Se ve que muchos son familia entre ellos pues hay confianza. La mano en el hombro, los gestos, incluso son parecidos hasta en la forma de pararse. Hay gente de a caballo y extranjeros o recién llegados. Los juntadores de maíz luego de ese trabajo solían seguir como esquiladores a tijera. Las mujeres eran muy buenas y guapas para eso. Hasta rivalizaban con los hombres al final del día a ver quién tenía más latas. El contratista está sentado al medio en un banco de cadera de yegua por lo grande, con un cuero de oveja de blandura. ¿Estarán parando en el galpón? No hay montes atrás, sí unos corrales a la izquierda. El segundo de la izquierda con un poncho inglés y pañuelo blanco. El de camiseta a rayas, atrás del jefe, parece con tirador a la cintura, para prenderse la maleta de juntar maíz entre las piernas. Pinta de tano tiene. El que está al borde de la puerta hacia la derecha tiene terciada una maleta y en su mano derecha la uña para pelar la espiga. A su derecha un paisano muy de campo con poncho al hombro y botas altas. Las señoras están entreveradas. ¿Cómo harían para andar en el campo con esos vestidos larguísimas? Gracias Diego Fariña por mirarla con tanto detenimiento. Fuente de la imagen: museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal de San Isidro “Dr. Horacio Beccar Varela”. @institutohsanisidro #ArchivoVisualArgentino
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
jueves, 30 de enero de 2025
San Isidro. Circa 1898. Cuadrilla de juntadores de maíz. Buenos Aires. @ArchivoVisualArgentino
Se ve que muchos son familia entre ellos pues hay confianza. La mano en el hombro, los gestos, incluso son parecidos hasta en la forma de pararse. Hay gente de a caballo y extranjeros o recién llegados. Los juntadores de maíz luego de ese trabajo solían seguir como esquiladores a tijera. Las mujeres eran muy buenas y guapas para eso. Hasta rivalizaban con los hombres al final del día a ver quién tenía más latas. El contratista está sentado al medio en un banco de cadera de yegua por lo grande, con un cuero de oveja de blandura. ¿Estarán parando en el galpón? No hay montes atrás, sí unos corrales a la izquierda. El segundo de la izquierda con un poncho inglés y pañuelo blanco. El de camiseta a rayas, atrás del jefe, parece con tirador a la cintura, para prenderse la maleta de juntar maíz entre las piernas. Pinta de tano tiene. El que está al borde de la puerta hacia la derecha tiene terciada una maleta y en su mano derecha la uña para pelar la espiga. A su derecha un paisano muy de campo con poncho al hombro y botas altas. Las señoras están entreveradas. ¿Cómo harían para andar en el campo con esos vestidos larguísimas? Gracias Diego Fariña por mirarla con tanto detenimiento. Fuente de la imagen: museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal de San Isidro “Dr. Horacio Beccar Varela”. @institutohsanisidro #ArchivoVisualArgentino
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