Hace 60 años la cantidad de información equivalente a una fotografía digital actual necesitaba varios kilos de papel para su codificación. Puede que muchos no lo sepan, pero en la prehistoria de los ordenadores el almacenamiento digital era una utopía que solo se usaba en los laboratorios de investigación más avanzados. El día a día era mucho más duro y buena parte de la información o los programas informáticos se almacenaban en papel. Bueno mejor dicho en cartón, el de las tarjetas perforadas que mediante un sencillo código binario (agujero sí o agujero no) guardaban unos bytes por aquí y unos bytes por allá. Así hasta sumar los 5 Megabytes que esta alegre señorita mostraba con orgullo en 1955 y que representaban el programa de control de la red de ordenadores militares SAGE. En total unas 62.500 tarjetas perforadas. Hoy en día, mil veces esa información se podría guardar en una tarjeta microSD de 4GB que cuesta unos 4 euros y ocupa menos que una uña
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