La Masacre de Avellaneda ocurrió el 26 de junio de 2002 en las inmediaciones de la estación de tren de Avellaneda, Buenos Aires, en el contexto de una protesta social organizada por movimientos de trabajadores desocupados. Ese día, Maximiliano Kosteki (22 años) y Darío Santillán (21 años) fueron asesinados por efectivos de la Policía Bonaerense durante una brutal represión en el Puente Pueyrredón. Kosteki fue herido por la espalda mientras intentaba refugiarse en la estación de tren, y Santillán fue ejecutado cuando trataba de asistirlo. Las imágenes captadas por reporteros gráficos desmintieron la versión oficial de que los manifestantes se habían enfrentado entre sí, y revelaron la responsabilidad directa de los policías. Los oficiales Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta fueron condenados a cadena perpetua. Este hecho generó una fuerte conmoción social y política, acelerando la salida del presidente interino Eduardo Duhalde, y marcó un antes y un después en la relación entre el Estado y las protestas sociales en Argentina. Desde entonces, la estación de tren donde ocurrieron los asesinatos lleva el nombre de las víctimas: Estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
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