El Club del Progreso es una institución emblemática de la historia argentina, fundada el 1° de mayo de 1852 en Buenos Aires por Diego de Alvear y otros 56 vecinos prominentes de la ciudad. Su creación se dio en un contexto de división política y social tras la Batalla de Caseros, con el objetivo de fomentar el diálogo, la unión y el progreso moral y material del país. El Club surgió con la intención de servir como un espacio para la reconciliación de las facciones políticas de la época, especialmente entre unitarios y federales, buscando terminar con las guerras civiles y la intolerancia ideológica. La idea era "poner en contacto las ideas y los hombres" para trabajar en conjunto por el bienestar del país. A lo largo de su historia, el Club del Progreso ha tenido varias sedes. La primera fue en la calle Perú 135, luego se trasladó al Palacio Muñoa en Hipólito Yrigoyen y Perú, y en 1900 a un edificio en la Avenida de Mayo 633. Desde 1941, su sede actual se encuentra en Sarmiento 1334, un edificio diseñado por los arquitectos Lanús y Hary, que antes fue propiedad de la familia Duhau. El Club del Progreso ha estado íntimamente ligado a la vida política, social y cultural de Argentina. Entre sus socios se han contado diecisiete presidentes de la República, desde Justo José de Urquiza hasta Fernando de la Rúa, reflejando su importancia en la historia política del país. Además de ser un espacio de reunión para la elite porteña, fue escenario de eventos culturales, literarios y sociales significativos. El club ha sido un centro para el intercambio de ideas, con actividades que iban desde bailes y tertulias hasta exposiciones artísticas y debates políticos. Ha sido pionero en ciertos aspectos sociales, como la aceptación de mujeres como socias desde principios del siglo XX. Su biblioteca y eventos culturales, como la primera Feria del Libro en 1932, han contribuido al patrimonio cultural de Buenos Aires. Una de las anécdotas más conocidas es la velación de Leandro N. Alem en el club, cuyo cuerpo descansó sobre una mesa que aún se conserva como reliquia. Además, el club ha sido escenario de historias y leyendas de apariciones espectrales, añadiendo un toque misterioso a su historia. Hoy en día, el Club del Progreso no solo es un testimonio del pasado sino que sigue siendo un espacio activo para encuentros sociales, culturales y debates, manteniendo su compromiso con los ideales de progreso y diálogo que lo fundaron.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
viernes, 17 de enero de 2025
Banquete de los Socios del Club Del Progreso. (1903) Avenida de Mayo 633. Buenos Aires
El Club del Progreso es una institución emblemática de la historia argentina, fundada el 1° de mayo de 1852 en Buenos Aires por Diego de Alvear y otros 56 vecinos prominentes de la ciudad. Su creación se dio en un contexto de división política y social tras la Batalla de Caseros, con el objetivo de fomentar el diálogo, la unión y el progreso moral y material del país. El Club surgió con la intención de servir como un espacio para la reconciliación de las facciones políticas de la época, especialmente entre unitarios y federales, buscando terminar con las guerras civiles y la intolerancia ideológica. La idea era "poner en contacto las ideas y los hombres" para trabajar en conjunto por el bienestar del país. A lo largo de su historia, el Club del Progreso ha tenido varias sedes. La primera fue en la calle Perú 135, luego se trasladó al Palacio Muñoa en Hipólito Yrigoyen y Perú, y en 1900 a un edificio en la Avenida de Mayo 633. Desde 1941, su sede actual se encuentra en Sarmiento 1334, un edificio diseñado por los arquitectos Lanús y Hary, que antes fue propiedad de la familia Duhau. El Club del Progreso ha estado íntimamente ligado a la vida política, social y cultural de Argentina. Entre sus socios se han contado diecisiete presidentes de la República, desde Justo José de Urquiza hasta Fernando de la Rúa, reflejando su importancia en la historia política del país. Además de ser un espacio de reunión para la elite porteña, fue escenario de eventos culturales, literarios y sociales significativos. El club ha sido un centro para el intercambio de ideas, con actividades que iban desde bailes y tertulias hasta exposiciones artísticas y debates políticos. Ha sido pionero en ciertos aspectos sociales, como la aceptación de mujeres como socias desde principios del siglo XX. Su biblioteca y eventos culturales, como la primera Feria del Libro en 1932, han contribuido al patrimonio cultural de Buenos Aires. Una de las anécdotas más conocidas es la velación de Leandro N. Alem en el club, cuyo cuerpo descansó sobre una mesa que aún se conserva como reliquia. Además, el club ha sido escenario de historias y leyendas de apariciones espectrales, añadiendo un toque misterioso a su historia. Hoy en día, el Club del Progreso no solo es un testimonio del pasado sino que sigue siendo un espacio activo para encuentros sociales, culturales y debates, manteniendo su compromiso con los ideales de progreso y diálogo que lo fundaron.
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