El 21 de noviembre de 1877, Thomas Alva Edison anunció la invención del fonógrafo en Nueva York, Estados Unidos.

Este dispositivo revolucionario fue uno de los primeros que permitió la grabación y reproducción de sonido, marcando un hito en la historia de la tecnología y la comunicación de audio. El fonógrafo funcionaba grabando el sonido directamente en un cilindro cubierto de papel de estaño. Una aguja conectada a un diafragma vibraba al captar el sonido y grababa las vibraciones en el cilindro. Para reproducir el sonido, el proceso se invertía, con la aguja ahora siguiendo las ranuras grabadas y recreando las vibraciones originales. La invención del fonógrafo cambió para siempre la industria del entretenimiento, permitiendo que la música, las voces y otros sonidos pudieran ser capturados y escuchados en cualquier momento. También tuvo aplicaciones en el dictado, la enseñanza y la conservación de la voz humana. Con el tiempo, el diseño del fonógrafo evolucionó y dio lugar a otros dispositivos de grabación y reproducción como los gramófonos, que utilizaban discos de vinilo en lugar de cilindros. Este invento de Edison no solo fue un avance tecnológico significativo, sino que también añadió una nueva dimensión a la experiencia humana al permitir la preservación y el acceso al sonido a través del tiempo.