En 1963, el Zoológico del Bronx presentó una exhibición titulada "El animal más peligroso del mundo", y simplemente era un espejo.

En 1963, el Zoológico del Bronx en Nueva York creó una exhibición muy impactante titulada "El animal más peligroso del mundo". La exhibición consistía en un espejo colocado detrás de una jaula, de modo que los visitantes se vieran reflejados a sí mismos. Este mensaje era una poderosa declaración sobre cómo los humanos, con nuestra capacidad de causar daño y destrucción, podemos ser los mayores peligros para el planeta y para otras especies. Esta exhibición buscaba concientizar sobre la responsabilidad humana en la conservación de la naturaleza y el impacto negativo que podemos tener si no cuidamos nuestro entorno.