El aluvión del 11 de enero de 1934 fue devastador. Dejó fuera de servicio unos 100 kms de vías, deterioró instalaciones y cobró la vida de varias personas a su paso. La reparación de estos daños demandaría una década completa. Tal como se estima había sucedido con el anterior aluvión de 1788, el origen de la catástrofe fue el endicamiento que se produjo por el bloqueo del río Plomo por parte de un glaciar en su alta cumbre. Como resultado se generó una presa natural, de 70 metros de alto y 1.000 metros de ancho en su base. Se acumuló un volumen de agua equivalente al de un cubo de 360 metros de lado. La masa líquida presionó sobre el glaciar y éste quebró. Como resultado, la enorme masa de agua, barro y rocas bajó por el río Plomo al encuentro con el Río Tupungato alcanzando, a través de este, al río Mendoza en Punta de Vacas, y por este último avanzó aguas abajo, arrasando todo a su paso. A las 22 el aluvión llegó a Zanjón Amarillo y a la 1,35 a Cacheuta. En este lugar se encuentra el principal encajonamiento del río. El aluvión alcanzó allí una altura de 20 metros, y avanzó hacia el este con fuerza incontenible, habiendo descendido desde los casi 5.000 metros de altura." Fue precisamente, Zanjón Amarillo en una primera instancia y Polvaredas luego, los puntos donde estaba montada toda la infraestructura para llevar adelante toda esta tarea complicada, desde depósito de carbón y locomotoras, mesas giratorias e implementos necesarios para luchar contra las adversidades del medio ambiente, como ser maquinas barrenieve, tren arado y cuadrillas de personal de mantenimiento.
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