Sobre la barranca, a unos quince metros de altura, se construyó un hotel que pasó a prestar servicios en forma permanente. Se accedía a los baños mediante una rampa. De todos modos, se trataba de construcciones bastante precarias. En 1898, en las crecientes del verano, las aguas del rio Mendoza destruyeron la pirca, las piletas y las construcciones accesorias. Para hacer frente a la situación, en 1902 se elevó un formidable muro de defensa, de 77 metros de largo por 3,5 metros de altura. Además se cortó el talud natural de la margen derecha del río, para construir allí las nuevas piletas. Sin prisa y sin pausa, la evolución continuó. El gobierno provincial, por ley 381 del 20 de junio de 1907, declaró de utilidad pública sujeto a expropiación el terreno adyacente a las termas. De esta manera el Estado se transformó en propietario de una superficie total de 35 hectáreas, 6.135,93 metros cuadrados, en la zona termal. En 1910 las construcciones tenían cuatro cuerpos: uno para la gruta termal de baños de vapor, otro con una pileta con capacidad de 567 hectolitros. El paso siguiente fue concursar la explotación de los baños termales para actividades turisticas comerciales. Así lo dispuso la Legislatura de Mendoza por ley 519 (1910), según la cual se llamaría a concurso para la explotación de las Termas de Cacheuta mediante un complejo turistico que constituya "un establecimiento modelo, en manera alguna inferior a los mejores existentes en otros países". Como resultado, en 1913 se otorgó la concesión por cuarenta años a una empresa privada, integrada por Arturo Dácomo y Ramón Juyent (que posteriormente cedieron sus derechos y deberes a la Sociedad Anónima Termas de Cacheuta). La firma realizó gran des inversiones para construir edificios e instalaciones. Surgió de esta manera un balneario de estilo neoclásico, con todo el lujo y el confort que exigía este período "dorado" del turismo. Coincidía el interés por las termas con las orientaciones médicas de la época.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
lunes, 25 de abril de 2022
Entrada del Hotel Termas de Cacheuta. Desde el andén del ferrocarril hasta el patio del hotel, los pasajeros eran trasladados en ascensor. (c.1929) Mendoza
Sobre la barranca, a unos quince metros de altura, se construyó un hotel que pasó a prestar servicios en forma permanente. Se accedía a los baños mediante una rampa. De todos modos, se trataba de construcciones bastante precarias. En 1898, en las crecientes del verano, las aguas del rio Mendoza destruyeron la pirca, las piletas y las construcciones accesorias. Para hacer frente a la situación, en 1902 se elevó un formidable muro de defensa, de 77 metros de largo por 3,5 metros de altura. Además se cortó el talud natural de la margen derecha del río, para construir allí las nuevas piletas. Sin prisa y sin pausa, la evolución continuó. El gobierno provincial, por ley 381 del 20 de junio de 1907, declaró de utilidad pública sujeto a expropiación el terreno adyacente a las termas. De esta manera el Estado se transformó en propietario de una superficie total de 35 hectáreas, 6.135,93 metros cuadrados, en la zona termal. En 1910 las construcciones tenían cuatro cuerpos: uno para la gruta termal de baños de vapor, otro con una pileta con capacidad de 567 hectolitros. El paso siguiente fue concursar la explotación de los baños termales para actividades turisticas comerciales. Así lo dispuso la Legislatura de Mendoza por ley 519 (1910), según la cual se llamaría a concurso para la explotación de las Termas de Cacheuta mediante un complejo turistico que constituya "un establecimiento modelo, en manera alguna inferior a los mejores existentes en otros países". Como resultado, en 1913 se otorgó la concesión por cuarenta años a una empresa privada, integrada por Arturo Dácomo y Ramón Juyent (que posteriormente cedieron sus derechos y deberes a la Sociedad Anónima Termas de Cacheuta). La firma realizó gran des inversiones para construir edificios e instalaciones. Surgió de esta manera un balneario de estilo neoclásico, con todo el lujo y el confort que exigía este período "dorado" del turismo. Coincidía el interés por las termas con las orientaciones médicas de la época.
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