En Búsueda del Rey Blanco: Entre los naufragos de Santa Catalina se contaba un portugués llamado Alejo García. Este, al igual que sus compañeros, entró en tratos con los indios de la cercana costa brasilera a través de los cuales supo que muy al occidente existía un famoso monarca, soberano de naciones riquísimas, donde la abundancia de oro era tal que hasta las viviendas se construían utilizando ese precioso metal. El monarca, según los relatos fantasiosos de los indios, no era de color cobrizo sino de una tez similar a la de los españoles. Así nació la famosa leyenda del "Rey Blanco", sustentada sobre bases reales ya que los informes de los aborígenes se réferían al fabuloso reino andino de los Incas. Fascinado por las noticias obtenidas, Alejo García se internó con cuatro compañeros y un enorme séquito de indígenas en dirección al oeste, en busca del portentoso monarca. Cruzó a pie toda la actual provincia brasilera de Santa Catalina, atravesó el río Paraná y llegó finalmente al territorio de la actual Bolivia, donde tomó contacto con los indios charcas en las cercanías de Chuquisaca, apoderándose de "ropa, vestidos, muchos vasos, vajillas, y coronas de plata, de cobre y otros metales". El grupo emprendió luego el regreso por el mismo camino y llegó hasta el Paraguay, desde donde García envió noticias y algunas muestras de los metales preciosos a sus compañeros de Santa Catalina. La buena suerte, empero, no lo acompañó mucho tiempo más, ya que poco después los indios le dieron muerte y se apoderaron de su botín. La noticia de la extraordinaria expedición, sin embargo, llegó hasta Santa Catalina, donde la recogieron sus compañeros de naufragio. Algunos de ellos, seguidos por numerosos indios amigos, abandonaron entonces la costa y emprendieron la marcha hacia el campamento de García, pero al cruzar el Paraná fueron ultimados por los guaraníes
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
jueves, 25 de abril de 2024
Ataque e incendio de Buenos Aires por los indios, en junio de 1536. Grabado publicado en el libro de Ulrico Schmidl "Derrotero y Viaje a España y las Indias", donde narra los pormenores de la primera fundación de Buenos Aires por Don Pedro de Mendoza.
En Búsueda del Rey Blanco: Entre los naufragos de Santa Catalina se contaba un portugués llamado Alejo García. Este, al igual que sus compañeros, entró en tratos con los indios de la cercana costa brasilera a través de los cuales supo que muy al occidente existía un famoso monarca, soberano de naciones riquísimas, donde la abundancia de oro era tal que hasta las viviendas se construían utilizando ese precioso metal. El monarca, según los relatos fantasiosos de los indios, no era de color cobrizo sino de una tez similar a la de los españoles. Así nació la famosa leyenda del "Rey Blanco", sustentada sobre bases reales ya que los informes de los aborígenes se réferían al fabuloso reino andino de los Incas. Fascinado por las noticias obtenidas, Alejo García se internó con cuatro compañeros y un enorme séquito de indígenas en dirección al oeste, en busca del portentoso monarca. Cruzó a pie toda la actual provincia brasilera de Santa Catalina, atravesó el río Paraná y llegó finalmente al territorio de la actual Bolivia, donde tomó contacto con los indios charcas en las cercanías de Chuquisaca, apoderándose de "ropa, vestidos, muchos vasos, vajillas, y coronas de plata, de cobre y otros metales". El grupo emprendió luego el regreso por el mismo camino y llegó hasta el Paraguay, desde donde García envió noticias y algunas muestras de los metales preciosos a sus compañeros de Santa Catalina. La buena suerte, empero, no lo acompañó mucho tiempo más, ya que poco después los indios le dieron muerte y se apoderaron de su botín. La noticia de la extraordinaria expedición, sin embargo, llegó hasta Santa Catalina, donde la recogieron sus compañeros de naufragio. Algunos de ellos, seguidos por numerosos indios amigos, abandonaron entonces la costa y emprendieron la marcha hacia el campamento de García, pero al cruzar el Paraná fueron ultimados por los guaraníes
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