Retrato de una dama con encanto, pelo largo en 1890.

Entre 1865 y el año 1900 el cabello extremadamente largo fue considerado como un símbolo de feminidad. Era uno de los bienes más preciados para una mujer. Las mujeres victorianas llegaron hasta el final y consiguieron la preciada melena, tan larga que se arrastraba por el suelo. La moda se extendió hasta el otro lado del Atlántico, llegando a Estados Unidos. Siete hermanas neoyorquinas, conocidas como Seven Sutherland Sisters, se hicieron ricas exhibiendo sus larguísimos cabellos por circos y salas de fiestas. La moda era también un motivo de sufrimiento para las victorianas, sobre todo si pertenecían a un círculo social importante. No podían repetir vestido, ni llevar prendas de temporadas anteriores. La moda avanzaba de forma rápida e implacable. La mujer que no tenía dinero para seguirla era despreciada sin miramientos. Una mujer tenía la obligación de salir de casa con la mejor apariencia que pudiera lograr. Si no, podía ser ferozmente criticada, por detrás… y a la cara. La reina Victoria murió en 1901 y su sucesor fue su hijo, Eduardo VII. La época posterior se conoce como era eduardiana o belle epoque; y eso que el reinado de Eduardo duró solo diez años. La muerte de la reina Victoria marcó el comienzo de unos años más libertinos y divertidos para toda la población, después de décadas de rigidez y un puritanismo de lo más ridículo y cursi.