Es fantástico ahora que las Cataratas son accesibles para discapacitados y tienen pasarelas rebatibles para evitar que se las lleven las crecidas- que en 1901 llegó un vapor con 22 expedicionarios, de los que sólo tres alcanzaron a ver los saltos. Ese mismo año, Victoria Aguirre donó el dinero para abrir la primera picada de acceso. Hubo que esperar a 1934, cuando se creó el Parque Nacional Iguazú, a que se construyeran las pasarelas de madera de la foto.
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