El lector de fábrica era una figura común en las fábricas de puros, especialmente en Ybor City, Florida, a principios del siglo XX. Este trabajador tenía la tarea de leer en voz alta para los otros empleados durante sus turnos, ayudándoles a pasar el tiempo y mantenerse entretenidos mientras realizaban tareas repetitivas como enrollar puros. El lector solía estar sentado en una plataforma elevada y elegante, leyendo periódicos, literatura popular o incluso obras de teatro y poesía. Su trabajo no solo servía para entretener, sino también para educar y elevar el espíritu de los trabajadores, muchos de los cuales eran inmigrantes que hablaban diferentes idiomas. Esta tradición comenzó en las fábricas de puros cubanas y se adoptó en otras fábricas de tabaco en Estados Unidos. El lector de fábrica es un ejemplo fascinante de cómo se utilizaban métodos creativos para mejorar las condiciones laborales y la moral de los trabajadores en el pasado. Este trabajo fue prohibido en el país en 1931 por los propietarios de las fábricas, preocupados de que los lectores difundieran ideas comunistas y/o anarquistas.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
martes, 15 de octubre de 2024
Trabajos que existieron. Lector de fábrica. Principios de Siglo XX
El lector de fábrica era una figura común en las fábricas de puros, especialmente en Ybor City, Florida, a principios del siglo XX. Este trabajador tenía la tarea de leer en voz alta para los otros empleados durante sus turnos, ayudándoles a pasar el tiempo y mantenerse entretenidos mientras realizaban tareas repetitivas como enrollar puros. El lector solía estar sentado en una plataforma elevada y elegante, leyendo periódicos, literatura popular o incluso obras de teatro y poesía. Su trabajo no solo servía para entretener, sino también para educar y elevar el espíritu de los trabajadores, muchos de los cuales eran inmigrantes que hablaban diferentes idiomas. Esta tradición comenzó en las fábricas de puros cubanas y se adoptó en otras fábricas de tabaco en Estados Unidos. El lector de fábrica es un ejemplo fascinante de cómo se utilizaban métodos creativos para mejorar las condiciones laborales y la moral de los trabajadores en el pasado. Este trabajo fue prohibido en el país en 1931 por los propietarios de las fábricas, preocupados de que los lectores difundieran ideas comunistas y/o anarquistas.
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