Desde su construcción hasta 1932, el ferrocarril tuvo prácticamente el monopolio del transporte de las cargas y pasajeros, excерción hecha en este último, del tráfico suburbano en el que la competencia automotriz, hizo sentir su in-fluencia con anterioridad a esa fecha. Cuando en el año señalado se promulgó la ley 11.658 por la cual se creó la Dirección Nacional de Vialidad, que dispuso la formación de un Fondo Nacional de Vialidad, mediante la aplicación de un impuesto a la nafta y lubricantes, la construcción de caminos tomó gran impulso, y así en el quinquenio 1933-37, se invirtió una suma aproximada a los 206 millones de pesos moneda nacional, lo cual permitió al país extender la red vial hasta totalizar unos 410.000 km, por los cuales podían circular alrededor de 300.000 automóviles y 90.000 camiones. Ante este panorama, las empresas ferroviarias en lo que al tráfico de pasajeros se refiere, trataron de consolidar su transporte, frente a la amenaza que constituía el desarrollo del sistema automotor. Así fue como con pequeños vehículos a nafta primero, de una capacidad apenas mayor que la de los microómnibus de la época, y desde 1935 otros de mayor tamaño dotados de motores diesel, las empresas de ferrocarriles, lograban combatir la competencia vial, con el agregado de ofrecer al usuario, un ser servicio más confortable. Ya sobre el final de los años 30, y ante el estallido de la Segunda Guerra Mundial, una de cuyas consecuencias para la Argentina, fue la imposibilidad de importar combustibles, se estudió en nuestro ámbito ferroviario, la posibilidad de reemplazar todos aquellos trenes de pasajeros afectados a los servicios de los ramales o de líneas de baja densidad de tráfico, por coches motor de clase única. El coche motor tenía, una aceleración mayor que la de los trenes comunes, por lo que permitía sin necesidad de disminuir su velocidad comercial atender un mayor número de paradas. El F.C. Pacífico en 1936 adquirió 6 coches motor de la afamada fábrica húngara Ganz, instalada en Budapest desde antiguos tiempos. Su especialidad en coches motor provenía de haber sido pioneros en su desarrollo, y con tal éxito que los produjeron para un gran número de países, y aún hoy, tiene muchos ferrocarriles clientes. Llegados al país, los nuevos coches motor, se los destinó a Mendoza para que prestaran servicios a San Juan y San Rafael. Por otra parte las autoridades del Pacífico pretendían establecer con coches motor de mayor capacidad que se adquirirían después, convoyes que unirían Retiro con Mendoza, en solo 12 hs. El estallido de la Segunda Guerra Mundial dio por tierra con esos planes. Para constatar que ello podría ser posible y aprovechando el envío a Cuyo de 3 de los recién incorporados 6 coches motor, el 10 de noviembre de 1937 se realizó el viaje experimental con las unidades 1054, 1055 у 1056 de 240 H.P. y con una capacidad para transportar 60 pasajeros cada una. En el convoy viajaron autoridades ferroviarias, periodistas e invitados especiales. Partió de Retiro a las 7hs 45' y llegó a Mendoza a las 18hs 15'. Había empleado sin detenerse en ningún lugar del trayecto y circulando por la vía Beazley, 10hs 30' a un promedio de 101 km por hora. Asombro para la época. Todo un récord imbatible hasta la fecha. Foto de la colección Mario Avila
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
miércoles, 20 de noviembre de 2024
Personal que realizó el recorrido Mendoza- Buenos Aires en 10 horas y media. (10 de Noviembre de 1937)
Desde su construcción hasta 1932, el ferrocarril tuvo prácticamente el monopolio del transporte de las cargas y pasajeros, excерción hecha en este último, del tráfico suburbano en el que la competencia automotriz, hizo sentir su in-fluencia con anterioridad a esa fecha. Cuando en el año señalado se promulgó la ley 11.658 por la cual se creó la Dirección Nacional de Vialidad, que dispuso la formación de un Fondo Nacional de Vialidad, mediante la aplicación de un impuesto a la nafta y lubricantes, la construcción de caminos tomó gran impulso, y así en el quinquenio 1933-37, se invirtió una suma aproximada a los 206 millones de pesos moneda nacional, lo cual permitió al país extender la red vial hasta totalizar unos 410.000 km, por los cuales podían circular alrededor de 300.000 automóviles y 90.000 camiones. Ante este panorama, las empresas ferroviarias en lo que al tráfico de pasajeros se refiere, trataron de consolidar su transporte, frente a la amenaza que constituía el desarrollo del sistema automotor. Así fue como con pequeños vehículos a nafta primero, de una capacidad apenas mayor que la de los microómnibus de la época, y desde 1935 otros de mayor tamaño dotados de motores diesel, las empresas de ferrocarriles, lograban combatir la competencia vial, con el agregado de ofrecer al usuario, un ser servicio más confortable. Ya sobre el final de los años 30, y ante el estallido de la Segunda Guerra Mundial, una de cuyas consecuencias para la Argentina, fue la imposibilidad de importar combustibles, se estudió en nuestro ámbito ferroviario, la posibilidad de reemplazar todos aquellos trenes de pasajeros afectados a los servicios de los ramales o de líneas de baja densidad de tráfico, por coches motor de clase única. El coche motor tenía, una aceleración mayor que la de los trenes comunes, por lo que permitía sin necesidad de disminuir su velocidad comercial atender un mayor número de paradas. El F.C. Pacífico en 1936 adquirió 6 coches motor de la afamada fábrica húngara Ganz, instalada en Budapest desde antiguos tiempos. Su especialidad en coches motor provenía de haber sido pioneros en su desarrollo, y con tal éxito que los produjeron para un gran número de países, y aún hoy, tiene muchos ferrocarriles clientes. Llegados al país, los nuevos coches motor, se los destinó a Mendoza para que prestaran servicios a San Juan y San Rafael. Por otra parte las autoridades del Pacífico pretendían establecer con coches motor de mayor capacidad que se adquirirían después, convoyes que unirían Retiro con Mendoza, en solo 12 hs. El estallido de la Segunda Guerra Mundial dio por tierra con esos planes. Para constatar que ello podría ser posible y aprovechando el envío a Cuyo de 3 de los recién incorporados 6 coches motor, el 10 de noviembre de 1937 se realizó el viaje experimental con las unidades 1054, 1055 у 1056 de 240 H.P. y con una capacidad para transportar 60 pasajeros cada una. En el convoy viajaron autoridades ferroviarias, periodistas e invitados especiales. Partió de Retiro a las 7hs 45' y llegó a Mendoza a las 18hs 15'. Había empleado sin detenerse en ningún lugar del trayecto y circulando por la vía Beazley, 10hs 30' a un promedio de 101 km por hora. Asombro para la época. Todo un récord imbatible hasta la fecha. Foto de la colección Mario Avila
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