jueves, 15 de mayo de 2025

"En el Verano de 1986: La Revolución Artística que Nadie Vio Venir". Hilma af Klint la verdadera madre del arte abstracto


Durante décadas, la historia oficial había señalado a artistas como Kandinsky, Malevich y Mondrian como los pioneros del arte abstracto. Sin embargo, una serie de pinturas descubiertas en un ático en Suecia obligó a reconsiderar esa narrativa. La autora de aquellas obras innovadoras era Hilma af Klint, una artista sueca nacida en 1862, cuyo trabajo había permanecido oculto durante casi medio siglo. Pero, ¿Quién era ella y por qué su arte había quedado en las sombras? Desde joven, Hilma mostró un gran talento para la pintura y la ciencia. Hija de un matemático, creció rodeada de números y figuras geométricas, lo que influyó profundamente en su visión artística. Fue una de las primeras mujeres admitidas en la Real Academia Sueca de las Artes, donde se especializó en retratos y paisajes realistas. Sin embargo, su verdadera pasión se encontraba en lo invisible. En la década de 1890, los avances científicos, como los rayos X y las ondas electromagnéticas, demostraban que existían realidades más allá de lo perceptible a simple vista. Inspirada por estas ideas y por el auge del espiritualismo, Hilma formó parte de un grupo de mujeres llamado "Las Cinco", con quienes realizaba sesiones de escritura automática y experimentación artística. Fue en este contexto que comenzó a crear un arte nunca antes visto: formas geométricas, espirales, colores vibrantes y símbolos abstractos que, según ella, le eran dictados por entidades espirituales. Para Hilma, sus pinturas no eran simples creaciones, sino mensajes de dimensiones superiores. Pero su visión era tan revolucionaria que temía que el mundo no estuviera listo para comprenderla. Por ello, tomó una decisión drástica: guardar su obra en cajas selladas con la condición de que no fueran abiertas hasta 20 años después de su muerte. Cuando Hilma falleció en 1944, su legado quedó en manos de su sobrino, Erik af Klint. Fiel a su deseo, preservó las cajas, aunque no fue hasta la década de 1980 que la obra comenzó a salir a la luz. Al descubrir su magnitud y originalidad, expertos en arte quedaron atónitos: Hilma había desarrollado un lenguaje abstracto años antes que Kandinsky o cualquier otro artista reconocido como pionero. Hoy, Hilma af Klint es celebrada como la verdadera madre del arte abstracto. Sus exposiciones han recorrido los museos más prestigiosos del mundo, y su historia demuestra que el tiempo, tarde o temprano, hace justicia a los verdaderos visionarios. Su arte, creado para el futuro, finalmente ha encontrado su lugar en la historia.

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