Después que el indigena estableció su bárbaro dominio por sus matorrales y desiertos; aun luego que conquistadores segundones pasaron de largo deslumbrados por sueños depredadores de oro y plata, y todavia más tarde que las columnas de milicos se asentaron en su fuerte, la verdadera historia civilizadora de San Rafael se rescata en testimonios aún evidentes. Esa ciudad que crecíó y mejoró sobre sí misma; las plantas de conservación de los frutos solares; las bodegas donde se sucede el oculto milagro del vino bueno: los edificios que hoy responden a una demanda vertical, aunque se los llame de "propiedad horizontal", los negocios; las calles pobladas de gente laboriosa; los bancos, la actividad iniciada con el sol y luego prolongada bajo la luna para alcanzar las compensaciones inevitables, todo tiene un comienzo: la inicial labor de trazar, desde el río, una acequia hacia la tierra recién inaugurada. Los civilizadores son los que plantaron las primeras vides, los que estuvieron seguros de que de ese suelo eran posibles los duraznos dorados y los demás frutos de su vida, los que trajeron el ferrocarril, los que desafiaron la soledad y la transpiración los que estuvieron seguros de que el bienestar estaba debajo del suelo, pero que brotaria hacia la luz si nadie aflojaba, si todos eran fieles á esa cruzada por convertir el desierto en una tierra de promisión. San Rafael... tierra de pujanza, oasis convertido en vergel por la entrañable mística de sus hombres, por el esfuerzo de sus pioneros, por esa inquebrantable fe en el futuro promisorio, por la lucha denodada de quienes aman sus tradiciones, la paz y el trabajo. San Rafael... tierra de admiración, hacia su gente, sus hombres y mujeres, que, usando el arado y cultivando su suelo, provocan su progreso: que, levantando chimeneas, sembrando y generando riquezas, hacen trascender su potencial socio económico, cultural y humano a todas las latitudes.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
lunes, 23 de octubre de 2023
Avenida MItre. Ciudad de San Rafael. Principios de Siglo XX. Provincia de Mendoza
Después que el indigena estableció su bárbaro dominio por sus matorrales y desiertos; aun luego que conquistadores segundones pasaron de largo deslumbrados por sueños depredadores de oro y plata, y todavia más tarde que las columnas de milicos se asentaron en su fuerte, la verdadera historia civilizadora de San Rafael se rescata en testimonios aún evidentes. Esa ciudad que crecíó y mejoró sobre sí misma; las plantas de conservación de los frutos solares; las bodegas donde se sucede el oculto milagro del vino bueno: los edificios que hoy responden a una demanda vertical, aunque se los llame de "propiedad horizontal", los negocios; las calles pobladas de gente laboriosa; los bancos, la actividad iniciada con el sol y luego prolongada bajo la luna para alcanzar las compensaciones inevitables, todo tiene un comienzo: la inicial labor de trazar, desde el río, una acequia hacia la tierra recién inaugurada. Los civilizadores son los que plantaron las primeras vides, los que estuvieron seguros de que de ese suelo eran posibles los duraznos dorados y los demás frutos de su vida, los que trajeron el ferrocarril, los que desafiaron la soledad y la transpiración los que estuvieron seguros de que el bienestar estaba debajo del suelo, pero que brotaria hacia la luz si nadie aflojaba, si todos eran fieles á esa cruzada por convertir el desierto en una tierra de promisión. San Rafael... tierra de pujanza, oasis convertido en vergel por la entrañable mística de sus hombres, por el esfuerzo de sus pioneros, por esa inquebrantable fe en el futuro promisorio, por la lucha denodada de quienes aman sus tradiciones, la paz y el trabajo. San Rafael... tierra de admiración, hacia su gente, sus hombres y mujeres, que, usando el arado y cultivando su suelo, provocan su progreso: que, levantando chimeneas, sembrando y generando riquezas, hacen trascender su potencial socio económico, cultural y humano a todas las latitudes.
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