La Basílica de San Francisco en la Ciudad de Mendoza es un monumento histórico y religioso de gran importancia. Su historia está profundamente ligada a la ciudad y a la figura del General José de San Martín. La iglesia original fue construida por los jesuitas en el siglo XVIII, pero tras la expulsión de éstos en 1767, pasó a manos de los franciscanos. En 1861, un terremoto devastador destruyó gran parte de Mendoza, incluyendo la iglesia original. En 1875, se inició la construcción de la nueva basílica en la esquina de Avenida España y Necochea, frente a la Plaza San Martín. El arquitecto Urbano Barbier diseñó el nuevo edificio, que fue la primera iglesia construida después del terremoto de 1861. La basílica tiene un estilo neorrománico, con una planta basilical de tres naves y muros de ladrillo de 0,90 metros de espesor. Doce grandes columnas con capiteles corintios sostienen el techo abovedado. Un terremoto en 1920 destruyó las torres y el campanario original, que no fueron reconstruidos. La basílica alberga la imagen de la Virgen del Carmen de Cuyo, declarada Patrona y Generala del Ejército de los Andes por el General San Martín1. Esta imagen es una réplica de la que se encuentra en el Templo Votivo de Maipú en Chile. En su interior se encuentra el mausoleo donde descansan los restos de Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada, hija del General San Martín, su esposo Mariano Severo Balcarce y una de sus hijas. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1928 y es un sitio de gran valor patrimonial para la ciudad de Mendoza. La Basílica de San Francisco no solo es un lugar de culto, sino también un símbolo de la resiliencia y la historia de Mendoza.
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