Las Cuevas, totalmente rebasada por la gran cantidad de automovilistas que viajaban que viajaban a Chile. (Enero de 1980) Provincia de Mendoza


Grandes embotellamientos de tránsito, con colas de hasta cuatro kilómetros de extensión, se produjeron en la villa fronteriza de Las Cuevas. El fenómeno fue calificado de inusual por los residentes en la zona, quienes relataron algunos de los inconvenientes que produjo esa extraordinaria afluencia de turistas. Desde que se iniciaron las actividades aduaneras y de migraciones, lo que sucede habitualmente a las 8 de la mañana, hasta el cierre de las oficinas, la que se efectuó en horario especial, pasaron con dirección a Chile el 24 736 vehículos automotores en total. De acuerdo a cálculos estimados en unas cuatro personas por vehículo, en ese día únicamente viajaron casi 3.000 turistas rumbo a las playas del país vecino. Pero ocurrió que la infraestructura de servicios de Las Cuevas no estaba capacitada para recibir, sin apoyo especial, tal cantidad de coches que, como se sabe, deben pasar por una serie de trámites. Así fue como se originó una cola de varios kiló metros de extensión. Algunos de los automovilistas esperaron casi cinco horas para lograr por fin trasponer el limite. La tensa espera, se ignoraba si podrían pasar todos, originó escenas de nerviosismo. Algunos de los más exaltados construyeron barricadas para impedir que pasaran vehículos que no habían estado en las filas. A un rodado, que tras puso esas barreras, una piedra que la arrojó una persona no identificada, le rompió el parabrisas. Se registraron también acaloradas discusiones y alguna que otra escena violenta. El personal de Gendarmería Nacional, que cumple funciones en el sitio, no pudo distraer sus fuerzas en el cumplimiento del orden, a lo largo de la gran cola, ya que está afectado justamente a la labor de control de documentación para autorizar el paso. Así fue como durante varias horas los automovilistas impusieron sus propias leyes, al punto que no querían dejar pasar a un coche que transportaba a un gendarme que se dirigia a Las Cuevas a hacerse cargo de sus funciones.



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